11 de jul. (Sentido Común) -- Los mercados alrededor del mundo vieron con nerviosismo un nuevo episodio en la tensión comercial entre Estados Unidos y China, las dos mayores economías del mundo.

    Primero fue la Casa Blanca quien anunció que aplicará aranceles de 10% a bienes de origen chino por alrededor de 200 mil millones de dólares, por considerar que ese país continúa violando leyes de propiedad intelectual y por responder de manera recíproca a una ronda original de sanciones por cerca de 34 mil millones de dólares.

     Este es así el segundo paquete de medidas restrictivas que Washington promueve contra Beijing, como parte de los esfuerzos por evitar las violaciones que el país asiático comete contra las leyes de propiedad intelectual y, al mismo tiempo, reducir el elevado déficit comercial que tiene la economía más grande del planeta con la segunda. 

     China, como era ampliamente esperado, ya evalúa la forma en que contraatacará a Estados Unidos pero, a diferencia del pasado, en esta ocasión estudia no hacerlo de forma simétrica porque al aplicar aranceles a las importaciones provenientes de Estados Unidos podría acabar por afectando también sus intereses, reportó el diario estadounidense The Wall Street Journal.

     El balance comercial entre chinos y estadounidenses es favorable para los primeros, de modo que al encarecer la importación de bienes que son ampliamente demandados en ese mercado acabarán por pasar factura a sus propios consumidores.

     De acuerdo con cifras de Census Bureau, que es la agencia encargada de recabar la información económica de Estados Unidos, durante el mes de mayo los americanos tuvieron un déficit comercial con los chinos de 32 mil millones de dólares.

     En los cinco primeros meses del año, la balanza comercial fue favorable para China en 166 mil 948 millones de dólares, o un avance de 9.5% con respecto al mismo lapso del año pasado.

    Ahora, para no afectar de manera aún más drástica el comercio, pero sobre todo para agravar la guerra comercial que ya parece estar en marcha con el gobierno del presidente Donald J. Trump, los asiáticos buscarán otras medidas de respuesta.

     “El gobierno chino entiende que una guerra comercial le haría más daño económico a China, y por lo tanto, trabajarán ávidamente para evadirla”, dijo Wang Tao, economista principal de UBS Group AG, de acuerdo con The Wall Street Journal.

     Así, Beijing podría más bien actuar mediante retrasos en la entrega de licencias a empresas americanas, la prórroga de fusiones y adquisiciones de compañías originarias de Estados Unidos o la aplicación de inspecciones de productos americanos más rigurosas, reportó el diario, conbase entrevistas que realizó con oficiales chinos involucrados en el conflicto y que prefirieron mantener en el anonimato.

     El gobierno chino, sin embargo, se mantiene cauteloso, ya que si bien no considera a Estados Unidos un enemigo, ha pedido ayuda de países europeos para combatir lo que ellos denominan como “trade bullying” o una actitud de intimidación comercial.

    China, como otros países de la zona del euro, Canadá y hasta México, incluso ya acudió ante la Organización Mundial de Comercio (OMC), el organismo internacional responsable de dictar las políticas comerciales a nivel mundial, para impugnar las medidas proteccionistas tomadas desde la Casa Blanca.

Aunque al inicio de la sesión hubo nerviosismo por la posibilidad de una mayor severidad en el enfrentamiento entre ambas naciones, el mercado bursátil del país logró revertir la tendencia negativa y el principal indicador de la Bolsa Mexicana de Valores concluyó la sesión con una ganancia marginal de 0.07%, al finalizar en 49 mil 25 unidades.

     Por su parte, el tipo de cambio no corrió con la misma suerte y finalizó la sesión con un retroceso de 0.7% frente a la sesión previa, al ubicarse en 19.05 unidades por dólar.

      Apenas un día antes la moneda mexicana había logrado cerrar una jornada por debajo de las 19 unidades por dólar por primera ocasión en dos meses, pero el incremento del llamado sentimiento de aversión al riesgo no permitió que la racha favorable del mercado cambiario se extendiera.

     “En un contexto en el que los inversionistas aumentaron su atención a temas comerciales y nuevos aranceles, lo que generó aversión al riesgo, el sesgo del mercado de divisas se tornó negativo”, escribió el equipo de análisis del banco Ve por Más, en un reporte.

 

 


Fecha de publicación: 11/07/2018

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