Japón está desafiando la demografía al contratar a personas de la tercera edad y así solventar su problema de falta de trabajadores. Foto de archivo.
Japón está desafiando la demografía al contratar a personas de la tercera edad y así solventar su problema de falta de trabajadores. Foto de archivo.

Kanazawa, Japón, 11 de feb. (Dow Jones) -- Debido a que se piensa que la demografía es el destino, hace mucho tiempo que Japón se vio obligado a estancarse con su envejecida población y su tasa de natalidad.

Pero en los últimos años Japón ha desafiado al destino. Desde 2012, su población en edad de trabajar se ha reducido en 4.7 millones, sin embargo, el número de personas que trabajan ha aumentado en 4.4 millones, el ingrediente crítico en lo que hoy es la segunda expansión económica más larga vista en Japón desde la Segunda Guerra Mundial. La proporción de la población en la fuerza laboral ha aumentado considerablemente desde 2012, más que en cualquier otra gran economía avanzada.

Japón está refrescando su fuerza laboral a partir de tres grupos a menudo menospreciados: personas de la tercera edad, mujeres y extranjeros. Esto ofrece lecciones importantes para muchos otros países que ahora, o pronto, enfrentarán presiones demográficas similares.

El tamaño de una población todavía puede limitar su crecimiento a largo plazo, pero esto puede estar más lejos de lo que los economistas y los responsables políticos han asumido durante mucho tiempo.

Un desempleo cercano a un mínimo de 25 años, de 25%, ha obligado a los empleadores a ser menos exigentes con respecto a quiénes contratan. Mientras tanto, las políticas promulgadas por el Primer Ministro Shinzo Abe están reformulando las normas culturales sobre cuándo retirarse, si las mujeres con hijos deben o no trabajar y si Japón debe o no admitir a trabajadores extranjeros.

“La estructura del país ha cambiado bastante en los últimos 10 y especialmente en los últimos cinco años”, dijo Izumi Devalier, directora de economía de Japón para Bank of America Merrill Lynch en Tokio.

El gobierno japonés ha buscado durante mucho tiempo extender la vida laboral; en 2004 comenzó a elevar la edad de jubilación de la seguridad social de 60 a 65 años y obligó a las empresas a aumentar o suprimir la edad de jubilación o introducir un sistema para volver a contratar a trabajadores que se jubilaban. Esto ha mantenido a los hombres japoneses en el trabajo hasta bien entradas las décadas 60 y 70.

La prefectura de Ishikawa, que está en la costa oeste de Japón, va un paso más allá para hacer frente a su apremio demográfico inusualmente grave. Hace cuatro años, la finalización de una línea del tren bala que va de Tokio a la capital de la prefectura, Kanazawa, intensificó la afluencia de turistas, mientras que la fabricación, especialmente de sus preciados productos alimenticios, está en auge. Pero su población ha estado disminuyendo desde 2005, un producto tanto de la disminución de las tasas de natalidad como de la emigración, en particular a Tokio y Osaka. También tiene uno de los mercados laborales más presionados del país, con dos vacantes por cada persona desempleada.

Wataru Seki, un funcionario del departamento local de carrera y apoyo vital, dijo que la escasez de trabajadores puede perjudicar el crecimiento de las empresas y degradar la calidad de vida.

“Si la población disminuye, las industrias de servicios como los supermercados se retirarán y la gente tendrá problemas para adquirir lo que requieren. Tenemos más hogares de una sola persona, y pueden estar aislados. La escala de la economía se reduce, por lo que los ingresos fiscales serán menores y eso afectará las finanzas regionales”.

El gobierno de la prefectura ha abordado el problema con programas para atraer a los jubilados y a las madres a la fuerza laboral, y revertir la emigración de jóvenes.

Los funcionarios gubernamentales se inspiraron en parte en Ohara, una empresa familiar que elabora postres y pudines con las preciadas frutas y verduras de la región, como los camotes.

Hace cinco años, el propietario, Shigeru Ohara, necesitaba personal para operar un nuevo turno y siguió la ruta habitual, poniendo anuncios en los periódicos locales y en el centro de empleo del gobierno. Contrató trabajadores de una agencia de personal temporal; muchos nunca se presentaron para laborar en su primer día de trabajo. “Incluso si los jóvenes venían, no duraban. Y no vinieron”, dijo.

Luego, por sugerencia de un amigo, insertó un volante en los periódicos que se entregan en los edificios de departamentos cercanos que están llenos de jubilados mayores, con una condición notable: los solicitantes tenían que tener 60 años o más.

Obtuvo 20 candidatos y contrató a nueve, el doble de su plan original. Hoy en día, los trabajadores de edad avanzada, con un promedio de 70 años, comprenden una cuarta parte de sus 80 empleados. Él habla muy contento sobre ellos.

“Debido a su larga experiencia laboral, saben cómo funciona la organización, qué se espera de ellos, nunca llegan tarde y reciben órdenes de personas más jóvenes”, dijo. Están contentos con las tareas que los trabajadores más jóvenes encuentran repetitivas y tediosas, como quitar y hornear la carnaza de una calabaza para hacer una pasta. No solo trabajan el turno de las 5 a.m., sino que llegan más temprano.

Satoshi Kataoka, ahora de 70 años, es uno de ellos. Se retiró de un fabricante de dispositivos médicos a los 65 años pero todavía quería trabajar; su pensión era suficiente para vivir, pero no como para sufragar mucha diversión. Varios trabajos no funcionaron porque eran demasiado exigentes físicamente. Entonces vio un anuncio de trabajo en Ohara.

Ahora disfruta de la compañía de sus compañeros de trabajo y también le gusta a su esposa porque ya no está dando vueltas ocioso por la casa.

Aunque el salario es apenas un tercio de lo que ganaba antes de retirarse, dijo: “Es lo suficientemente bueno, porque ahora gano un dinero extra”.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo           

Copyright © 2019 Dow Jones & Company, Inc. All Rights Reserved

 


Fecha de publicación: 11/02/2019

Etiquetas: Japón Demografía Fuerza Laboral Tasa Natalidad Persona Tercera Edad Trabajo Crecimiento Contratación Extranjeros Mujeres