Buenos Aires, 18 de jun. (Dow Jones) -- No hace mucho, el pequeño restaurante de Marisa Arcella estaba tan bien que consideró abrir un segundo. Ahora, a medida que la reforma económica del presidente Mauricio Macri flagela a Argentina, ya solo trata de mantener las luces encendidas.

Arcella dijo que su recibo de electricidad se ha multiplicado por 10 desde que Macri comenzó a reducir los subsidios en 2016. Sus costos de alimentos se disparan a diario debido a la gran inflación. Además, sólo con el rumor de una posible recesión en el horizonte, los clientes están disminuyendo.

“He pensado en cerrar”, dijo Arcella, sacudiendo la cabeza en desaprobación a las políticas económicas de Macri.

La táctica cautelosa de Macri para frenar el exceso de gasto del país, conocido como gradualismo, no ha logrado reducir la inflación e impulsar la economía a la tasa prometida. El presidente buscó el apoyo financiero del Fondo Monetario Internacional (FMI) después que se desplomó el peso frente al dólar. La debilidad del peso llevó al Banco Central a elevar la tasa de interés clave a 40%, lo que pesó aún más en la economía.

Macri ahora enfrenta una difícil compensación. Está bajo presión de los inversionistas para ampliar los recortes de gastos a las pensiones, programas sociales y para reducir el empleo estatal. Pero todo eso implica el riesgo de perjudicar a los argentinos de clase media y desatar una reacción violenta que podría permitir que los adversarios políticos de Macri del poderoso movimiento peronista aprovechen el creciente descontento.

“Es inevitable que el gobierno tenga que recortar cosas que tienen un mayor impacto social”, dijo Bruno Binetti, analista político de la Universidad Torcuato Di Tella en Buenos Aires. “Eso le da al peronismo un pretexto para luchar en su contra”.

Después de asumir el cargo en diciembre de 2015, Macri, un ex empresario, encandiló a Wall Street con la promesa de crear un “país normal”. Comenzó a abrir la economía altamente protegida y a revocar las políticas izquierdistas de su predecesora, Cristina Kirchner, quien legó a Macri el mayor déficit fiscal en décadas, una inflación de dos dígitos y una creciente pobreza.

El gobierno de Macri eliminó los controles cambiarios, redujo impuestos y recortó los subsidios a la electricidad y el transporte, que le habían costado al gobierno miles de millones de dólares anuales. Restauró la confianza en una desacreditada agencia de estadísticas y llegó a un acuerdo con los acreedores de un incumplimiento masivo del 2001, lo que permitió a Argentina recurrir a los mercados internacionales de deuda de nuevo.

Esta receta gradualista, destinada a evitar la turbulencia provocada por las pasadas terapias de choque económico, se basó en gran medida en nuevos créditos para cubrir el déficit. Esto funcionó por un tiempo cuando Argentina aprovechó las bajas tasas de interés para vender 100 mil millones de dólares en deuda pública en los últimos dos años y medio.

Pero los inversionistas pronto se impacientaron. Cuestionaron la credibilidad del banco central cuando recortó las tasas de interés en enero para apoyar el crecimiento a pesar de una inflación de 25%, muy superior al objetivo. Les preocupó la capacidad del gobierno para reducir los gastos con el fin de reducir la brecha fiscal y para promulgar cambios regulatorios destinados a mejorar la competitividad empresarial y reducir la burocracia.

Pusieron énfasis en los gastos totales del gobierno, que se mantuvieron en 41% del PIB el año pasado, de acuerdo con el FMI, el mismo alto nivel en que estaban bajo la tutela de Kirchner y su difunto esposo, Néstor, quien lideró a Argentina antes que ella.

“El gradualismo está muerto”, dijo Arturo Porzecanski, profesor de economía internacional en American University que sigue de cerca a Argentina. “Durante dos años y medio, utilizaron al máximo sus tarjetas de crédito. Ahora, los inversionistas están haciendo preguntas”.

Macri ha evitado reducir un servicio público abotagado mientras ha ampliado algunos programas populares de asistencia social, como el apoyo económico a las familias pobres con niños. Sus intentos por reducir el sistema de pensiones en diciembre provocaron protestas violentas. Los sindicatos se han opuesto a su reforma laboral con la intención de reducir los costos de las empresas y aumentar la productividad corporativa. Los legisladores de oposición aprobaron un proyecto de ley para congelar los precios de los servicios públicos, que Macri dijo que vetaría.

Los grandes déficits presupuestales de Argentina han dejado al país altamente vulnerable a medida que han subido las tasas de interés en Estados Unidos y que los inversionistas han sacado dinero de los mercados emergentes como Argentina, lo que provocó el alza en las tasas de interés con el fin de evitar esa fuga de capitales.

Si bien el gobierno logró reducir su déficit fiscal primario, que no incluye los pagos de intereses de la deuda, a 3.9% en 2017, el déficit gubernamental general se mantuvo en un nivel alto de 6.5% debido al aumento en las comisiones del servicio de la deuda. Con un peso más débil, esos honorarios obviamente aumentarán ya que casi tres cuartas partes de la deuda emitida durante el gobierno de Macri está denominada en moneda extranjera, de acuerdo con la Fundación para la Investigación Económica de América Latina (FIEL) con sede en Buenos Aires.

Macri dijo recientemente que inicialmente fue excesivamente optimista y comprometido con acelerar el apretón de cinturón. “El mundo decidió que la velocidad con la que estábamos comprometidos a reducir el déficit fiscal no era suficiente”, dijo. “Tenemos que movernos más rápido”.

Argentina todavía tiene mucho apoyo internacional. El presidente Donald Trump tuiteó recientemente que Estados Unidos, que tiene una poderosa voz para aprobar los préstamos del FMI, respalda la “visión de Macri para transformar la economía de su país”.

Sin embargo, es probable que cualquier préstamo adicional conlleve condiciones como recortes presupuestales y una mayor depreciación del peso.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo           

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Fecha de publicación: 18/06/2018

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