Agustín Carstens, el gobernador del Banco de México, aceptó retrasar cinco meses su partida de ese cargo como respuesta a una petición directa que le hicieron el presidente Enrique Peña Nieto y José Antonio Meade, el secretario de Hacienda y Crédito Público.

     Así lo confirmó por la mañana el Banco Internacional de Pagos, quien reveló en un comunicado que aceptó la solicitud del banquero mexicano para posponer su llegada a ese organismo. 

     BIS, como también se le conoce a ese organismo internacional, por sus siglas en inglés, es considerado el banco de bancos centrales porque delinea la cooperación en temas de política monetaria.

     Carstens fue electo en un comité integrado por los banqueros centrales de Estados Unidos, la zona del euro, Alemania, Inglaterra, Japón, Francia e Italia, para ocupar la dirección de BIS a partir del 1 de octubre.

     Con su designación, el mexicano se convertirá en el primer funcionario de una nación emergente que ocupe esa posición al frente del organismo con sede en Basilea, Suiza.

     Sin embargo, el mexicano de 58 años solicitó una extensión para retrasar su llegada a esa posición. “La junta de gobierno de BIS ha aceptado la petición de Agustín Carstens de posponer su nombramiento como director general por dos meses al primero de diciembre de 2017”, dijo el organismo, en un comunicado.

    El actual director general de BIS, Jaime Caruana, extenderá su mandato hasta el 30 de noviembre con tal de esperar que el mexicano tome posesión.

     Más tarde, Banco de México confirmó que la decisión de Carstens atendió a una solicitud directa de las autoridades del país, quienes consideran que el papel del gobernador es crucial para enfrentar la incertidumbre que rodea a la economía mexicana, especialmente por la llegada a la presidencia de Estados Unidos de Donald J. Trump.

     La incertidumbre que rodea al futuro de la economía y de los mercados en México por la llegada de Trump a la presidencia del vecino del norte, por la alta relación comercial entre ambos países, ha generado una fuerte volatilidad.

     El nuevo residente de la Casa Blanca en Estados Unidos no sólo ha mostrado un discurso antagonista frente al comercio y la migración desde México. También, en sus primeros días al frente del cargo, anunció el inicio del proceso de renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que ambos países firmaron hace más de dos décadas con Canadá, y dijo que ordenó la construcción de un muro en la frontera de ambas naciones.

     De ahí que, para muchos, Carstens es una carta fuerte para mandar la señal a los inversionistas y a los mercados de que se mantendrá la estabilidad financiera que se ha reportado en el país desde que éste llegó a comandar el banco central, en 2009.

     Carstens habría aceptado la prórroga para mantenerse como gobernador cinco meses más “en una reunión de evaluación de la situación y perspectivas de la economía recientemente con el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, con el Secretario de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Meade Kuribreña”, dijo el banco central mexicano, en un comunicado. 

     Además la permanencia del banquero central da más tiempo al gobierno para elegir a su sucesor. Si bien existen al interior de ese organismo personas con amplias posibilidades de suceder a Carstens, todavía no es claro si el gobierno optará por proponer a alguien de la junta de gobierno o buscará incluir a alguien que actualmente no pertenezca al Instituto Central.

     De acuerdo con la ley vigente, el gobierno debe proponer a un miembro de la junta de gobierno de Banco de México para ocupar el puesto de banquero central. Analistas financieros piensan que dos de los candidatos favoritos a ocupar esa posición son Manuel Ramos Francia y Alejandro Díaz de León.

      Algunos analistas piensan que su permanencia, aunque apenas dure unos meses, envía señales positivas a los mercados e inversionistas internacionales.

      “Pensamos que es afortunado para México porque la gestión del doctor Carstens ha sido buena”, dijo Carlos Serrano, el economista en jefe con el banco BBVA Bancomer, en conferencia de prensa. “Permitirá una  transición ordenada, le dará más tiempo al gobierno federal de encontrar un candidato y permitirá que no haya un ‘cambio del timón’ cuando se dé el proceso más álgido de incertidumbre y de renegociación del tratado de libre comercio de aquí a diciembre”.

     Sin embargo, también hay quien piensa que la decisión de retener al gobierndor por cinco meses más no necesariamente es positiva ni para el banco central ni para la economía mexicana, debido a que podría generarse incertidumbre porque se mantiene en vilo la decisión sobre su sucesor y porque genera especulaciones sobre sus motivos.

      “El relevo en el Banco de México es de mucho impacto en la percepción de nuestros inversionistas”, dijo Adriana Berrocal, la presidenta nacional del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas, una organización que representa los intereses de miembros del sistema financiero, en su conferencia de prensa mensual. “Creo que algunos respiraron con tranquilidad con la noticia, sin embargo retrasar el relevo puede extender la incertidumbre sobre el rumbo que seguirá la política monetaria en el largo plazo, puede generar dudas adicionales de que va a pasar una vez que el doctor Carstens se retire”.

      Berrocal añadió que el vincular la decisión del titular de Banxico a la solicitud del Ejecutivo Federal “de alguna forma, llama la atención sobre cómo se está manejando el proceso de sucesión” y destacó la importancia de preservar la autonomía del banco central.

 

 

 

 



Fecha de publicación: 21/02/2017

Etiquetas: Carstens BIS Banxico