16 de oct. (Dow Jones) -- Shannon Soqui renunció a su trabajo en Wall Street para perseguir lo que él piensa que es un negocio más importante: comercializar marihuana de la manera en que Mary Kay vende cosméticos.

El banquero de 51 años quiere concentrarse en Qind, su empresa de reciente creación en San Francisco que organiza fiestas domésticas para vender productos de cannabis, con el fin de hacerse de una parte de lo que dice podría convertirse en un negocio anual de 100 mil millones de dólares en Estados Unidos.

“Es como internet en 1997 o 1998”, dijo Soqui. “Las oportunidades de inversión para crear nuevos negocios nunca han sido más atractivas”.

Empresarios e inversionistas están incursionando de manera precipitada en la naciente industria de la marihuana legal, incitando una locura por las acciones que recuerda a la burbuja de las empresa punto com de finales de la década de los noventa y la reciente manía bitcoin. Grandes empresas, familias ricas y los aficionados están adquiriendo participaciones en compañías especulativas, muchas de las cuales tienen pocos ingresos o historia.

Tilray, que cultiva marihuana en Canadá y que es una de las pocas compañías dedicadas a ese estupefaciente que cotizan en Estados Unidos, tuvo que interrumpir la cotización de sus acciones varias veces el miércoles 19 de septiembre, después de anunciar que había recibido permiso para exportar una pequeña cantidad de cannabis a California para un estudio médico. Debido a que es difícil obtener la aprobación para exportar cannabis del extranjero a Estados Unidos, donde no se ha legalizado conforme a la ley federal, el anuncio de Tilray sugirió que había obtenido una ventaja sobre otros proveedores.

El precio de las acciones de la empresa aumentó más del doble entre el lunes 17 y el miércoles 19 de septiembre, a cerca de 300 dólares antes de caer del viernes para finalizar la semana en 123 dólares, luego que un legislador cuestionara la decisión de permitir que una compañía canadiense suministre marihuana para el estudio. 

El representante Matt Gaetz (republcano por Florida) dijo que en su lugar el gobierno federal debería otorgar la licencia a una compañía estadounidense. Una portavoz de Tilray declinó hacer comentarios.

Canadá se ha convertido en el crisol de la industria del cannabis porque es uno de los dos países, junto con Uruguay, que ha legalizado el uso recreativo de la marihuana. A partir del 17 de octubre, los canadienses podrán comprar marihuana a proveedores autorizados en todo el país. En Estados Unidos, el uso, venta o posesión de marihuana es ilegal con base en la legislación federal, aunque 30 estados permiten su uso médico y nueve estados permiten el consumo recreativo.

Las restricciones federales dificultan que las empresas estadounidenses de cannabis realicen transacciones financieras, y los mercados como Nasdaq y Toronto Stock Exchange se niegan a enlistar empresas que tienen negocios federales no autorizados en Estados Unidos, lo que lleva a muchas a cotizar en otros mercados canadienses poco regulados.

Hay más de 120 compañías de marihuana que cotizan en las bolsas canadienses, pero el sector está dominado por cinco compañías, cuyo valor de mercado total se ha catapultado de menos de cuatro mil millones de dólares a casi 40 mil millones de dólares en el último año.

Alrededor de 100 de dichas acciones están listadas en la Bolsa de Valores de Canadá, una pequeña bolsa de Toronto poco regulada diseñada para las nuevas empresas y denominada por un banquero como “la bolsa del cannabis”. Muchas de estas empresas son tan nuevas que todavía están desarrollando sus planes de negocios.

Los inversionistas se dieron cuenta el año pasado cuando Constellation Brands, cuyos productos incluyen las cervezas Corona y Modelo, invirtió casi 200 millones de dólares en Canopy Growth, uno de los mayores productores de marihuana de Canadá. En agosto, el grupo de bebidas elevó su apuesta en Canopy, al invertir cuatro mil millones de dólares adicionales.

Bill Newlands, presidente de Constellation, dijo recientemente a los inversionistas que la compañía se está expandiendo a productos de cannabis a través de Canopy porque cree que más países abrirán sus puertas a las ventas medicinales o recreativas, y que el mercado global “podría ser un negocio de 200 mil millones de dólares en muy poco tiempo”.

El optimismo ha crecido más allá de cualquier fundamento razonable, dijeron algunos inversionistas. Tilray, por ejemplo, registró menos de 20 millones de dólares en ingresos en la primera mitad del año. Terminó su semana volátil con un valor de mercado de 11 mil millones de dólares, aproximadamente el mismo que el de Macy's, que tiene casi 25 mil millones de dólares en ingresos anuales.

“Esta será una industria global, y competirá con el alcohol o la bebida en cuanto a tamaño y alcance”, dijo Brendan Kennedy, el director ejecutivo de Tilray, en una entrevista. La compañía espera que una nueva instalación en Portugal comience a operar el próximo año. “El desafío para nosotros es avanzar lo suficientemente rápido”, dijo Kennedy. “El ritmo de crecimiento es más rápido de lo que yo esperaba”.

“Esto es como una fiebre del oro”, dijo Vicente Fox Quezada,  ex presidente de México, durante una reciente visita a Toronto para promover Khiron Life Sciences, una compañía canadiense de marihuana medicinal donde se desempeña como consejero. Khiron, que reportó una pérdida neta de 6.7 millones de dólares canadienses (5.2 millones de dólares) y ninguna venta en su su segundo trimestre, recaudó 13 millones de dólares a través de una venta de acciones a principios de este mes.

A medida que se intensifica el fervor, los inversionistas se han vuelto indiferentes a los magros registros de ventas que normalmente serían señales de alerta para los inversionistas.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo           

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Fecha de publicación: 16/10/2018

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