La crisis por escasez de combustibles en México podría profundizar el menor dinamismo económico en 2019. Foto de AP/Marco Ugarte.
La crisis por escasez de combustibles en México podría profundizar el menor dinamismo económico en 2019. Foto de AP/Marco Ugarte.

15 de ene. (Sentido Común) -- El presidente Andrés Manuel López Obrador podría tener un amargo inicio de gestión en el aspecto económico si se materializan algunos factores negativos en el exterior y, sobre todo, si la reciente crisis de desabasto de combustible en algunas zonas del país se extiende y acaba por impactar el dinamismo económico, advirtieron analistas.

     La primera institución en mostrar su visión menos optimista sobre la economía de México este año fue Bank of America Merrill Lynch (Bofa), uno de los mayores bancos de inversión en el mundo, quien recortó su pronóstico para el crecimiento de la economía de México en este año de 2 a 1%.

     Los economistas de ese banco, cuya sede está en Charlotte, Carolina del Norte, estimaron que, por un lado, la economía de Estados Unidos crecerá menos de lo esperado este año y acabará por afectar el desempeño de la actividad en México.

     “El crecimiento mundial y estadounidense más lento implica una menor demanda externa de productos mexicanos y, en última instancia, menos apoyo de las remesas”, escribieron los economistas de Bofa, en un reporte.

     El mercado estadounidense es el destino de alrededor de 80% de todas las exportaciones totales de México.

     La desaceleración esperada en la mayor economía del planeta podría verse aún más acentuada por las secuelas negativas que podría dejar el cierre parcial de actividades del gobierno de Donald J. Trump, que está por cumplir su tercera semana y ya es el más largo desde que se tiene registro.

     Claro que si bien el desempeño de la economía estadounidense es crucial para México, los analistas de Bofa destacaron que algunos factores internos también podrían posiblemente frenar el crecimiento en este primer año de gobierno, como ha ocurrido en el pasado tras el cambio de estafeta del gobierno.

     En los últimos sexenios, el primer año tras el cambio de administración es uno de los más difíciles para la economía nacional, debido al retraso que generalmente se observa en algunas secretarías para empezar a ejercer el presupuesto.

     Además, el gobierno registra un cambio en la planta de personal encargada de ejercer el gasto público y, por consecuencia, tiene dificultades para ejercer la inversión.

     “La economía mexicana se ha desacelerado en el primer año de cada administración”, dijo Fernando López Macari, el presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), en una conferencia de prensa sobre el desempeño de la economía nacional.

     Cuando Enrique Peña Nieto tomó posesión del cargo, por ejemplo, vio desacelerar el crecimiento del PIB de México de 3.6% en 2012 a 1.4% en 2013, mientras que en el inicio de gestión de su antecesor, Felipe Calderón, se vio un desempeño similar al registrar una baja desde 4.5% en 2006 a 2.3% en 2007.

     Solo que ahora, además de esa tendencia estacional, los economistas de Bofa y los de otras instituciones, identificaron algunos posibles impactos negativos que podrían ser creados por el propio gobierno de López Obrador en su intención de cumplir con las promesas que hizo durante su campaña presidencial.

     El primer impacto podría darse por un menor desempeño del consumo y la inversión, ante el aumento en la incertidumbre que ha generado el presidente con algunas de sus decisiones, como la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en Texcoco o la escasez de gasolina en algunos puntos del país por ciertas acciones que tomó el gobierno para combatir el robo de gasolinas por hasta 60 mil millones de pesos al año que sufría la empresa estatal Petróleos Mexicanos.

     Si bien los especialistas de Bofa creen que muchas de las políticas presentadas hasta ahora por López Obrador tendrán una afectación temporal sobre la actividad, tampoco descartan que se observen de manera “recurrente”.

     Además, el banco estadounidense considera que las políticas públicas que buscará implementar el presidente tomarán cierto tiempo en tener un impacto sobre el crecimiento de la economía mexicana, a la vez que estarán acotadas por el compromiso de mantener un equilibrio fiscal en las finanzas públicas.

     Finalmente, Bofa prevé una caída en la productividad del país por el “uso ineficiente” de los recursos por parte del nuevo gobierno federal.

     “La cancelación del nuevo aeropuerto y la reciente falta de abasto de combustibles en diversos estados son ejemplos” de esto, escribió Carlos Capistrán, economista en jefe para Canadá y México de Bofa, en un reporte. Esto “reducirá la productividad total del país”.

     El banco estadounidense también recortó su pronóstico para el crecimiento de la economía nacional en 2020 de 2 a 1.5%.

    Otros factores que podrían frenan la actividad económica nacional son una política monetaria contractiva que ha elevado las tasas de interés en los últimos meses, así como la incertidumbre que rodea la aprobación del nuevo acuerdo de libre comercio de Norteamérica en el Congreso de Estados Unidos.

     “La política monetaria contractiva está justificada por la intención de Banxico de regresar la inflación a su objetivo y anclar las expectativas”, agregó Capistrán. “Sin embargo, el menor crecimiento evitará que eleve otras vez las tasas de interés”.

     Bofa espera que Banco de México no eleve de nueva cuenta las tasas de interés en el corto plazo, aunque anticipa que tampoco las recortará, al menos durante la primera mitad de este año por la persistencia que ha mostrado la inflación para regresar a la meta anual de 3%.

     Por su parte, los especialistas de Citigroup, la matriz del banco Citibanamex en México, coincidieron con Bofa en que la escasez de combustibles podría tener consecuencias adversas para la economía, tal como ya se observan en algunos sectores como el turismo o las ventas al por menor en el centro de país y en la zona del Bajío.

     Si el desabasto de gasolinas y diésel en algunos estados dura alrededor de 45 días --actualmente van cerca de 17-- entonces podrían restar hasta 0.3 puntos del PIB nacional para 2019, dijeron los economistas de la matriz de Citibanamex.

      “Incluso si elogiamos la resolución del gobierno para combatir un problema que gradualmente se ha convertido en una amenaza nacional, creemos que los efectos secundarios de su estrategia pueden ser sustanciales”, escribieron los economistas de Citi, en un reporte. “Para que este sea un curso de acción recomendable, la medida debe ser temporal y la reducción en el robo una vez que las condiciones vuelvan a la normalidad debería ser lo suficientemente significativa como para compensar el tiempo que la medida estuvo vigente”.

     Los expertos de Citi no son los únicos que dudan si México, al tomar acciones agresivas para evitar el robo de hidrocarburos, podría acabar por frenar aún más el crecimiento de la economía en caso que la crisis se extienda más.

     Por su parte, los representantes de IMEF hicieron lo propio al recortar su estimado de crecimiento para la economía mexicana este año, de 1.8% que esperaban el mes pasado a 1.7%.

     La economía de México “no está exenta de los costos derivados de estas acciones”, agregó López Macari, de IMEF, en la conferencia. Es “fundamental una mejor planeación” para evitar ver estas afectaciones.

 

 


Fecha de publicación: 15/01/2019

Etiquetas: México crecimiento PIB BofA expectativas gasolina escasez Citigroup IMEF