14 de mar. (Sentido Común) -- El proyecto para construir un nuevo aeropuerto que alivie los problemas de saturación que enfrenta la capital del país en materia aérea es un foco de preocupaciones por la posibilidad que un candidato, el puntero en las preferencias electorales, opte por dar marcha atrás a los trabajos que ya están en marcha.

     Andrés Manuel López Obrador, el candidato a la presidencia de la coalición de los partidos Movimiento Regeneración Nacional (Morena), del Trabajo (PT) y Encuentro Social (PES), dijo que no ve con buenos ojos la construcción de una nueva terminal aérea para la capital del país por el alto costo que representaría para el gobierno y que, en caso de ganar la presidencia, podría dar marcha atrás al proyecto.

     Varios han señalado la importancia que tiene esa obra para la infraestructura aérea. Además han expresado inconformidad con la propuesta lopezobradorista por la incertidumbre que crea respecto a las inversiones que agentes financieros y empresas han ya realizado para arrancar con el proyecto, mismo que estiman comience operaciones en 2020, o dos años después de la toma de protesta del próximo presidente de México.

     Incluso, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), la organización empresarial más importante del país, dijo hace dos días que hablar de no respetar los contratos otorgados para ese proyecto, entre otros, podría generar animadversión a quien decida no cumplir con lo acordado. 

     “Los empresarios demandamos garantías de que se respetarán los contratos otorgados en la reforma energética y en la construcción del nuevo aeropuerto”, dijo Juan Pablo Castañón, presidente del CCE, en una reunión con medios en la Ciudad de México el lunes. “No se puede convocar al sector privado a participar en la construcción de un mejor país, al mismo tiempo que se menosprecia la certidumbre y el estado de derecho como condiciones para promover la inversión.”.

    De ahí que, para calmar esas preocupaciones, ahora López Obrador dijo que su propuesta de cancelar la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México no debe preocupar a los inversionistas pues el proyecto actual cuenta con garantías públicas.

     “No debe existir ninguna preocupación por parte de las instituciones o inversionistas que han participado en el financiamiento del proyecto en cuestión”, escribió López Obrador, en su cuenta personal en la red social Twitter. “Independientemente de la decisión que se tome respecto al aeropuerto de Texcoco, los bonos de deuda que se han emitido, cuentan con un respaldo de los ingresos del TUA (Tarifa de Uso Aeroportuario), del aeropuerto actual, y además, tienen garantía del gobierno federal”.

     El nuevo aeropuerto fue planeado para ampliar las operaciones aéreas de la capital del país en virtud de la saturación que existe en la terminal actual y se espera tenga un costo que rebasará los 200 mil millones de pesos (10 mil 750 millones de dólares).

     Para compensar la sustitución del proyecto para edificar un nuevo aeropuerto y, al mismo tiempo, aliviar la saturación actual del espacio aéreo, el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia agregó que propondrá construir dos pistas adicionales en el aeropuerto militar que tiene el ejército en Santa Lucía, en el Estado de México.

     “No se cerrarán dos aeropuertos por interferencia aérea y se ahorrarán cerca de 140 mil millones de pesos”, escribió el exjefe de gobierno capitalino, en su cuenta @lopezobrador.

     A diferencia de López Obrador, hay quienes dudan que una ampliación del aeropuerto de Santa Lucía sea suficiente para resolver el problema de saturación aérea, especialmente porque podría haber dificultades técnicas para operar esa terminal y el aeropuerto actual al mismo tiempo.

     “Se habla de un aeropuerto en Santa Lucía, es imposible que exista, de acuerdo a opiniones de expertos, porque son espacios totalmente aéreos incompatibles”, dijo Gerardo Ruiz Esparza, secretario de Comunicaciones y Transportes, en una entrevista con medios de comunicación ofrecida tras la toma de protesta de la mesa directiva de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar). “Es como si hubiera dos carreteras en sentido contrario, Santa Lucía y el aeropuerto de la Ciudad de México no pueden operar al mismo tiempo. . . habría que buscar otro sitio”.

     Claro que, además de la cancelación de la obra, otros están preocupados por los compromisos financieros que adquirió el gobierno mexicano, a través de los mercados de valores, para financiar la obra.

     Esos compromisos adquiridos por el gobierno harán todavía más complejo que López Obrador, en caso de ganar la presidencia en la elección del primer domingo de julio, opte por revertir la construcción del nuevo aeropuerto capitalino.

     Incluso, hoy el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM), la empresa estatal que está en proceso de construir la nueva terminal aérea de Ciudad de México, dio a conocer que buscará recabar hasta 30 mil millones de pesos (mil 613 millones de dólares) con la colocación de una fibra E para financiar el proyecto de la nueva terminal.

     Fibra E es como se define en la jerga financiera a un vehículo de inversión que permite a los inversionistas que adquieren un certificado monetizar activos que tengan flujos de efectivo predecibles y estables, con la intención de desarrollar infraestructura.

     Así, la compañía estatal que controla el actual aeropuerto capitalino pretende vender 300 mil certificados bursátiles fiduciarios de inversión en energía e infraestructura (CBFEs) a un precio individual de 100 pesos (5.38 dólares), si se toma en cuenta los instrumentos destinados a la sobreasignación.

     Si los títulos que se reservan para atender una demanda extraordinaria de la oferta no son vendidos, entonces GACM obtendría 27 mil 272 millones de pesos (mil 466 millones de dólares).

     La oferta está planeada para ejecutarse el próximo 23 de marzo, por lo que la fibra del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México cotizaría en el mercado  a partir del 26 de marzo, de acuerdo con la última actualización de su prospecto de colocación.

     Cualquier propuesta de cambio de sede para la nueva terminal aérea tendrá así muy probablemente que lidiar con los inversionistas que adquieran los títulos de la Fibra E que emitirá GACM y que incluso podrán comprar algunas administradoras de fondos de ahorro para el retiro de los trabajadores mexicanos.



 

    

 

 

 

 

 

 

 

 



Fecha de publicación: 14/03/2018

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