Personal de Pemex trabaja en el área de la explosión. Una bola de fuego masiva que envolvió a las personas recogiendo el combustible que se derramaba de un oleoducto mató a varias personas y quemó gravemente a otros. (Foto AP / Claudio Cruz)
Personal de Pemex trabaja en el área de la explosión. Una bola de fuego masiva que envolvió a las personas recogiendo el combustible que se derramaba de un oleoducto mató a varias personas y quemó gravemente a otros. (Foto AP / Claudio Cruz)

19 de ene. (Sentido Común) -- Una toma clandestina en un poliducto que transportaba gasolina del puerto de Tuxpan, en el estado de Veracruz, a la refinería en Tula, en Hidalgo, explotó cerca del poblado de Tlahuelilpan, Hidalgo, cuando centenas de personas se congregaban ahí para llenar recipientes y bidones, lo que provocó la muerte de 85 personas y una centena de heridos, en lo que se convirtió e en una de las peores tragedias de los últimos años ocasionada por las actividades ilícitas para extraer combustible de la infraestructura de transporte de la empresa petrolera estatal, Petróleos Mexicanos.

     La detonación tuvo lugar cerca de las 6:50 p.m. del viernes, un par de horas después de que Pemex detectara una disminución de presión en el poliducto y que diera aviso de ello a las autoridades federales. La baja de presión, la sospecha de una fuga o de un intento por pinchar el ducto y el aviso, se dio así alrededor de las 4:50 p.m., aunque los ejecutivos de la petrolera estatal no cerraron las válvulas del ducto hasta las 6:20 cuando los protocolos para esas acciones lo permitían. 

     Octavio Romero, director general de la petrolera, dijo en la primera de cuatro conferencias de prensa convocadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador para dar información del suceso, que la empresa procedió al cierre de válvulas para disminuir la presión y que así dejara de transitar el combustible.

     No obstante, el objetivo de las autoridades se dificultó por la presión que llevaba el ducto para bombear el combustible hacia la refinería de Tula, lo que hizo que se derramara un gran volumen de gasolina por la perforación ilícita del poliducto, mientras las autoridades lo cerraron.

     Así, el flujo de combustible en la toma posibilitó que la gente siguiera recabando gasolina hasta el momento del estallido, cuya causa está investigando la Fiscalía General de la República. 

     Videos de la tragedia mostraron una cortina de fuego de varios metros de largo en donde está el ducto y en donde minutos antes centenas de personas, extraían el combustible derramado por la toma clandestina. Las llamas en donde se ubicaba la toma clandestina llegaron a tener varios metros de altitud. 

     El fiscal general de la república, Alejandro Gerzt Manero, dijo en la segunda conferencia de prensa sobre la explosión que una de la distintas hipótesis que podría explicar la inflamación de la gasolina regada por la picadura ilegal del ducto es la posible descarga eléctrica que pudo provocar la ropa sintética que portaban las personas que recolectaban el combustible en las zanjas excavadas a un costado del ducto.  

     El ducto estaba cargado con gasolina de muy alto octanaje. Eso genera una serie de gases de una gran letalidad, y por tal razón, en el momento en que eso se da y las personas empiezan a acercarse y a moverse de una manera multitudinaria alrededor de esa zona que estaba cargada de gases, muchas de las personas usan ropa de contenido sintético, que tiene también la posibilidad de generar reacciones eléctricas, dijo Gertz Manero, enfatizando que esta era una hipótesis de otras que su agencia estaba siguiendo para determinar las causas del estallido. 

     En México, el robo de combustibles a través de esas ordeñas ilícitas de los poliductos de Pemex han venido creciendo en los últimos años, al grado que el mandatario mexicano anunció el 27 de diciembre un plan para combatir esa extracción ilícita. 

     De ahí que en los últimos días del año pasado y a inicios de este, diversas ciudades padecieran escasez de gasolinas por la decisión del gobierno mexicano de cerrar temporalmente los poliductos de Pemex a fin de combatir el robo de combustibles, mientras las autoridades desplegaban a más de ocho mil miembros de las fuerzas armadas a instalaciones y ductos de la petrolera estatal, como una forma para combatir esas actividades ilícitas. 

     López Obrador ha dicho que el robo de combustibles representó para Pemex pérdidas de entre 60 y 65 mil millones de pesos (tres y 3.2 mil millones de dólares) el año pasado.

     La explosión del ducto ocurrió aún con la presencia de 25 militares que intentaron persuadir, sin éxito, a las personas para que abandonaran la zona. 

     De acuerdo con Luis Cresencio Sandoval, secretario de Defensa Nacional, el número de personas --algunos estiman de cerca de seiscientas -- que intentaban tomar el combustible superaba con creces a la de los efectivos presentes, por lo cual los militares intentaron convencer a la gente de no acercarse al ducto pero no de detenerlas, algo que hubiera podido generar una confrontación de también graves consecuencias. 

     López Obrador respaldó este accionar de las fuerzas armadas, que respondió al protocolo instituido para casos como el del derrame cercano a Tlalhuelilpan. El presidente incluso felicitó al ejército y a la policía federal por la forma en que intentaron convencer a las personas, sin el uso de la fuerza. Claro que dijo que su gobierno y las fuerzas armadas están a favor de revisar sus protocolos para perfeccionar esos lineamientos.

     “En el caso de los militares y de la policía preventiva, existen estos protocolos, repito, actuaron bien, pero no vamos a dejar de revisarlos y de mejorarlos, de perfeccionarlos”, dijo López Obrador en su tercera conferencia de prensa.

     Tras la explosión, las fuerzas armadas en el lugar implementaron el plan DN-III, que es el protocolo de emergencia que tienen las fuerzas armadas mexicanas para ayudar a la población en casos de emergencia o desastre natural, como huracanes o terremotos. 

     Gertz Manero agregó en sus presentaciones que la investigación que realiza la fiscalía que el encabeza está encaminada a determinar la responsabilidad de quienes cometieron un delito “perfectamente establecido”, que es el robo de hidrocarburos, no tanto a si hubo una accionar deliberado para generar una explosión, que es una consecuencia de lo primero. Aunque, claro, que tampoco queda aún descartada la posibilidad de que alguien hubiera provocado deliberadamente el estallido. 

     Entre los indicios por revisar por parte de las autoridades están los videos, junto con los audios, tomados antes y después de la explosión, no obstante, reconoció que la investigación se dificultará porque las personas más cercanas a la toma fallecieron al momento de la explosión.

     “Es un delito grave con penalidad de entre 20 y 30 años, se están levantando todos los peritajes para determinar responsabilidades, confirme avancen los peritajes los haremos públicos”, dijo el fiscal general, solicitando a los pobladores que estaban en la zona del accidente a acercarse a las autoridades para brindar sus testimonios a fin de poder reconstruir mejor lo ocurrido y determinar los posibles culpables de la tragedia por haber pinchado el poliducto.

     Por el momento el número de víctimas es el triple de las registradas en 2010 cuando se registró una desgracia similar en San Martín Texmelucan, en el estado de Puebla, donde fallecieron 29 personas, también por causa de una explosión generada por el derrame de combustible por una toma clandestina. 

     A pesar de la tragedia y del dolor que provocó la pérdida de vidas en muchas familias, López Obrador, quien entró en funciones 50 días atrás, refrendó su cruzada contra el combate del robo de combustibles, tanto en instalaciones de producción, almacenaje o distribución de Pemex, como en sus poliductos. A esta última práctica de ordeña de ductos se le conoce en México como “huachicoleo”, una palabra de origen francés por el vocablo "gouache", que se utiliza para referirse a la práctica de diluir pintura con agua y que con el tiempo en México paso a usarse como huachicol, en referencia a bebidas alcohólicas adulteradas y posteriormente a la acción de robar combustibles.

     “Duele mucho que estas prácticas se hayan arraigado en los últimos tiempos en el país… desgraciadamente se extendió a toda la zona petrolera”, dijo en la conferencia de prensa López Obrador. “Aunque duela mucho, tenemos que seguir con el plan”.

     Romero, el director de Pemex, explicó que el ducto Tuxpan-Tula e uno de los más importantes para el traslado de combustible para surtir diversas ciudades importantes de la región centro llamada Bajío, así como del occidente de México. El ejecutivo agregó que el poliducto lo cerró la empresa petrolera el 23 de diciembre para intentar frenar la extracción ilegal de combustible, pero que comenzó a llenarse nuevamente el 16 de enero. 

      Agregó que son comunes las tomas clandestinas cerca de Tlahuelilpan, donde han detectado 10 en los últimos 90 días, una de las cuales también generó una explosión el 18 de diciembre.




Fecha de publicación: 18/01/2019

Etiquetas: México explosión ducto Pemex Hidalgo AMLO Tlahuelilpan