3 de oct. (Sentido Común) -- Cuando el gobierno estadounidense presentó las propuestas que planeaba lograr con la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) sobresalió su exigencia de que la mitad de los vehículos en la región fuesen ensamblados con partes y componentes manufacturados en su país para recibir los beneficios del intercambio comercial sin aranceles.

     Con ello, Estados Unidos buscaba asegurar que su industria automotriz frenase el éxodo de plantas y puestos de trabajo que venía experimentando en los últimos años hacia sus dos países vecinos, principalmente hacia México.

La propuesta, sin embargo, fue de inmediato rechazada tanto por el gobierno de Canadá como por el mexicano. Ambos, describieron el planteamiento como discriminatorio e inequitativo, ya que favorecía a un país sobre los otros dos en términos del origen de las autopartes y componentes que debía tener un vehículo.

Para Canadá y México la postura estadounidense en cuanto a la llamada regla de origen iba simplemente en contra del espíritu del acuerdo de libre comercio trilateral.

Conforme avanzaron las negociaciones, la solicitud estadounidense fue metamorfoseándose, al parecer gracias a la intervención de los negociadores canadienses, hasta la creación de un nuevo requisito dentro de la llamada regla de origen del sector automotriz para, de alguna manera, satisfacer la demanda estadounidense de que los autos de la región tuviesen una buena porción de componentes de su país.

Fue entonces cuando nació el concepto del valor laboral que debían tener los autos norteamericanos para gozar de los beneficios del libre mercado.

Con el concepto definido, Canadá, Estados Unidos y México pasaron entonces a aceptar que dentro de la regla de origen se agregara un porcentaje de partes y componentes que tuviesen que ser producidos por trabajadores que ganasen un cierto nivel salarial mínimo de 16 dólares la hora.

Así, Estados Unidos, e indirectamente Canadá, por tener una estructura salarial similar en lo que se refiere a trabajadores automotrices y que es muy superior a la mexicana de tres dólares la hora en promedio en el sector automotriz, aseguraba tener un porcentaje de componentes en los autos fabricados en Norte América.

El porcentaje de partes o componentes elaboradas por trabajadores que ganen cuando menos 16 dólares la hora lo fijaron los negociadores en 40%.

Sin embargo, en México ha surgido la duda de si ese 40% se refiere al valor total del vehículo, o si sólo aplica al contenido norteamericano que debe tener un auto para no tener que pagar impuestos cuando cruza la frontera y que en el acuerdo recientemente renegociado y rebautizado como United States Mexican Canada Agreement (USMCA) se fijó en 75%, o un límite mínimo de contenido regional 12.5 puntos porcentuales superior al anterior de 62.5%.

De acuerdo con el secretario de Economía de México, Ildefonso Guajardo, quien encabezó al equipo negociador mexicano en las pláticas recientemente concluidas, 40% del contenido que debe cumplir con cierto valor laboral aplica sólo a 75% del contenido regional y no a 100% del valor del auto.

“El 40% del 75% tiene que ser hecho en una zona donde el salario mínimo sea por encima de 16 dólares la hora, mínimo industrial automotriz”, dijo Guajardo en una entrevista reciente con Joaquín López Dóriga, en su noticiero vespertino, en una estación de la empresa radiofónica Grupo Fórmula. “En este momento el único lugar en que puede ocurrir esto es en Canadá o en Estados Unidos”.

Sin embargo, Eduardo Solís, presidente ejecutivo de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), la dependencia encargada de representar a las compañías ensambladoras de autos en México, dijo que la regla del contenido laboral de los vehículos en el USMCA aplica al valor total del auto y no sólo al 75% del contenido norteamericano que debe tener un vehículo.

“Es el 40 del total” del valor del auto, dijo Solís en una reunión para anunciar que a partir de ahora el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) estará a cargo de la recopilación y divulgación de las cifras de ventas, producción y exportación del sector automotriz mexicano. “Ese 40 del total tiene que ser de partes y componentes que vienen de Estados Unidos o Canadá”.

La diferencia de interpretación entre Guajardo y Solís es relevante, ya que en el primer caso el porcentaje de las partes o componentes de un auto que tendrían que venir de Estados Unidos o Canadá, donde los trabajadores automotrices gana más de 16 dólares la hora, baja a 30%, en lugar de 40%, como sostuvo el directivo de AMIA.

Además, dado que esta nueva regla de contenido laboral que deben cumplir los vehículos norteamericanos para beneficiarse del libre comercio se ira aplicando de forma gradual a lo largo de los tres años siguientes a la entrada en vigor del acuerdo, es mucho más factible que las empresas puedan cumplir con este requisito si sólo se refiere a 30% del vehículo, en lugar de 40%.

Una ventaja para México de la regla del contenido laboral es que en ella no sólo se contabilizarán a los trabajadores que están en los pisos de las plantas ensambladoras de vehículos, o productoras de autopartes, sino también a quienes laboran en los departamentos de desarrollo e investigación.

En esos casos, sí es posible que algunos ingenieros mexicanos reciban un salario similar o superior a 16 dólares la hora, o cercano a 50 mil pesos al mes, algo que también suaviza la exigencia de esa regla en beneficio de las plantas productoras de autos o autopartes instaladas en el país, aunque el porcentaje de ese tipo de trabajadores que permite incorporar la regla de contenido laboral está limitada a un máximo de 10%.

El resto debe de venir de trabajadores en las fábricas productoras de autos, de acuerdo a los textos revelados por el gobierno estadounidense del USMCA.

 


Fecha de publicación: 03/10/2018

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