15 de mar. (Sentido Común) -- Gerardo Esquivel, un reconocido economista y catedrático de la Universidad Nacional Autónomo de México (UNAM), anunció, vía Twitter, su incorporación a la campaña de Andrés Manuel López Obrador, el candidato puntero en la contienda presidencial de este año, como asesor económico externo.

     “Tengo el gusto de informarles que a partir de hoy estaré participando en diversos foros y espacios como asesor económico externo del equipo” de López Obrador, escribió el economista, con 52 años de edad.

     La llegada de Esquivel a la campaña del candidato por la coalición Juntos Haremos Historia, conformada por los partidos Movimiento Regeneración Nacional (Morena), del Trabajo (PT) y Encuentro Social (PES), generó de inmediato reacciones favorables por las credenciales académicas y técnicas del economista, provenientes incluso de observadores que ven con escepticismo el plan económico de López Obrador, con tintes de una mayor intervención del Estado. 

     “Bien tocayo”, escribió Gerardo Rodríguez Regordosa, director de estrategia para mercados emergentes con la administradora internacional de fondos de inversión, BlackRock, en un mensaje en su cuenta de Twitter, a través de la cual polemiza con frecuencia con Esquivel. “Mucha suerte y ojalá puedan meterle algo de racionalidad a la agenda económica de López Obrador. . . porque si gana y hace las cosas que dice que quiere hacer, va a ser un desastre para el país”.

     Esquivel Hernández estudió economía en la UNAM, para posteriormente realizar una maestría en la misma materia en el Colegio de México (Colmex). Más tarde, hizo un doctorado en economía en Harvard University, en donde coincidió con el actual subsecretario de Hacienda, Miguel Messmacher, y con quien escribió diversos estudios para el Banco Mundial.

     El nuevo asesor económico externo de López Obrador, quien compite por tercera ocasión por la presidencia del país, luego de hacerlo en 2006 y 2012, es también miembro del Sistema Nacional de Investigadores, con un nivel III, o el segundo más alto, sólo debajo de la categoría "emérito".

     Además de sus credenciales académicas, Esquivel también colaboró como investigador en Harvard Institute for International Development y fue investigador visitante tanto en el Fondo Monetario Internacional (FMI), como en Banco de México.

     Esquivel también ha ofrecido consultorías para Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

     Hasta antes de ingresar como catedrático a la UNAM, su actual puesto, Esquivel fungió como coordinador ejecutivo de investigación en el Instituto Belisario Domínguez, un órgano dependiente de la Cámara de Senadores, dedicado a realizar investigaciones estratégicas para el desarrollo nacional, que en ocasiones toman en cuenta los senadores para presentar iniciativas legales que ayuden a un mejor desempeño económico, social y político del país.

     Dos temas económicos que han despertado el interés de Esquivel a lo largo de su carrera, desde un punto de vista tanto académico como de políticas públicas, son: la distribución de la riqueza y el impacto que ha tenido el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en las distintas regiones que tiene la economía mexicana.

      López Obrador “incorpora a un talentoso economista con ideas importantes para combatir la desigualdad (impuestos/herencias, impuestos/ganancias mercado accionario, política fiscal progresiva, regulación de mercados oligopólicos)”, escribió Denisse Dresser, politóloga del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), en un mensaje en su cuenta personal de Twitter. “Ojalá sea escuchado.  Enhorabuena”.

     La llegada de Esquivel a la campaña de López Obrador era hasta cierto punto esperada. El economista ha apoyado, de tiempo atrás, al tres veces candidato presidencial, también conocido como AMLO por las iniciales de su nombre.

     “Mi voto es un voto razonado, reflexionado y convencido de que AMLO es la mejor opción para México en un momento como el actual”, escribió, por ejemplo, Esquivel, en junio de 2012, en un blog de opinión que publicaba dentro del portal de noticias Animal Político, luego de que en 2006 también respaldó la candidatura presidencial de López Obrador.

     La cercanía de Esquivel con López Obrador va incluso más allá de las coincidencias políticas.

     La esposa del economista, Graciela Márquez Colín, podría llegar a ser la siguiente secretaria de Economía en caso de que López Obrador gane la elección presidencial el primer domingo de julio, luego de que a finales del año pasado el candidato presidencial la propuso para ocupar ese cargo cuando presentó a quienes lo acompañarán para gobernar a México en caso de ganar la elección.

     Márquez Colín cuenta también con una licenciatura en economía por la UNAM, una maestría en economía por el Colmex y un doctorado en historia económica por Harvard University.

     Claro que el apoyo de Esquivel a López Obrador podría no significa que el ahora asesor externo deje de verter, en ocasiones, puntos de vista contrarios a los del candidato, algo que no se ve con frecuencia entre el grupo cercano al candidato presidencial.

     Por ejemplo, cuando López Obrador, quien encabeza las encuestas por diez puntos en promedio, propuso a Napoleón Gómez Urrutia, el líder del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Siderúrgicos de la República Mexicana, para ocupar el cargo de senador, Esquivel mostró cierto descontento con esa decisión por la reputación desfavorable del jefe laboral y quien vive autoexiliado en Canadá desde que otros trabajadores mineros presentaron acusaciones en su contra por un supuesto desvío de recursos del gremio.

     Los abogados de Gómez Urrutia han dicho que el líder minero ya venció todas las acusaciones en su contra que lanzaron los mineros con el apoyo del gobierno del presidente Vicente Fox, miembro del Partido Acción Nacional (PAN), y empresarios mineros.

     Gómez Urrutia prácticamente heredó el sindicato minero de su padre, Napoleón Gómez Sada, un poderoso líder sindical cercano al Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobernó México por casi ocho décadas de manera ininterrumpida hasta la elección de Fox en 2000.

     Gómez Urrutia “ilustra lo peor del charrismo sindical creado y alimentado por el PRI. Sin embargo, también es cierto que fue perseguido por gobiernos del PAN coludidos con grandes empresarios mineros que se beneficiaron enormemente de un sindicato debilitado”, escribió Esquivel, en febrero, en su cuenta @esquivelgerardo. “Dicho lo anterior, yo hubiera apoyado que se buscaran las condiciones que le hubieran permitido regresar al país, pero no creo que sea necesariamente una buena idea haberlo postulado al Senado de la República”.

     La crítica de Esquivel al nombramiento es para muchos un buen síntoma de que al menos él podrá presentar, sin cortapisas, una postura contraria a las propuestas económicas que pueda hacer López Obrador en caso de llegar a la presidencia, cuando no compaginen con su visión económica. 

     Muchos hoy ven con escepticismo algunos de los planes que ha propuesto implementar López Obrador en caso de ganar la carrera presidencial, como revertir o someter a revisión los contratos que el gobierno ha dado a empresas del sector privado para la explotación de yacimientos petroleros, así como dar marcha atrás al proyecto del nuevo aeropuerto capitalino, o bien construir un par de refinerías, aplicar precios de garantías a los productos agrícolas o incluso dar amnistía a personas que formaron parte de grupos del crimen organizado para pacificar el país.

     Por el momento, no es claro cuál es la postura de Esquivel sobre estos temas.


* Editado por Eduardo García. 

 




Fecha de publicación: 15/03/2018

Etiquetas: México elecciones López Obrador AMLO gabinete economía Esquivel