29 de nov. (Sentido Común) -- Quizás ningún otro representante de otro país que visitará México en las próximas horas para asistir a la toma de protesta del presidente electo Andrés Manuel López Obrador ha causado más revuelo aquí que Nicolás Maduro.

      La crisis económica y social que vive su país --Venezuela-- y que muchos atribuyen al control político que ha ejercido Maduro sobre la nación latinoamericana en los últimos años, ha generado, en general, un rechazo a su presencia en el país.

     Muchos aquí consideran que Maduro ha dejado de ser presidente de la República Bolivariana de Venezuela, para convertirse en dictador, algo que para muchos en México lo convierte en persona no grata.

     Claro que al mismo tiempo, algunos creen que la visita de Maduro a México, si llega a concretarse, podría quizás abrir la puerta para la búsqueda de nuevas vías, que permitan intentar encontrar una solución pacífica y verdadera a la crisis venezolana.

     La esperanza de esto, aunque remota, surge por una probable mediación del gobierno de López Obrador, con quien el líder venezolano espera tener una mejor relación que la que tuvo con el presidente actual Enrique Peña Nieto, quien denunció, en repetidas ocasiones y en diferentes foros, al gobierno venezolano por violar los derechos humanos y por socavar las instituciones democráticas de la nación sudamericana.

     De ahí que algunos especialistas crean que la presión interna de grupos opositores venezolanos, combinado con la externa, más una probable mediación de un gobierno neutral, pueda convertirse en la mejor estrategia para propiciar el cambio en Venezuela en beneficio de su población.

     “La combinación entre los opositores internos y la ayuda internacional creo que puede ser la vía --digamos-- más exitosa para resolver el drama venezolano”, dijo Horacio Vives Segl, profesor del departamento académico de ciencia política del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), una de las universidades más prestigiadas de México, en una entrevista telefónica.

     Si bien, para muchos, los problemas de Venezuela se gestaron mucho antes de la llegada de Maduro al poder, él los exacerbó al mantener las políticas económicas expropiatorias e intervencionistas de su predecesor, Hugo Chávez, que ahuyentaron a los capitales privados --nacionales y extranjeros.

     A esos malos manejos, habría que añadir el desplome del precio del crudo de finales de 2014, que redujo los ingresos gubernamentales, tras años de bonanza por las altas cotizaciones que registraron los hidrocarburos años atrás.

     Sin recursos, el gobierno optó, como comúnmente hacen los gobiernos populistas, por comenzar a imprimir billetes, lo que a su vez ha generado desde entonces una inflación descontrolada y subsecuente devaluación de la moneda de Venezuela.

     De ahí que quienes siguen de cerca la evolución política, económica y social del país sudamericano argumenten que lo primero que tendría que hacer Maduro para sacar a su país del hoyo en el que se encuentra y que ha propiciado la salida de más de dos millones de venezolanos a otros países en búsqueda de mejores oportunidades, es dejar de intervenir en la economía --algo que muchos ven muy lejano que ocurra.

     “Desgraciadamente las cosas no pintan nada bien porque lo primero que tendría que hacer el gobierno es dejar de controlar la economía para que de esta manera se liberara a los mercados y así pudiera haber más oferta y mayor producción para la economía venezolana”, dijo Guillermo Barba, una analista independiente y creador de la publicación Top Money Report en una entrevista con el canal de televisión ADN 40. “Por desgracia eso no está sucediendo, cada vez vemos como están ejerciendo mayores controles, y entre más control, más se dispara la economía”.

     Un problema para Venezuela, aunque es ventaja para Maduro, es la división que existe entre los partidos políticos opositores al régimen actual. Las discrepancias han hecho prácticamente imposible que los opositores presente un frente común contra Maduro.

     Claro que para muchos, la verdadera solución a los problemas de Venezuela es que Maduro opte por dejar el cargo, algo que en las condiciones políticas, sociales y económicas actuales del país se ve muy lejano.

     "Sin duda alguna, la salida de Maduro es una condición necesaria para un cambio de régimen y para la devolución a los venezolanos de su democracia", dijo Juan Manuel Santos, el presidente de Colombia, en una entrevista con la agencia de noticias Efe, cuando le preguntaron si la salida de Maduro es indispensable para resolver la crisis venezolana.

     De ahí, que pocos vean una salida pronto a la crisis venezolana, que muchos ya consideran tragedia humana, aún con la mediación del nuevo gobierno mexicano.

     En Venezuela continúa “un ciclo muy complicado, en términos de crisis y no veo condiciones para que se resuelva en el mediano plazo”, agregó Vives Segl.

 

 

 

 


Fecha de publicación: 29/11/2018

Etiquetas: Venezuela Mexico Amlo Maduro