23 de may. (Sentido Común) -- Los precios internacionales del petróleo registran un fenómeno poco usual pero conocido como backwardation.

En general, los expertos financieros otorgan ese nombre a aquel evento cuando el precio de un activo, en este caso el crudo, es más alto en el mercado spot que en los contratos futuros.

Actualmente, el precio al contado del crudo de referencia estadounidense, conocido como West Texas Intermediate (WTI), se ubica en cerca de 72 dólares por barril, mientras que el contrato futuro con vencimiento a un año lo cotiza en 66.85 dólares.

Así, la curva de los precios futuros del petróleo, como en ocasiones ocurre con las tasas de interés que pagan los bonos a diferentes plazos, está invertida.

La inversión puede atribuirse a que los analistas e inversionistas prevén una menor oferta de crudo en el corto plazo por los problemas que viven diversas naciones del Medio Oriente y por la posible re-imposición de sanciones que podrían enfrentar las exportaciones de crudo de Irán por parte de Estados Unidos luego de la decisión del presidente Donald J. Trump de abandonar el acuerdo de restricción nuclear que tenía con esa nación.

Al mismo tiempo, los especialistas están al parecer también considerando que la oferta de crudo logrará recuperarse a nivel mundial más tarde en el año, por la capacidad productiva no utilizada que tienen diversos países petroleros en el mundo. Si eso ocurre, entonces es natural prever que el precio futuro del crudo descienda en unos meses ante el incremento de los suministros.

Blu Putnam, economista en jefe de Chicago Mercantile Exchange, o CME, una de las mayores plataformas en el mundo donde se cotizan contratos futuros de una amplia variedad de activos financieros, dijo en un video que es probable que el backwardation no desaparezca hasta que haya razones para creer que las tensiones en el Medio Oriente se han reducido.

“Los precios del petróleo reflejan una prima de riesgo de Medio Oriente de 10 a 12 dólares por barril debido a la expectativa de una posible confrontación militar entre Arabia Saudita e Irán”, agregó Putnam en el video.

Esos dos países, ubicados en la región del Golfo Pérsico, rompieron relaciones diplomáticas en 2016, al apoyar cada uno a rivales distintos en Líbano, Irak, Siria y Yemen.

El gobierno de Arabia Saudita además teme que el gobierno iraní logré desarrollar armas nucleares, algo que podría desestabilizar la región.

Las luchas entre naciones del Medio Oriente, más la muy posible re-imposición de sanciones que planea llevar a cabo Estados Unidos a Irán tras no estar ya impedida para hacerlo por el acuerdo nuclear, ha elevado las expectativas de una menor oferta de crudo a nivel mundial en el corto plazo.

Irán produce alrededor de 3.8 millones de barriles por día, colocándolo en el tercer puesto dentro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Claro que con la imposición de sanciones comerciales por parte de Estados Unidos, y quizás otras naciones, su nivel de bombeo podría caer alrededor de un millón de barriles diarios.    

Rusia, China y la Unión Europea, que también firmaron al acuerdo de contención nuclear de Irán, han prometido continuar con el pacto firmado con Teherán en 2015. La postura, sin embargo, los pone en colisión con Estados Unidos, cuyas leyes podrían dar al gobierno de Trump las armas para tomar represalias económicas contra productos y empresas de esas naciones.

“El impacto de esta decisión estará limitado por la falta de apoyo internacional y la capacidad de la oferta global para cubrir el petróleo faltante”, escribió Marcial Nava, economista senior de BBVA Research, en un reporte.

Así, es posible que China y socios europeos incrementen las compras de crudo iraní antes de que sean aplicadas las sanciones comerciales a esa nación a principios de noviembre.

Además, es probable que Arabia Saudita y Rusia aumenten su nivel de producción para compensar el menor suministro del tercer exportador de OPEP. Los saudís ya lo han hecho cuando se le impusieron sanciones a Irán en 2012, de ahí que muchos esperan, como lo reflejan los contratos futuros, que los precios del crudo bajen para finales de este año, o inicios del otro, ante la mayor oferta de esos países.

Hasta ahora, los precios del petróleo se habían visto respaldados por la decisión que tomó el cartel petrolero y 10 aliados más, incluido Rusia, de recortar el nivel de producción en 1.8 millones de barriles hace unas semanas.

Pero ahora con la posible salida de la producción iraní, los precios se han disparado hasta superar los 70 dólares por barril en ciertos mercados, el nivel más alto desde finales de noviembre de 2014.

Claro que pocos creen que los altos precios sean sostenidos en el mediano plazo, incluso para finales de este año o inicios del próximo.

“El impacto de la caída en las exportaciones iraníes en el precio del crudo debería ser transitorio, ya que existe suficiente capacidad exportadora en el mundo para cubrir el faltante”, agregó Nava de BBVA.

Pero ante la expectativa de que la oferta global de crudo sea menor por las sanciones estadounidenses a Irán y Venezuela, el país con las mayores reservas de petróleo en el mundo, muchos, como los analistas de los bancos de inversión estadounidenses, Goldman Sachs y Morgan Stanley, prevén que el precio del petróleo llegue a rondar los 100 dólares en el corto plazo.

Los estrategas de materias primas de Goldman dijeron que si bien los futuros del petróleo a cinco años podrían quedar anclados entre 60 y 70 dólares, el barril de crudo de referencia de Europa, o Brent, podría tocar los 98 dólares en el mercado spot, o mercado físico, pronto.

La razón del alza en ese tipo de crudo la atribuyen los especialistas a que la demanda de corto plazo no podrá ser satisfecha por la producción actual, al grado que algunas empresas petroleras podrían tener que utilizar sus inventarios para cumplir con sus suministros.

Si eso ocurre, el crudo Brent registrará un alza de 46.5% con relación al precio de 66.87 dólares que registró a finales del año pasado. En lo que va del año el precio del referente europeo ha subido 17.5%.

Por su parte, los estrategas de Morgan Stanley estiman que el precio del crudo tipo Brent alcanzará 85 dólares en 2019 y 90 dólares por barril en 2020.

Mientras tanto, los grandes beneficiados son los productores de petróleo o gas shale, también llamado de esquisto, ya que sus actividades se tornarán rentables si los precios de esas materias primas alcanzan esos niveles. Por lo general, extraer crudo y gas de esos depósitos es más costoso en comparación con la extracción en tierra firme o aguas someras. 

Estados Unidos produce actualmente poco más de 10.7 millones de barriles de crudo por día, un nivel que lo pone por encima del bombeo de Arabia Saudita de 10 millones de barriles, aunque aún por debajo de Rusia, que produce por encima de 11 millones.

“Estimamos que Estados Unidos producirá a un ritmo de 12 millones de barriles por día durante 2019”, dijo Putnam en el video.

Juan Manuel Lozada, estratega de la mesa de análisis de Citibanamex, dijo en una entrevista telefónica que el impulso que el blackwardation podría dar a la producción shale en Estados Unidos se verá reflejado a finales de este y el próximo año.

 

* Fernando Martínez asistió a la elaboración de esta historia

 


Fecha de publicación: 23/05/2018

Etiquetas: Crudo Energía WTI Brent EUA Irán Acuerdonuclear Venezuela