13 de nov. (Sentido Común) -- Las previsiones de que Banco de México suba su tasa de referencia el jueves, combinadas con la turbulencia que generó en los mercados la decisión del futuro gobierno de cancelar el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), más la propuesta de diversos senadores sobre un plan para prohibir ciertas comisiones bancarias, provocaron ascensos en las tasas de interés durante la subasta semanal de instrumentos de deuda gubernamental, incluso a niveles no vistos en una década.

     Las mayores alzas de esas tasas, que encabezaron los incrementos registrados por el bono a tres años y el bono ajustable por inflación, o udibono, también a tres años, obligarán al gobierno a destinar un mayor porcentaje de sus ingresos al pago del servicio de su deuda, lo que muy probablemente limite otros gastos de inversión y sociales, a menos que los funcionarios gubernamentales realicen recortes presupuestales en otras áreas.

     “La colocación de este martes reflejó un mercado que descuenta ampliamente un alza de Banco de México en la decisión de este jueves que llevará la tasa de referencia a 8%”, escribieron analistas de Grupo Financiero Banorte Ixe, en un reporte, en torno a los resultados de la subasta semanal de deuda gubernamental. El incremento de tasas además refleja “una expectativa importante para una mayor tasa de fondeo en trimestres siguientes”.

     El rendimiento que pagó hoy el bono gubernamental a tres años, que vence en diciembre de 2021, fue de 8.68%, o 0.77 puntos porcentuales más con relación al nivel que ofreció hace cuatro semanas cuando el gobierno vendió ese instrumento por última vez con un rendimiento de 7.91%

     Por su parte, la tasa que ofreció pagar el udibono a tres años, que vence en junio de 2022,  fue de 4.23% o 0.56 puntos porcentuales más que el rendimiento que registró ese instrumento hace un mes de 3.67%.

     En ambos casos, las tasas de rendimiento de esos dos instrumentos alcanzaron niveles no vistos desde octubre de 2018.

     Las mayores tasas de interés de ambos instrumentos también reflejan en parte un entorno internacional adverso, en el que la expectativa de mayores alzas a la tasa de interés de referencia en Estados Unidos, han provocado que los inversionistas demanden mejores rendimientos a instrumentos de países emergentes, como México.

     Los analistas explicaron que si al entorno internacional se añade la incertidumbre que se ha creado sobre el futuro económico de México por diversas decisiones del próximo gobierno, que encabezará el presidente electo Andrés Manuel López Obrador, entonces son comprensibles las alzas que han registrado las tasas de interés en las últimas semanas, tanto en las subastas de deuda gubernamental como en el mercado secundario.

     Si bien tanto la decisión de cancelar NAIM, una obra que está ya en proceso de ejecución con un avance de entre 20 y 30%, como la de buscar reducir las comisiones bancarias, podrían tener cierta justificación, la forma como tanto López Obrador y los senadores del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) han tomado sus decisiones, uno vía una consulta que no cumplía con estándares mínimos para garantizar un resultado que reflejara el sentir de la población, y otro conforme a información periodística sobre la supuesta importancia de las comisiones en los ingresos bancarios, ambas han dejado un muy mal sabor de boca en los inversionistas.

     Para muchos de ellos resulta hasta cierto punto inverosímil que López Obrador haya basado su decisión de cancelar la principal obra de infraestructura del país en más de 20 años con base en una consulta que muchos creen que su equipo manipuló, sobre todo porque diversas encuestas previas a las consultas indicaban que la población favorecía NAIM sobre otra opción alterna.

     De ahí que muchos crean que el futuro presidente del país, o su equipo de  colaboradores más cercanos, puedan repetir el mismo ejercicio para tomar otras decisiones que podrían ser adversas para el buen desempeño económico de México. Muchos en México creen que cancelar el nuevo aeropuerto de Texcoco fue una decisión errónea ya que reducirá la llegada de más turistas o la salida de más exportaciones mexicanas al extranjero.

     De esta forma “se intensifica un escenario de pérdida de confianza hacia el país por la creciente preocupación entre inversionistas y empresarios (nacionales y extranjeros) de que la administración del presidente electo tomará decisiones de política económica y financiera de forma discrecional y populista”, escribió el equipo de dirección de análisis económico y bursátil del banco CIBanco, en un reporte.

     La cancelación de la obra aeroportuaria en lo que fue el Lago de Texcoco ha no sólo elevado las tasas de interés de los bonos gubernamentales, sino también provocado una depreciación del peso de más de 5.2% en las últimas dos semanas y un descenso de 7.4% en el valor del principal indicador del mercado de valores mexicano.

     Las tasas de interés han también subido en las últimas semanas por lo mismo y a lo que habría que sumar el entorno internacional adverso.

     De hecho hoy los Certificados de Tesorería de la Federación (Cetes), que son instrumentos de deuda de corto plazo que vende el gobierno semanalmente, también registraron, en su mayoría, ascensos en sus tasas.

     El Cete a 28 días, o a un mes, fue colocado para ofrecer un rendimiento 0.08 puntos porcentuales por encima del nivel de hace una semana, o de 7.79%, un nivel no visto desde inicios de 2009.

      El Cete a seis meses pagó, por su parte, un rendimiento de 8.28%, o 0.12 puntos porcentuales más que hace una semana.

     En cambio, el Cete a 90 días, o a tres meses, lo vendió el gobierno para pagar un rendimiento de 8.25%, o 0.06 puntos porcentuales menos que hace una semana.

 

 

 


Fecha de publicación: 13/11/2018

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