La inflación en el país nuevamente aceleró el pasó y superó los estimados de analistas financieros. En esta ocasión, los precios al consumidor repuntaron por los efectos de la constante depreciación del peso frente al dólar y por los cambios en el valor de algunos combustibles, lo que opacó la baja reportada en algunos productos agropecuarios.

     Los precios al consumidor subieron 0.33% durante las primeras dos semanas de febrero, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, o Inegi, como también se conoce al organismo encargado de recabar las cifras económicas y sociales del país.

     El incremento de los precios para los consumidores mexicanos fue mayor al que estimaban los economistas encuestados por Infosel, quienes pronosticaban un crecimiento de 0.28% durante la primera quincena de este mes.

     Este es el quinto ascenso quincenal consecutivo que registran los precios al consumidor en México, luego de haberse mantenido sin cambios durante la segunda quincena de noviembre del año pasado.

     En términos anuales, la inflación se aceleró 4.71%, un desempeño superior al que pronosticaban los analistas del mercado, quienes pensaban que los precios iban a crecer 4.65% contra los reportados en la primera mitad de febrero del año pasado.

     La inflación estuvo impulsada por un encarecimiento de las mercancías y los servicios, lo cual ya muestra que la debilidad del tipo de cambio empieza a afectar con mayor fuerza los costos de las empresas, que trasladan una parte de éstos a los consumidores.

     Los “precios aumentan más de lo esperado”, escribió Joan Enric Domene, economista del banco Invex, en un reporte. El incremento “sugiere un mayor efecto traspaso de la depreciación del peso focalizada en las mercancías y una incipiente contaminación hacia los servicios”.

    

     La contaminación de la que habla Domene es conocida en la jerga financiera como pass through y éste fue muy probablemente la causa que impulsó a los precios por arriba de lo que estimaban los analistas.

     En términos desagregados, los precios subyacentes, o aquellos que excluyen bienes volátiles como productos agrícolas o energéticos, crecieron 0.46% en la primera quincena de febrero y 4.20% en términos anuales.

     Dentro de este indicador, los precios de las mercancías aumentaron 0.69%, o su mayor ascenso quincenal desde las primeras dos semanas de 2014, cuando avanzaron 1.14%. Además, los costos de los servicios ascendieron 0.27% a lo largo de este mes.

     Los precios no subyacentes, por su parte, registraron una ligera caída de 0.04% en los primeros 15 días de este mes, aunque mostraron un incremento de 6.25% en cifras anuales.

     Los precios de productos agropecuarios descendieron 0.86%, afectados principalmente por el retroceso de 19.6% del jitomate y de 13.4% de la cebolla, mientras que los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno mostraron un alza de 0.42%, liderados por el gas doméstico que subió 1.3%.

     Si bien la aceleración de la inflación subyacente sugiere un panorama gris para el desempeño de los precios en general en el largo plazo, algunos consideran que Banco de México aún cuenta con espacio para mantenerla bajo control incluso si no continúa con una posición demasiado agresiva respecto a su política monetaria.

     Apenas esta semana que la Comisión de Cambios le ordenaba a Banco de México estrenar un nuevo esquema de subastas de coberturas cambiarias, para reducir la volatilidad en el mercado, que fue visto con buenos ojos por el mercado y algunos esperan que ayude para que la depreciación del peso no se salga de control.

     “Las expectativas de largo plazo se encuentran ancladas”, escribió Alejandro Saldaña, analista del banco Ve Por Más, en un reporte. “Las políticas no convencionales anunciadas recientemente por la Comisión de Cambios, puede dar margen de maniobra a Banxico en cuanto al uso de la tasa de referencia como principal herramienta de política monetaria”.

    

 



Fecha de publicación: 23/02/2017

Etiquetas: inflación México precios Inegi economía peso dólar