14 de dic. (Dow Jones) -- General Electric (GE), una vez la compañía más valiosa del mundo, podría ya no tener valor.

Pero ¿y si este es precisamente el momento de comprar? La última vez que las acciones de GE alcanzaron este nivel tan bajo fue cuando se produjo la crisis financiera, cuando hubo la posibilidad real de que su enorme brazo financiero, GE Capital, diera al traste con toda la empresa. Los inversionistas dispuestos a asumir ese riesgo podrían, en un momento dado, obtener sus valiosas operaciones industriales de forma gratuita.

Las empresas industriales no se colapsan de la forma en que lo hacen las financieras. Por lo tanto, a pesar de sufrir una liquidación de 40% en el último mes, las posibilidades de catástrofe en la gran parte industrial de GE son mucho menos probables.

Las probabilidades de enfrentar una quiebra recientemente superaron 15%, si se creían los precios de los títulos (swaps) de incumplimiento crediticio. Por otro lado, las operaciones industriales de GE ahora son muy variadas --aeronaves y unidades de atención médica en auge, una unidad de petróleo y gas que cotiza cerca de sus mínimos de varios años y lo que prácticamente es un espectáculo de horror en su unidad más grande, la energía.

No es de extrañar que los optimistas que vieron el vaso por lo menos 85% lleno hayan sido quemados por rachas abortivas. Hace solo siete semanas, hubo un aumento de 21% en seis sesiones de corretaje que superaron los 13.61 dólares por acción debido al optimismo respecto al nombramiento del presidente ejecutivo Larry Culp. Las acciones de GE cerraron el jueves pasado en 7.20 dólares.

Comprar acciones de GE porque cree que sus acciones están destinadas a regresar a ese último, o cualquier otro máximo reciente, sería un error. Esto se llama anclaje y es una de las debilidades psicológicas que separa a los ilusos de su dinero. El enfoque racional es valorar a GE como una empresa en marcha, reconociendo que hay al menos una pequeña posibilidad de perderlo todo. Si le gustan sus probabilidades, entonces compre.

Nunca es fácil comprar acciones devaluadas. GE requiere aún más fortaleza. Las investigaciones del gobierno sobre su contabilidad, la depreciación masiva en su división de energía y la posibilidad de que la empresa tenga que invertir más efectivo en su descontinuada operación de seguros médicos a largo plazo son solo las incógnitas conocidas. Si bien su deuda no está calificada con algún grado especulativo (basura), ésta se negocia como si lo fuera, de ahí el precio elevado de los títulos de incumplimiento crediticio.

Aswath Damodaran, el profesor de finanzas de New York University, quien literalmente escribió el libro sobre valuaciones, recientemente utilizó dos estrategias diferentes que se basaron en los ingresos operativos anteriores de cada división de GE y los múltiplos de empresas similares cercanas para llegar a valores por acción de 11.84 o 10.92 dólares por acción. Fue un ejercicio de frustración.

“Siempre he descrito mi visión del infierno tener que valorar GE una y otra vez, por toda la eternidad”, escribió.

Comprar GE basándose solo en sus ganancias contables pasadas, ahora bajo investigación, podría implicar resultados bastante terribles, si resulta que fueron exageradas.

Una alternativa a la estrategia de Damodaran sería centrarse en el efectivo, que es más difícil de ocultar. El margen de flujo de efectivo libre de GE desde 2000, un período que abarca dos recesiones profundas, ha promediado 11.2%.

Incluya a esto los pronósticos reales de flujo de efectivo de los analistas para los próximos dos años y aplique el margen histórico a los ingresos de GE de 2021 en adelante, suponiendo que las ventas solo aumenten en línea con la economía.

Descuente esos flujos de efectivo y reste pasivos como el déficit de pensiones de GE, la deuda neta y una contribución adicional de 15 mil millones de dólares al seguro médico a largo plazo produce un valor por acción de 19.42 dólares. GE se cotizó así de bajo hace poco más de un año.

Sin embargo, eso aún sigue siendo optimista. Una razón es que antes de la última recesión, los negocios de alto margen como el entretenimiento y las finanzas se combinaron para producir casi la mitad de los ingresos de GE. El año pasado solo fue 7%. Mientras tanto, la gerencia de GE no puede precisar cuándo mejorará su división más relevante, la energía.

Finalmente, una valuación de flujo de efectivo a largo plazo es bastante inútil para una compañía que fracasa en el corto plazo.

No hay una manera fácil de explicar todo eso, excepto construir un margen de seguridad. Una táctica sería asignar probabilidades iguales a la empresa en proceso de quiebra u obtener su margen histórico de flujo de efectivo libre --15% cada uno-- y asignarle 70% de probabilidades de ganar solo tres cuartas partes de su margen de flujo de efectivo libre histórico. Sobre una base de probabilidad ponderada, las acciones deberían valer 10.90 dólares o 42% más de lo que valen hoy.

La valuación de acciones es tanto un arte como una ciencia. Las suposiciones deficientes en un modelo financiero, como dicen los analistas, no son otra cosa que “basura”. Aun así, hay razones para creer que se puede encontrar un tesoro en este contenedor de basura corporativo.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo           

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Fecha de publicación: 14/12/2018

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