Detroit, Michigan, 11 de oct. (Dow Jones) -- El nuevo acuerdo comercial al que llegaron Estados Unidos, México y Canadá mitigó la incertidumbre que priva en la industria automotriz estadounidense referente a las políticas comerciales de la administración Trump en América del Norte, ayudándoles así a seguir adelante con sus inversiones fabriles de manera más clara.

El acuerdo, que reemplazará al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) --establecido hace más de dos décadas--, reforma las reglas del comercio de automóviles en la región y exige que los fabricantes de automóviles construyan una mayor parte de sus unidades en América del Norte, con trabajadores que perciban salarios más altos para evitar los aranceles al cruzar las fronteras de la región.

El acuerdo, conocido como USMCA por sus siglas en inglés, también eximirá hasta 2.6 millones de vehículos importados de Canadá y México, respectivamente, de un arancel propuesto de 25% que ahora está siendo considerado por la administración de Trump a los automóviles fabricados en el extranjero y que se venden en Estados Unidos, de acuerdo con los borradores publicados en el sitio electrónico del Representante Comercial de Estados Unidos.

El nuevo acuerdo es una gran victoria para las tres automotrices de Detroit, que dependen en gran medida de sus fábricas en Canadá y México para armar autos y camiones destinados al mercado de Estados Unidos y que están menos expuestos a las nuevas reglas que sus rivales extranjeros porque muchos de sus vehículos ya cumplen con los requisitos más rígidos, dijeron analistas de la industria.

Los representantes de General Motors, Ford Motor y Fiat Chrysler Automobiles no respondieron de inmediato las solicitudes para que brindaran sus comentarios al respecto.

Trump ha culpado en repetidas ocasiones al TLCAN por la pérdida de empleos manufactureros registrada en Estados Unidos y amenazó con rescindir el pacto de 24 años si no podía llegar a un acuerdo con México y Canadá que fuera más beneficioso para el trabajador estadounidense.

La actual disputa comercial había hecho que la industria automotriz se estuviera preparado para enfrentar lo peor y había conducido a algunos fabricantes a postergar sus inversiones en la región hasta que se pudieran resolver las negociaciones, dijeron analistas y expertos en manufacturas.

El año pasado, Estados Unidos importó alrededor de 4.1 millones de automóviles y camiones de Canadá y México, lo que representa casi la cuarta parte de todos los vehículos nuevos vendidos en el país en 2017, dijo LMC Automotive.

El establecimiento del TLCAN en 1994 fue una gran victoria para la industria automotriz, que utilizó el pacto de libre comercio para subcontratar la producción de las fábricas de Estados Unidos, especialmente de automóviles pequeños y sedanes compactos de menor precio, en México con el fin de aprovechar su mano de obra barata.

Los proveedores de autopartes les siguieron con la construcción de nuevas fábricas a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos y cerca de las plantas de ensamblado automotriz, haciendo que el país fuera parte integral de la cadena de suministro de la industria.

Más recientemente, gran parte de la nueva inversión automotriz de América del Norte ha estado fluyendo hacia México, y muchas compañías extranjeras de automóviles están construyendo fábricas para utilizarlas como centros de exportación a Estados Unidos y otros mercados a nivel mundial --tendencia que Trump ha estado tratando de revertir.

El acuerdo tentativo para América del Norte requeriría que al menos 75% del contenido de un automóvil, incluido el acero, los motores y otras piezas utilizadas en el ensamblaje final, se construyan en la región, un aumento con relación al 62.5% anterior en virtud del acuerdo actual.

Las compañías automotrices también tendrían que asegurarse de que de 40 a 45% del vehículo sea realizado por trabajadores que ganan al menos 16 dólares por hora, disposición destinada a llevar más trabajo a Estados Unidos para generar empleos en la manufactura.

Sin embargo, los analistas de la industria no anticipan que las nuevas reglas den como resultado una afluencia de empleos fabriles en Estados Unidos.

El nuevo pacto comercial se produce en un momento en el que la demanda de automóviles y camiones nuevos en Estados Unidos se está desacelerando y que la inversión de las automotrices en la región ya ha comenzado a disminuir, luego de años de expansión durante el auge posterior a la última recesión.

Traducido por Michelle del Campo  

Editado por Luis Felipe Cedillo

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Fecha de publicación: 11/10/2018

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