31 de oct. (Dow Jones) -- Las repentinas liquidaciones registradas en el mercado bursátil han tomado desprevenidos a los inversionistas dos veces en tan solo un mes. Sin embargo, la magnitud de las caídas puede ser, contra toda intuición, buenas noticias para las acciones.

El S&P 500 ha bajado 9.1% en el último mes, y el MSCI All Country World ha perdido 8.5%. No hay una explicación clara: los inversionistas han culpado de ello a la política monetaria más estricta, a las tensiones comerciales y al debilitamiento de los indicadores económicos fuera de Estados Unidos, pero estos factores han estado presentes todo el año.

En la base de los temores de los inversionistas se encuentra la cuestión de cuánto tiempo más puede seguir avanzando el mercado bursátil después de un notable período de 10 años. Desde este punto de vista, un mercado bajista, definido como una reducción de capital de 20% o más, parece estar acechando a la vuelta de la esquina.

Pero un análisis realizado por el banco de inversión estadounidense Morgan Stanley, que ha estado analizando en los últimos 65 años el índice S&P 500 y en los últimos 27 años el MSCI All Country World, encuentra que las fuertes caídas iniciales son características de las correcciones de rutina, definidas por descensos de entre 10 y 20% en los precios de la renta variable.

En promedio, la recuperación seguirá durante los próximos seis meses, y la racha durante un año.

Por el contrario, los mercados bajistas suelen comenzar con caídas engañosamente suaves.

Desde su último pico del 20 de septiembre hasta el cierre del mercado del jueves 25 de octubre (35 días), el índice S&P 500 cayó 7.8%. A juzgar por la historia, esto parece ser una corrección, las cuales han comenzado con una caída promedio de 6% durante el mismo período de tiempo, en comparación con 4% de los mercados bajistas.

De hecho, después de las 10 mayores liquidaciones en 35 días, las acciones terminaron recuperándose en nueve casos. Solo uno eventualmente se convirtió en un mercado bajista más siniestro.

El desplome actual se clasifica en el séptimo lugar, mientras que la venta masiva de 2007 que anunció la crisis financiera mundial --y una pérdida de 36% en el mercado de valores en un año-- ni siquiera está incluida en la clasificación: ésta comenzó con una caída de 5%.

Una explicación probable es que los mercados no se vuelven más inteligentes de la noche a la mañana: la información útil que muestra el final del ciclo económico se difunde con el tiempo. Además, los cambios repentinos de parecer sobre cómo interpretar los datos disponibles son, a menudo, simplemente irracionales.

Efectivamente, el ciclo eventualmente terminará, y las correcciones más frecuentes pueden ser otra señal de que el final está más cerca.

Otros indicadores, como los aumentos en los precios del petróleo y los rendimientos de los bonos ajustados por inflación, pueden anunciar problemas. Y por otro lado, los diferenciales de los bonos corporativos, un clásico termómetro que mide las crisis, todavía no están en rojo.

Si la historia se puede usar como  guía, el mercado bajista, cuando finalmente llegue, llegará con un gemido, pero no con un rugido.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo           

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Fecha de publicación: 01/11/2018

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