México resalta participantes refinería por honestidad; historial no es blanco

19 de mar. (Sentido Común) -- El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha dicho que uno de los elementos que revisó para elegir a las empresas que participarán en la licitación de la construcción de la séptima refinería de Petróleos Mexicanos (Pemex) fue que esas compañías contaran con los mejores estándares y comportamientos éticos a nivel mundial.

     La búsqueda de empresas llamadas “honestas” tenía el propósito de alejar la posibilidad de sufrir actos de corrupción o extorsión por parte de contratistas sin escrúpulos, como ya ocurrió en obras públicas edificadas en el pasado y que incluso elevaron el costo de los proyectos, los dejaron inconclusos y dañaron la reputación de administraciones pasadas.

     Obviamente, que otro de los principales criterios para seleccionar a esas compañías fue su vasta experiencia y conocimientos técnicos en la construcción de refinerías, como la que busca construir el actual gobierno en el poblado de Dos Bocas, en el estado de Tabasco.

     “Se buscaron empresas, se tuvo entrevistas con muchas de todo el mundo. . .  [Queríamos] empresas que tuvieran las mejores prácticas de transparencia, de ética y, sobre todo, que tuvieran un amplio conocimiento técnico en construcción de estas refinerías”, dijo Rocío Nahle, la secretaria de Energía, en la conferencia matutina del presidente López Obrador, en la que anunció que se habían seleccionado a cuatro consorcios para participar en el concurso para la construcción de la refinería Dos Bocas.

     Las compañías que al final cumplieron con las condiciones --éticas y técnicas-- del gobierno fueron el consorcio formado por la estadounidense Bechtel y la ítalo-argentina Technit; el consorcio formado por la australiana WorleyParsons y la estadounidense Jacobs; la firma de origen francés Technip y la empresa estadounidense KBR.

     “Acerca de las empresas para la construcción de la refinería son las mejores del mundo, las cuatro que se seleccionaron y que fue a partir de un estudio, de una investigación”, agregó hoy el presidente de México, en su conferencia de prensa diaria. “Esas cuatro han construido en promedio 150 refinerías cada una, son las que más experiencia tienen en la construcción de refinerías”.

     “Actuamos de esa manera [con una invitación y no licitación abierta] porque no queremos que en esas obras tan importantes las empresas no tengan capacidad profesional, que no tengan capacidad económica y, sobre todo, que no sean empresas con dimensión ética. No queremos casos como los de Odebrecht, no queremos casos de obras inconclusas o de empresas que no han cumplido, por eso se cuidó esta situación”.

     Odebrecht es una firma constructora de origen brasileño que reconoció hace unos años, ante las autoridades de Estados Unidos y Brasil, haber montado un esquema multinacional de sobornos en 12 países, México entre ellos, a fin de ganar contratos de obras públicas.

     Los directivos de la empresa e incluso algunos políticos de varios países, incluidos presidentes latinoamericanos, están ya en prisión o enfrentan acusaciones por ese caso.

     En México, sin embargo, eso no ha ocurrido pese a que la antigua Procuraduría General de la República (PGR) dijo hace más de un año que había concluido una investigación al respecto.

     Además, la nueva Fiscalía General de la Republica (FGR), que reemplazó la PGR, tampoco ha acusado formalmente a nadie en ese caso, que convirtió a Odebrecht en un ejemplo de corrupción a nivel internacional.

     “Repito, también. . . las empresas extranjeras que participen en los procesos de licitación tienen que ser también de países en donde no se tolera la corrupción”, agregó el presidente el lunes al anunciar los primeros detalles de la licitación de una nueva refinería de Pemex en Tabasco.

     Claro que al colocar estándares tan altos en materia de ética y honestidad, el presidente y su secretaria de Energía han abierto la puerta a críticas ya que en el pasado reciente de las empresas seleccionadas hay, cuando menos, actos que tienen la apariencia de ser irregulares y que han despertado sospechas sobre su actuación ética.

     Una de ellas incluso tuvo relaciones ya en México con la firma Odebrecht, que dirigía Mario Odebrechy, hasta que fue encarcelado en 2015.

     Basta con realizar una búsqueda en internet con los nombres de las empresas invitadas a participar en la construcción de la nueva refinería de Dos Bocas para encontrar reportes periodísticos serios que ponen en duda la reputación de esas compañías.

     Por ejemplo, la compañía ítalo-argentina Techint ha sido objeto de denuncias por actos de corrupción. 

     “Techint es una compañía que ya ha sido beneficiada con jugosos contratos para realizar obras en la reciente década y que, además, aparece ligada a la investigación que por corrupción se desarrolla en Brasil en torno a Petrobras”, reportó el semanario mexicano Proceso, en marzo de 2017, mucho antes de conocerse que sería una de las empresas elegidas para participar en la licitación del gobierno de López Obrador.

     La compañía Techint, que es dirigida por el empresario Paolo Rocca, está además siendo investigada por las autoridades de Brasil, Italia y Suiza por haber montado aparentemente una estructura de cuentas offshore para ocultar las transferencias de sobornos, en un esquema muy similar, si no es que idéntico al de la brasileña Odebrecht.