16 de may. (Dow Jones) -- Un sábado por la tarde de noviembre, Louis Meza hizo planes para encontrarse con un amigo y entusiasta de las criptomonedas para degustar unas copas en el bar Ruby Tuesday de Times Square, en la ciudad de Nueva York. “Vamos a pasar un buen rato”, dijo Meza en un texto. “Y por cierto, te voy a enviar a tu casa en Uber al final de la noche”.

Como un ex vendedor del servicio de entrega de comida Grubhub, Meza es descrito por amigos como gregario y cortés, un jugador de póker de 35 años de edad con una tendencia emprendedora y amante del riesgo. Ambos se conocían desde hacía 15 años. Se encontraron para tomar unas copas y, alrededor de las 7:40 p.m., el amigo de Meza le dijo entonces que se dirigía al metro. Pero Meza insistió en que se fuera en un Uber y acompañó a su amigo, descrito en los documentos de la corte, como “la víctima”, a una minivan gris que esperaba afuera del bar.

De acuerdo con la oficina del fiscal de distrito de Manhattan, un hombre armado escondido en el asiento trasero de la camioneta apareció súbitamente y le exigió a la víctima su cartera, llaves, teléfono móvil y una unidad USB, que contenía Ether, un tipo de criptomoneda. La víctima entregó todo menos la unidad USB, que no traía consigo; el pistolero entonces le colocó una capucha en la cabeza de la víctima. “¿Dónde está tu contraseña de 24 palabras?”, exigió una y otra vez.

Después de dos horas, la víctima logró escapar. Se encontró en Harlem, donde, de acuerdo con los fiscales, llamó al 911 desde una tienda de delicatessen. La víctima había hecho una “inversión muy pequeña” en criptomonedas escasamente en 2010, que desde entonces se había multiplicado a un millón 800 mil dólares. Guardaba su Ether en un dispositivo USB en su departamento, junto con un trozo de papel que contenía la contraseña necesaria para acceder a él. Cuando llegó a casa, tanto la unidad USB como la contraseña habían desaparecido.

Una acusación presentada en diciembre señala a Meza de robo, secuestro y otros crímenes. Meza se declaró inocente. Pero de acuerdo con los fiscales, el video de la cámara de seguridad muestra a Meza abriendo el departamento de la víctima con unas llaves y saliendo un minuto más tarde con una pequeña caja blanca, que, dijo la víctima, contenía su Ether. El día después del robo, Meza transfirió el millón 800 mil dólares en Ether a una cuenta en línea que estaba a su nombre. “Vemos el millón 800 mil dólares depositados en esa cuenta la mañana del 5 de noviembre, y luego vemos que el dinero se mueve por todos lados”, dijo James Vinocur, el fiscal asistente del distrito, al juez que presidía el caso.

Vinocur le dijo al juez que los fiscales habían podido confiscar solo alrededor de 600 mil dólares del dinero. “Un millón 200 mil dólares todavía están pendientes de recuperar, y no sabemos dónde están”, dijo. “Esa es la naturaleza de la criptomoneda, que podamos ver la dirección a la que se envió. Lo que no significa mucho para nosotros. Es solo una cadena de números y letras”.

Lo que parecía un caso abierto y cerrado de robo es algo mucho más complicado.

El caso de Meza es parte del aumento reciente de la criminalidad con las criptomonedas, impulsado por los valores al alza de las monedas digitales como Bitcoin.

Chainalysis, una firma que analiza las transacciones con criptomonedas, dijo que los robos informados de bitcoins en todo el mundo aumentaron de tres millones de dólares en 2013 a 89 millones de dólares el año pasado.

Para muchos delincuentes, las criptomonedas son menos engorrosas que el efectivo. Los piratas cibernéticos (hackers) tienen como rehenes a los sistemas informáticos y exigen pagos anónimos instantáneos en bitcoin. Los traficantes de drogas venden en rincones oscuros de internet, ocultando sus nombres y ubicaciones. Los traficantes de narcóticos se mueven y lavan sus ganancias con varios clics. “El número de casos se ha disparado”, dijo Gabriel Bewley, un agente especial en la iniciativa de moneda virtual de la agencia Drug Enforcement Administration de Estados Unidos.

Blockchain Intelligence Group, que fabrica programas que rastrean el uso de las criptomonedas, estima que las actividades ilegales representan alrededor de 20% de las transacciones con los cinco principales cryptomonedas --bitcoin, Monero, Zcash, Ether y Litecoin, o cerca de 600 millones de dólares diarios. Los investigadores que trabajan en University of Sydney usaron la inteligencia artificial para identificar transacciones de criptomonedas consistentes con el comportamiento criminal y estimaron en 72 mil millones de dólares la actividad ilegal el año pasado usando bitcoin únicamente.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

Copyright © 2017 Dow Jones & Company, Inc. All Rights Reserved

 


Fecha de publicación: 16/05/2018

Etiquetas: Criptomonedas Crimen Lavado Dinero Narcotráfico Robo