15 de jun. (Sentido Común) -- El temor de una escalada comercial entre las dos mayores economías del mundo volvió a hacerse presente, luego que Estados Unidos y China decidieron pasar de las amenazas a la acción y echaron a andar medidas proteccionistas recíprocas. 

     Primero fue el gobierno de Estados Unidos quien anunció que seguirá adelante con su plan de aplicar sanciones comerciales contra China, pese a las advertencias que muchos han lanzado, con lo que reavivó la posibilidad de una guerra comercial entre ambos países. 

     El presidente Donald J. Trump confirmó que impondrá aranceles de 25% a las importaciones de mil 102 bienes originarios de China, a partir del 6 de julio, por las constantes violaciones que realiza el país asiático a las leyes de propiedad intelectual y tecnológica. 

     Esta determinación afectará un total de 50 mil millones de dólares en comercio. 

     “China y luego otros países roban nuestros secretos y los vamos a proteger. Esa es la joya de nuestra corona”, dijo Trump, en entrevista con el programa Fox and Friends, tras anunciar la aplicación de aranceles. “La guerra comercial inició hace mucho tiempo por ellos y la perdió Estados Unidos. Ahora no hay guerra comercial”. 

     La confirmación de los aranceles contra China no hace sino incrementar los temores que muchos tienen respecto a que Estados Unidos, al aplicar medidas proteccionistas, está invitando a otras naciones a tomar decisiones similares que acaben por alterar los flujos de comercio internacional. 

     Ambos países sostuvieron negociaciones para tratar de enmendar las diferencias comerciales. 

     Funcionarios del gabinete de Trump, como el secretario de Comercio, Wilbur Ross; el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin; o el representante comercial de la Casa Blanca, Robert Lighthizer, viajaron en varias ocasiones a ese país para tratar de evitar esa medida, sin éxito. 

     Incluso, China había prometido que haría esfuerzos por reducir el alto superávit comercial que tiene con Estados Unidos, aunque eso aparentemente no fue suficiente para que Trump diera marcha atrás a la decisión tomada en marzo pasado. 

     “Mi gran amistad con el presidente Xi de China y nuestra relación con ese país son ambos muy importantes para mí. El comercio entre ambos, sin embargo, ha sido muy injusto durante mucho tiempo”, dijo el presidente estadounidense, que tiene 72 años de edad, en un comunicado. “Estados Unidos no puede tolerar más la pérdida de tecnología y propiedad intelectual por culpa de prácticas económicas injustas”. 

     Los aranceles impuestos hoy son resultado de una investigación que condujo la oficina del United States Trade Representantive (USTR), que está encabezada por Lighthizer y que es responsable de dictar los lineamientos comerciales del gobierno de Trump. 

     El gobierno chino, por su parte, no tardó en responder que gravaría con aranceles al menos 659 bienes de origen estadounidense de alto valor, como productos agrícolas, automóviles y petróleo crudo. 

     Horas antes del anuncio de la Casa Blanca, el ministerio de Comercio de China dijo en conferencia de prensa que tomará los pasos necesarios para defender sus intereses ‘justos y legítimos’.  

     “Estados Unidos está provocando una guerra comercial”, dijo Lu Kang, vocero del ministerio de Relaciones Exteriores de China, en un comunicado publicado el viernes donde anunció que responderían de forma recíproca a las acciones tomadas por Trump.

      El gobierno chino incluso calificó las acciones tomadas por Estados Unidos hoy como ‘miopes’, de acuerdo con un comunicado publicado previamente por el ministerio de Comercio de ese país. 

     Claro que la respuesta china no hace sino incrementar la incertidumbre sobre una escalada de la tensión comercial, especialmente porque Estados Unidos, al anunciar las tarifas, advirtió que podría ampliar esas medidas proteccionistas si China decidía tomar represalias. 

     “Estados Unidos ejercerá aranceles adicionales si China toma medidas comerciales recíprocas, tales como imponer nuevos aranceles en contra de bienes, servicios o productos agrícolas estadounidenses; elevan barreras no arancelarias; o toma acciones punitivas contra los exportadores americanos o contra las empresas del país que operan en China”, dijo Trump, de acuerdo con el comunicado. 

     El presidente Trump abre así un nuevo frente de disputa comercial, como los que ya tiene con otras naciones como Canadá, México y la Unión Europea, a quienes también aplicó aranceles a la importación de acero y aluminio, pese a que en el pasado los veía como aliado comercial. 

    Muchos han advertido al gobierno estadounidense que, al aplicar medidas proteccionistas, acabará por lastimar los intereses de los estadounidenses por las represalias que tomarán sus socios. 

     Sin embargo, mientras eso ocurre, el riesgo de un entorno más restrictivo en contra del comercio podría acabar por lastimar de manera importante a México, quien tiene en su vecino del norte su mayor socio comercial y el destino de alrededor de 80% de sus exportaciones. 

     La Secretaría de Economía incluso determinó, tras verse afectada por los aranceles al acero y aluminio, encarecer las importaciones de aceros planos, piernas y paletas de puerco, embutidos y preparaciones alimenticias, manzanas, uvas y arándanos, diversos quesos, whiskey Bourbon o Tennessee, papas y algunos tipos de barcos de moto. 

     Claro que, al responder con medidas proteccionistas, el gobierno mexicano acabará por afectar igualmente a su mercado interno, de acuerdo con un análisis elaborado por los economistas del banco mexicano Ve por Más. 

     Los economistas de Ve por Más estimaron que los precios al consumidor recibirán un impulso de 0.2 puntos porcentuales, debido a que las empresas que enfrentarán aranceles optarán subir los precios que pagan los consumidores mexicanos en tanto encuentren sustitutos en otros mercados. 

     Otra opción que no descartan los economistas del banco es que los productores tengan que asimilar pérdidas al optar por no cobrar el mayor precio que implican los aranceles, lo que podría terminar por restar dinamismo al crecimiento de la economía. 

     “Las consecuencias podrían aumentar en caso de que se anuncien nuevos aranceles y que se desate una guerra comercial”, escribieron Mariana Ramírez y Alejandro Saldaña, economistas de Ve por Más, en su reporte. “Por ejemplo, medios internacionales dieron a conocer que México prepara aranceles al maíz y otros granos provenientes” de Estados Unidos.

 

 

 

 


Fecha de publicación: 15/06/2018

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