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Moscow, 21 de nov. (Dow Jones) -- Una mañana de septiembre, Andrei Yegorov despertó para descubrir que su cuenta bancaria estaba congelada y en número rojos con un adeudo de 75 millones de rublos, casi 1.2 millones de dólares.
En toda Rusia, activistas de oposición dijeron que cientos de personas han encontrado que ellos, también, inexplicablemente tienen un adeudo de 75 millones de rublos --la misma cantidad que investigadores estatales alegan que la organización del líder de la oposición rusa Alexei Navalny había lavado a los capos criminales del bajo mundo.
El Comité de Investigación de Rusia abrió una pesquisa sobre el grupo de oposición de Navalny en agosto, una investigación que él llama un intento de destruirlo y que está políticamente motivada.
Para Yegorov, un partidario de Navalny durante mucho tiempo, la medida de la cuenta bancaria envió un mensaje inequívoco: el costo de enfrentarse al presidente Vladimir Putin está aumentando a un nivel que pocos rusos comunes pueden soportar.
“Puede dañar psicológicamente a una persona sabiendo que no tiene acceso a su efectivo y que tiene una deuda que nunca pagará”, dijo Yegorov.
Navalny, un abogado de 43 años que se hizo público en 2012 cuando organizó protestas callejeras contra Putin, se ha convertido en el líder opositor más efectivo de Rusia en años. Su Fondo Anticorrupción se ha convertido en lo más cercano a un movimiento de oposición a nivel nacional que tenga Rusia. Su campaña ha expuesto presuntos sobornos de altos funcionarios, incluido el principal lugarteniente de Putin, el primer ministro Dmitry Medvedev, quien rechazó las acusaciones y las calificó de falsas.
Mientras que Putin eliminó hace mucho tiempo la disidencia dentro del sistema político estrictamente controlado del país, Navalny y simpatizantes como Yegorov se han vuelto cada vez más irritantes. Las autoridades rusas han descrito a su grupo como una herramienta del establecimiento estadounidense, con la intención de derrocar a Putin.
Durante años, el Kremlin ha utilizado casos judiciales para forzar a las organizaciones de mentalidad independiente a caer en bancarrota o la sumisión, pero las medidas contra Navalny u otros líderes de la oposición, instituidas discretamente después de que terminaron las protestas, han llevado a un nuevo nivel los intentos del Kremlin por sofocar el activismo político.
Denis Volkov, un sociólogo del encuestador independiente Levada Center, dijo que el éxito de Navalny en la organización de manifestaciones y protestas contra el Kremlin ha convertido a su grupo en una amenaza mayor para las autoridades.
“Las autoridades ven que ahora tienen algo que perder ante la oposición, por lo que han decidido finiquitarla”, dijo.
Los seguidores de Navalny y otros activistas de la oposición unieron fuerzas en Moscú durante el verano para manifestarse contra lo que llamaron detenciones arbitrarias e ilegales de manifestantes, la mayor muestra de disidencia en años contra las autoridades que apoyan al Kremlin. También lideró los esfuerzos por derrocar a los miembros del consejo de la ciudad pro-Putin en una votación municipal de Moscú en septiembre.
Las nuevas medidas dirigidas al grupo de Navalny muestran el peligro que el Kremlin ve en el activismo político ahora que Putin planea mantener el poder durante al menos otros cinco años antes de que termine su mandato. Los seguidores de Navalny están pagando personalmente el precio en la represión.
“Sé a lo que me enfrento al oponerme al Kremlin, y los miembros de mi familia también lo entienden”, dijo Yegorov.
Las autoridades rusas han presionado durante años a la base de apoyo de Navalny y han dirigido su campaña anticorrupción contra ellos en particular.
Una investigación anterior realizada por investigadores estatales acusó a su organización de lavar 75 millones de rublos en donaciones de jefes criminales rusos. En octubre, el grupo anticorrupción también fue designado como agente extranjero, lo que significa que Navalny tendrá que anunciar tal designación en su sitio electrónico.
Navalny dijo que la última ofensiva, que incluyó varias oleadas de redadas en sus oficinas y las de sus partidarios en toda Rusia, es una retribución por las elecciones municipales de septiembre. Después de que se prohibió la participación de muchas figuras de la oposición, llamó a sus partidarios a votar por cualquier persona que no fueren los candidatos de Putin, una estrategia que él llama votación inteligente.
Como resultado, en la capital, los candidatos afiliados al partido progubernamental Rusia Unida perdieron alrededor de un tercio de sus escaños en el Ayuntamiento de Moscú, un golpe vergonzoso cuando los rusos comunes mostraron su descontento con la caída de sus ingresos y el aumento de la deuda familiar.
Con las últimas redadas, “han decidido destruir nuestra red antes de que enlistemos a varios millones de personas en una estrategia de votación inteligente”, dijo Navalny. “A lo que nos enfrentamos ahora es a la intimidación y la destrucción de nuestra infraestructura”.
Además del bloqueo de alrededor de 500 cuentas bancarias en poder de los partidarios de Navalny, de acuerdo con el Fondo Anticorrupción, la organización ha enfrentado muchos casos judiciales en relación con las protestas de Moscú.
El restaurante Armenia, ubicado en una de las principales vías de la ciudad, demandó al grupo en octubre por casi 250 mil rublos debido a la pérdida de negocios. Navalny y otros líderes de la oposición también enfrentan otros casos judiciales, todos los cuales ascienden a más de 32 millones de rublos en reclamos.
Ninguno de los partidarios ha dicho que se les haya exigido pagar intereses sobre la deuda en sus cuentas.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que Putin estaba al tanto de las redadas contra partidarios de la oposición, pero que el presidente no estaba familiarizado con los detalles.
Olya Guseva, que vive en San Petersburgo y trabaja para la campaña anticorrupción de Navalny, dijo que su cuenta había sido bloqueada y mostró que le debía la misma cifra, 75 millones de rublos.
Otra voluntaria, en Saratov en el río Volga, publicó copias de pantalla en Facebook de dos de sus cuentas. Ambos estaban 75 millones de rublos en rojo.
Yegorov sospecha que llamó la atención de las fuerzas de seguridad de Rusia hace siete años. El robusto consultor de tecnología de la información dijo que recuerda que la policía lo siguió y que a veces fue detenido en manifestaciones. Dijo que la primera vez que fue detenido, sostenía un cartel que decía “No al fascismo”.
Ahora de 35 años, dijo que su casa de dos pisos ubicada en el suburbio occidental de Pskov en Moscú fue una de las más de 200 que fueron objeto de redadas policiales en septiembre. Poco después que los agentes irrumpieron en su puerta, un mensaje SMS de su banco apareció en su teléfono. Su cuenta corriente tenía un adeudo de 75 millones de rublos, al igual que la de su madre.
Yegorov estaba aturdido. Dijo que no podía entender cómo pudo haber sucedido. Llamó a su banco, que dijo que un tribunal de Moscú había ordenado que se bloqueara dicha cantidad y se le retirara de su cuenta, la cual no tiene una línea de crédito. No tenía ningún sentido, dijo.
El diario The Wall Street Journal revisó de forma independiente su estado de cuenta en Alfa Bank, que también proporcionó la orden de un tribunal de la ciudad de Moscú que congeló la cuenta, que Yegorov dijo que tenía dos mil rublos. El banco no proporcionó ninguna información adicional.
Yegorov dijo que la vida con 75 millones de rublos en rojo es más difícil que antes. Tienes que depender de amigos para tener dinero para gastar aquí y allá, para poder sobrevivir.
Pero no ha cambiado su decisión de apoyar el movimiento político de Navalny, dijo.
“Cuando te registras para participar en la oposición, tienes que saber en lo qué te estás metiendo”, dijo. “Podrías tener que cargar con una deuda de 75 millones de rublos, podrías ser asesinado. Pero has decidido pelear”.
Traducido por Luis Felipe Cedillo
Editado por Michelle del Campo
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Fecha de publicación: 21/11/2019
Etiquetas: Rusia Política Vladimir Putin Alexei Navalny Opositor Represión Bancaria Cuenta Deuda Disidencia Elecciones