Playa del Carmen, 14 de ago. (Sentido Común) -- Una cuadrilla de trabajadores levanta con palas los montículos de algas que aglomeraron durante la madrugada en la playa adyacente al hotel Ocean Riviera Paradise, administrado por el grupo H10 Hotels, en Playa del Carmen. Cargan el último carro con varios vagones, antes de que los turistas comiencen a llegar para bañarse en un Mar Caribe inusualmente color marrón.

     Horas después, el sargazo vuelve a aparecer. Algunos visitantes deciden adentrarse a pesar de que la expectativa del azul turquesa de los folletos promocionales se convierte sólo en una aspiración que se vislumbra a lo lejos. La mayoría prefiere mantenerse en la alberca cercana o disfrutar de la agradable brisa del mar cobijados por una palapa.

     “Cuando vi que había sargazo dije no nos podremos meter al mar porque pensé que podría hacernos daño y me decepcioné”, dijo Catalina Rocha, una agente de bienes raíces que se hospedó en el hotel a inicios del mes. “Ya estando ahí entras con desconfianza, pero pasando la zona llena de algas, el mar es el del siempre, claro que uno prefiere que esté totalmente limpio”.

     El sargazo es una macro alga de color rojizo con gran capacidad de reproducción que se ha hecho presente en las costas de Cancún y la Riviera Maya --y en general en todas las playas del Caribe-- durante los últimos cuatro años, pero esta temporada vacacional sus efectos escalaron a la palestra pública debido a su alta incidencia, una situación con la que se tendrá muy probablemente que lidiar permanentemente, de acuerdo con estudiosos en la materia.

     Existen varias teorías sobre su origen, pero algunos lo vinculan al efecto de las actividades humanas en la zona, las mismas que impulsan la economía turística del estado de Quintana Roo y los negocios de empresas hoteleras e inmobiliarias.

     Académicos han alertado sobre el efecto negativo del sargazo ya que afecta gravemente el ecosistema, provoca mal olor y descomponen el paisaje distintivo de la zona que se había caracterizado por playas blancas y aguas turquesa.

     “Los ecosistemas sufren cambios sin precedentes y el evento es algo nuevo por su magnitud, así como un desastre natural permanente”, dijo Brigitta Ine van Tussenbroek, titular del Laboratorio de Pastos Marinos de Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México, en declaraciones vertidas durante una videoconferencia que fueron retomadas en un comunicado.

     “Sabemos que se quedará y no hay forma de removerlo. Tendremos afluencias masivas en las playas para siempre, pero no sabemos con qué frecuencia ni volumen”.

     Los estudiosos en la materia también han señalado que si el problema es bien manejado podría ser un bioremediador en el océano, pues contribuye a que los residuos orgánicos generados en las playas no se internen a alta mar. Además, en mar abierto el sargazo es un refugio para distintas especies como las tortugas y diversos peces.

     A pesar de que algunos turistas se han quejado sobre su presencia, hasta el momento empresas hoteleras con unidades en la zona, como el fideicomiso Fibra Hotel, han visto poco impacto en sus operaciones y emprendido labores de comunicación sobre sus efectos para los clientes.

     “El fenómeno del sargazo sí está presente en Cancún. Hasta el momento se ha recibido algunas quejas o comentarios negativos de un porcentaje pequeño de clientes, pero hemos explicado a los huéspedes la situación y haciéndoles entender que es una situación natural”, dijo Guillermo Bravo, director de relación con inversionistas de Fibra Hotel, en una respuesta enviada por correo electrónico.

     El sargazo no se presenta de manera homogénea durante el año y su efecto tampoco es igual en todo el territorio, debido, en parte, a las labores de recolección impulsadas por la industria hotelera, que intenta resguardar su negocio a toda costa, tal como lo hizo hace poco más de una década cuando inició un proyecto de importación de arena para recuperar las playas que desaparecieron tras el paso del huracán Wilma.

     Un video realizado por el periodista Oscar Cadena, que se hizo viral en redes sociales, muestra la playa exterior del hotel Krystal Grand Punta Cancún, que forma parte del portafolio de Grupo Hotelero Santa Fe, ahí también trabajadores concluyen las labores de recolección de algas, pero el mar se ve limpio con su tono azulado característico.

     La situación empeora a unos kilómetros, en las playas públicas de Playa del Carmen y Tulum, debido al olor putrefacto que genera la acumulación de flora marina; ahí la labor de recolección al parecer no es tan exhaustiva como la emprendida por los hoteleros, de acuerdo con fuentes que prefirieron mantener el anonimato.

     El gobierno de Quintana Roo apresta la contratación por tres meses de 14 kilómetros de barreras para contener la llegada de las algas a sus playas, una inversión de 200 millones de pesos (10.5 millones de dólares).

     Ante la recurrencia e incremento de la intensidad del fenómeno varios políticos también han arropado el tema debido a que perciben al sargazo como un riesgo para la sustentabilidad ecológica y económica de la zona, llamando incluso a considerar su presencia como una situación de emergencia y un desastre natural, buscando soluciones más estructurales.

     “Las costas del caribe del sureste de México están siendo dañadas por la invasión de sargazo. Para evitar una inminente crisis ecológica y turística, es urgente que el gobierno de Enrique Peña Nieto, declare ya a toda esa región del caribe mexicano como zona de desastre natural”, escribió Miguel Torruco, quien se perfila para ser el próximo secretario de Turismo en la administración del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.

     Por su parte, el Senado de la República puso en marcha mesas de trabajo sobre el tema donde se encontraron coincidencias en la necesidad de una labor coordinada para el control del sargazo; así como el monitoreo e investigación permanente.



Fecha de publicación: 14/08/2018

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