Arturo Herrera (izquierda), el subsecretario de Hacienda y Crédito Público, observa al presidente Andrés Manuel López Obrador mientras firma su inscripción a su fondo de ahorro para el retiro. Foto de Presidencia.
Arturo Herrera (izquierda), el subsecretario de Hacienda y Crédito Público, observa al presidente Andrés Manuel López Obrador mientras firma su inscripción a su fondo de ahorro para el retiro. Foto de Presidencia.

12 de mar. (Sentido Común) -- El presidente Andrés Manuel López Obrador no parece estar dispuesto a ceder en sus intenciones de construir una refinería en el puerto de Dos Bocas, Tabasco, como prometió en campaña para reducir la dependencia energética que tiene el país de combustibles fabricados en otras naciones --principalmente Estados Unidos.

El compromiso es tal que el mandatario negó hoy que su gobierno contemplara posponer ese proyecto como aparentemente sugirió el subsecretario de Hacienda y Crédito Público, Arturo Herrera, en una entrevista con el diario británico Financial Times.

“No [hay retraso]. . . se va a construir la refinería, se va a terminar en tres años, como se contempló y va a costar de seis a ocho mil millones de dólares”, dijo López Obrador en su conferencia matutina en respuesta a la pregunta sobre si corroboraba el posible retraso en la construcción de la refinería que mencionó Herrera al Financial Times. “Se cuenta con 50 mil millones de pesos para la refinería. . .  Entonces si tenemos presupuesto, y es muy probable que se haga el anuncio sobre la licitación el 18 de marzo”.

Los comentarios divergentes del presidente y el subsecretario vuelven a mostrar que hay, como en prácticamente todos los gobiernos, una división al interior del gabinete ampliado de López Obrador sobre cómo, cuándo y si conviene llevar a cabo ciertos proyectos de inversión claves.

Para muchos las opiniones encontradas reflejan de nuevo la división que se cree existió en la decisión de López Obrador de cancelar la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en el Lago de Texcoco.

En esa ocasión, en el bando a favor de mantener la obra estaban aparentemente Alfonso Romo, hoy encargado de la Oficina de la Presidencia, y algunos de los asesores económicos del presidente; mientras que en el otro estaba el hoy secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, y el asesor empresarial de López Obrador, José María Rioboó, quien al parecer recomendó a Jiménez Espriú para el cargo.

Ahora, la división aparentemente surge entre, por un lado, funcionarios de Hacienda, a favor de aplazar la edificación de la refinería por el impacto negativo que tendría la inversión en ese proyecto en las finanzas de la petrolera estatal, Petróleos Mexicanos, y finalmente en las finanzas del gobierno federal; y, por otro, servidores de la Secretaría de Energía, quienes respaldan los planes del presidente por ampliar el sistema de refinación de Pemex, incluido la edificación del proyecto de Dos Bocas.

De hecho, tras las palabras del presidente de mantener la refinería, la secretaria de Energía, Rocío Nahle, pidió al subsecretario Herrera, durante una entrevista radiofónica, que se retractara de lo que dijo al diario británico.

“La refinería se va a hacer. Ya está etiquetado para este año en el presupuesto de egresos 50 mil millones de pesos para el arranque”, dijo Nahle, en entrevista con el programa radiofónico matutino, Aristegui Noticias, que conduce la periodista Carmen Aristegui. “Es un proyecto que va caminando. Yo entiendo al subsecretario de Hacienda, pues es su trabajo ajustar el presupuesto, como dicen ellos estirar la cobija para que cubra todo. Pero en este sentido la refinería es un proyecto que está contemplado, que ya lo anunció el presidente y que estamos trabajando con la mano de Petróleos Mexicanos”.

Herrera nunca sugirió a Financial Times que la refinería se cancelaría, pero sí indicó que los recursos que se iban a destinar a ese proyecto se emplearían en cambio para ayudar a Pemex a retener y revertir la caída de la producción de crudo que confronta desde hace 15 años y que la han dejado con los niveles de producción no visto en 40 años.

Para los especialistas en petróleo, la propuesta de Herrera tiene mucho más sentido financiero que la de Nahle, ya que es mucho más rentable para Pemex extraer crudo, que dedicarse a rescatar su sistema de refinación, para lo cual tendrá que ser muy eficiente --una característica que la petrolera estatal no ha mostrado a lo largo de al menos las últimas cuatro décadas y que muchos dudan que pueda revertir en tan sólo tres años.

Claro que Nahle no comparte esa visión.

La refinería “no se retrasa. Entre más rápido salga este proyecto sale más barato”, agregó en la entrevista. “En este momento se están construyendo refinerías [en todo el mundo] y eso es más o menos lo que cuesta una refinería sin llevarlo a los extremos de casos de sobreprecio y corrupción”.

Para López Obrador, con 65 años de edad, la construcción de esa instalación, junto con la reconfiguración de las otras seis refinerías de Pemex, aunque dos están paradas, es vital para ayudar a que Pemex produzca más gasolinas y pueda reducir el volumen de importaciones que hoy realiza.

De acuerdo con los datos más recientes de la petrolera, México importó casi 80% de los 706 mil 844 barriles diarios de gasolina que demandó el mercado interno durante enero, algo que, en opinión del presidente, cambiará cuando la petrolera aumente su capacidad de refinación con la nueva instalación y con la mejoría de las otras refinerías de su propiedad.

Claro que para poder realizar eso, el gobierno de López Obrador no la tiene fácil, principalmente por la deuda de más de 106 mil millones de dólares de Pemex, que junto con sus necesidades de inversión para aumentar la producción de crudo, la dejan en una situación, cuando menos, vulnerable.

De ahí, que algunos analistas petroleros no recomienden al presidente y a Pemex edificar una nueva refinería para no comprometer las finanzas de la petrolera con la realización de un proyecto complejo y cuya rentabilidad está en duda, al menos en comparación con la que dejan la exploración y explotación de crudo.

Además, López Obrador ha sido muy enfático en decir que él no endeudará más al país, algo que se podría complicar si mantiene todas sus promesas de campaña, como es la construcción de la refinería, y la economía se desacelera, como ya está ocurriendo.

Esto sería así porque la administración lopezobradorista podría tener dificultades para recabar suficientes recursos tributarios para mantener finanzas públicas sanas.

Pemex incluso al parecer, de acuerdo a diversas agencias calificadoras, requerirá de más apoyos para poder cumplir con sus planes de inversión y obligaciones financieras, algo que si bien ayudaría a la empresa, podría también descuadrar las finanzas del gobierno.

López Obrador podría así no cumplir con su promesa de cuidar las arcas públicas, una de las promesas que debería ser prioritaria pues si no se cumple con ello la estabilidad económica actual de México podría perderse.

 





Fecha de publicación: 12/03/2019

Etiquetas: México López Obrador refinería SHCP Herrera Nahle finanzas Pemex gasolinas