Un hombre camina con un contenedor para cargar gasolina en la capital del país luego que el combate al robo de combustibles, que ha generado el cierre de poliductos, combinado con menores importaciones de energéticos, ha provocado escasez de combustibles en diversas entidades del país. Foto AP/Marco Ugarte.
Un hombre camina con un contenedor para cargar gasolina en la capital del país luego que el combate al robo de combustibles, que ha generado el cierre de poliductos, combinado con menores importaciones de energéticos, ha provocado escasez de combustibles en diversas entidades del país. Foto AP/Marco Ugarte.

11 de ene. (Dow Jones/Sentido Común) -- México ha reducido las importaciones de gasolina proveniente de Estados Unidos desde que el presidente Andrés Manuel López Obrador asumió el cargo el 1 de diciembre, en un momento en que las autoridades han lanzado una ofensiva contra el robo de combustible que ha parado la distribución y causado escasez de gasolina en varios estados del país, incluida la capital.

Las importaciones marítimas de gasolina desde la costa del golfo de Estados Unidos han promediado alrededor de 350,000 barriles por día durante el gobierno de López Obrador, 28% menos que en diciembre de 2017 y enero de 2018, de acuerdo con la firma de investigación ClipperData.

Petróleos Mexicanos, la empresa petrolera estatal y la compañía que importa casi la totalidad de los combustibles que requiere México, no ha revelado aún sus cifras de importación de petrolíferos de diciembre de 2018 ni de las primeras dos semanas de enero de 2019. Hasta noviembre del año pasado las cifras reportaba no reflejaban ninguna disminución de las compras de combustibles en el exterior.

La caída de las importaciones que revela ClipperData es el resultado de un menor número de pedidos de gasolina estadounidense, algo que podría también explicar la congestión reciente en las terminales de almacenamiento de combustible en la costa del Golfo de México, donde al menos 15 buques cisterna estaban anclados esperando a descargar varios millones de barriles de gasolina, de acuerdo con analistas de la industria y funcionarios gubernamentales.

Para algunos de ellos, el problema para descargar esa carga se debe, a su vez, a la decisión del actual gobierno de cerrar algunos poliductos para evitar la ordeña ilegal de combustibles. Como resultado de eso, los tanques de almacenaje en puertos petroleros del país, como Tuxpan o Veracruz, no se han vaciado al ritmo esperado para permitir que los buque tanques puedan deshacerse de su carga, algo que representará un fuerte desembolso para Pemex, que tendrá que enfrentar las penalidades que establecen los contratos de compra por los rezagos en la descarga de los combustibles adquiridos e importados.

Claro que la disminución de la importación podría explicar en parte también los problemas de escasez de combustible por los que atraviesan múltiples estaciones de servicio en diversas ciudades del país, incluida Guadalajara, la segunda zona metropolitana más grande de México en el estado de Jalisco.

La falta de combustible en esas gasolineras está ya enojando a algunos los automovilistas, quienes enfrentan largas colas para llenar sus tanques; al tiempo que otras han tenido que cerrar por no contar con combustible para sus clientes.

La escasez está además provocando el cierre de algunos sistemas de transporte público y pérdidas a empresas, principalmente pequeñas y medianas, en todo el centro de México.

López Obrador, sin embargo, negó en un video grabado que las cifras de ClipperData fuesen ciertas, ya que su gobierno no ha frenado la importación de combustibles.

“Es falso. . . de que estamos comprando menos gasolina en el extranjero. No desgraciadamente, estamos comprando más”, dijo el presidente en el video. “El desabasto es por el combate al huachicol” o el nombre común con el que se conoce el robo de combustible.

“Puedo probar con datos que estamos, desgraciadamente, comprando más gasolina en Estados Unidos para que no falte el abasto y vamos a resolver pronto este asunto”, agregó López Obrador.

El gobierno de México ha explicado la escasez como resultado de la decisión del presidente de ordenar el cierre de varios poliductos clave que transportan gasolina de algunas refinerías y terminales costeras a las ciudades más grandes de México, a fin de combatir el robo de combustible que el gobierno dice le costó a Pemex cerca de 60 mil millones de pesos (tres mil millones de dólares) el año pasado.

Pero, al parecer, los orígenes de la crisis son más complejos.

El cierre de la tubería tuvo la consecuencia mencionada de dificultar que los petroleros descarguen su carga en los puertos marítimos de México después que los tanques de almacenamiento se llenaron a su máxima capacidad.

La escasez también dejó al descubierto las ineficiencias de las refinerías de México, que operaron a una capacidad diaria promedio de 46.1% en noviembre, con dos de ellas totalmente inoperantes, de acuerdo a cifras de Pemex, y plantearon dudas sobre la reversión del nuevo gobierno de las medidas tomadas por el gobierno anterior para comenzar a importar crudo ligero, necesario para mezclarse con el crudo Maya pesado de México en las refinerías a fin de producir gasolina.

La escasez es un claro recordatorio de los desafíos que enfrenta López Obrador cuando intenta rehacer la industria energética mexicana.

El político nacionalista planteó, durante su campaña, recuperar la independencia energética, prometiendo revertir la larga caída en la producción de petróleo de Pemex de cerca de 40% en los últimos tres lustros, así como detener la exportación de crudo mexicano y reducir la dependencia del país de las importaciones de combustible mediante la construcción de una nueva refinería y la modernización de las viejas refinerías de la empresa estatal.

“Recuerde que, desafortunadamente, compramos 600,000 barriles diarios (de gasolina) por día”, dijo López Obrador en su conferencia matutina. “Consumimos 800,000 barriles diarios. Producimos 200,000 barriles. Así que constantemente tenemos barcos entrando en los puertos”.

Una vocera de Pemex atribuyó la desaceleración de las importaciones a factores estacionales, indicando que diciembre suele ser el mes de mayor demanda de gasolina en México y que las importaciones generalmente disminuyen en enero.

Durante los últimos cuatro años, hasta enero de 2018, las importaciones mexicanas de gasolina se han reducido en un promedio de 8% entre diciembre y enero, de acuerdo con la agencia estadounidense, Energy Information Agency (EIA).

Durante los primeros 10 días de enero, México importó en promedio cerca de 254,000 barriles diarios desde la costa del Golfo de Estados Unidos, de acuerdo con ClipperData, o una disminución de 33% con respecto al mes anterior y una disminución de 45% respecto del promedio diario durante enero de 2018.

Pemex no respondió a preguntas sobre las caídas en las importaciones anuales.

“Es la definición de un cuello de botella”, dijo Gonzalo Monroy, un analista de energía independiente en Ciudad de México. “Si tuvieran suficientes mangueras de envío para descargar los barcos, y si tuvieran un lugar para almacenar el producto, podrían manejar este problema”.

Las menores compras por parte de México podrían tener un gran peso en las refinerías de Estados Unidos.

El año pasado, México compró alrededor de 60% de todas las exportaciones de gasolina de Estados Unidos, de acuerdo con datos de EIA.

“Creará un problema en el corto plazo”, dijo Sandy Fielden, director de investigación petrolera de Morningstar.

A más largo plazo, dijo, México probablemente necesitaría importar gasolina de otros lugares si reduce las compras desde Estados Unidos, lo que causará cambios en los flujos de las refinerías estadounidenses, que tendrán que encontrar nuevos compradores.

La nueva administración mexicana también parece haber detenido las importaciones de crudo ligero desde la refinería estadounidense Phillips 66, que realizó cuatro envíos de crudo ligero con destino a México en octubre y noviembre, de acuerdo con ClipperData.

Desde entonces, todas las ofertas mexicanas de crudo de Estados Unidos se han detenido, de acuerdo una persona familiarizada con el asunto.

La actual crisis de la gasolina es el resultado de años de subinversión en infraestructura logística, como tanques de almacenamiento, tuberías y terminales, dijo Monserrat Ramiro, una de los cinco comisionados de la Comisión Reguladora de la Energía (CRE) de México, quien supervisa la distribución, el transporte y las ventas minoristas de combustible.

Durante años, Pemex ha asignado recursos para la exploración de petróleo y otras actividades de alto margen a expensas de su división de logística, dijo Ramiro.

Antes de la reforma energética que aprobaron los legisladores en 2013 y 2014, que abrió la industria energética a los capitales privados, existió un monopolio estatal, controles de precios y subsidios a las gasolinas por 75 años que desincentivaron las inversiones en infraestructura.

 

 


Fecha de publicación: 11/01/2019

Etiquetas: México economía petróleo energía gasolina poliductos gobierno robo