En Washington D.C., uno de los aspectos más importantes para promover el ambicioso plan tributario fronterizo se basa en un supuesto económico clave: el dólar se apreciará lo suficiente como para compensar cualquier aumento en el costo de los bienes baratos que son importados y de los que muchos estadounidenses han llegado a depender.

     Esto tiene que ver con el curso básico de economía universitario, respaldado por la bien establecida teoría macroeconómica.

     Pero en Wall Street, los operadores y los estrategas que se ganan la vida en el mercado de divisas que registra transacciones que ascienden a cinco mil 100 millones de dólares diarios dicen que tales nociones son absurdas. Incluso si los republicanos del Congreso pudieran hacer de lado sus diferencias para aprobar el propuesto ajuste de impuestos en la frontera --una perspectiva que parece más remota cada día que pasa-- será difícil encontrar a alguien en el mercado que crea que eso daría como resultado un fortalecimiento del dólar de 25%, como lo sugiere el plan.

     Parte de la razón de esto tiene que ver con lo que ellos consideran como una interpretación errónea de la teoría subyacente cuando se aplica al mundo real. Pero igual de importante también es la falla fundamental de los políticos para apreciar cuán impredecible es el vasto mercado de divisas, especialmente cuando los motores económicos globales colisionan y billones de dólares cambian de manos todos los días.

     “El mercado de divisas es la cosa más difícil de pronosticar y llevar a cabo una reforma tributaria intergeneracional basada en la suposición de lo que hará el mercado de divisas es una noción irrisoria”, dijo David Woo, director de tipos de cambio globales y estrategia de FX Bank of America, en una entrevista con Bloomberg TV.

 



Fecha de publicación: 20/04/2017

Etiquetas: EUA Plan Fiscal Fronterizo Impuestos Importaciones Bienes