Beijing, 23 de abr. (Dow Jones) -- Roy Jones, de 49 años, nunca pensó que un trabajo de 14 dólares por hora administrando las redes sociales de Marriott International, la cadena de servicios de hospedaje global, requeriría que estuviera al corriente de la política mundial.

Eso fue antes de que le gustara un mensaje publicado en Twitter de un grupo separatista tibetano que aplaudía a Marriott por incluir a Tíbet en su lista de destinos como un país, en lugar de hacerlo como parte de China, en una encuesta en línea.

Marriott señaló que considerar al Tíbet como un país fue un error, y Jones ha dicho lo mismo por señalar que le gustaba la publicación. Jones pagó su error con su medio de vida: Marriott lo despidió.

“Estaba completamente inconsciente de lo que estaba pasando”, dijo Jones por teléfono desde Omaha, Nebraska, donde trabajó en el centro de atracción de clientes de Marriott. “Nunca fuimos capacitados en diplomacia a la hora de tratar con China”.

Marriott se negó a comentar sobre el caso de Jones. La cadena hotelera emitió un comunicado diciendo que tomó medidas por el incidente China-Tíbet de conformidad con las políticas internas de la empresa.

Craig Smith, director para la región Asia-Pacífico de Marriott, dijo en una declaración independiente: “Cometimos algunos errores en China a principios de este año que sugerían que algunos asociados no entendían o no tomaban suficientemente en serio la soberanía e integridad territorial de China. Esos incidentes fueron errores y de ninguna manera representativos de nuestros puntos de vista como empresa”.

“No solo no puedes hablar libremente dentro de China, sino que ni siquiera puedes hacerlo libremente fuera de China --y eso es realmente malo”, dijo Xiao Qiang, un experto chino en internet de University of California en Berkeley.

Marriott estuvo en su derecho de despedir a Jones, dijeron expertos legales. Pero algunos dijeron que la severidad de la sanción --ser despedido, en lugar de ser objeto de una reprimenda o suspensión-- pone en evidencia el entorno cada vez más implacable para los que ofenden la sensibilidad china.

“Un escenario más típico es que Marriott hubiera aceptado la culpa y no solo corriera al empleado”, dijo Eric Goldman, codirector del High-Tech Law Institute de Santa Clara University en California. “Si este fue su primer desliz, el empleado efectivamente es un sacrificio para tratar de que Marriott vuelva a congraciase con China”.

Este año únicamente, al menos una docena de marcas y compañías occidentales, incluyendo a Marriott, Delta Air Lines, la cadena de ropa Zara y la unidad Mercedes-Benz de Daimler, han provocado la desazón de Beijing por similares traspiés.

En al menos dos de esos casos, incluido el de Jones, los mensajes publicados no pudieron ser vistos en China sin tener un programa especial para eludir sus restricciones de internet. A Jones le gustó la publicación de marras en Twitter, que está bloqueado en China.

Mercedes publicó una cita del Dalai Lama --quien apoya una mayor autonomía para el Tíbet, en Instagram, red que también está bloqueada en China.

James Zimmerman, socio administrativo de la firma de abogados Sheppard Mullin Richter & Hampton en Beijing y ex presidente de la Cámara de Comercio Estadounidense en China, dijo que los incidentes recientes reflejan el mayor monitoreo que realizan los reguladores chinos del contenido de internet.

De acuerdo con una ley de seguridad cibernética que entró en vigencia el año pasado, cualquier persona u organización tiene prohibido publicar contenido que “ponga en peligro la seguridad, el honor y los intereses de una nación” o “incite a la subversión a la soberanía nacional” en China.

Zimmerman dijo que su empresa ha visto un aumento en el número de empresas que son denostadas por infracciones leves que involucran contenido en línea. “Lo que las empresas se enfrentan es lo que conocemos como una legión de técnicos en línea jóvenes y talentosos que buscan en internet problemas de cumplimiento”, dijo.

Los anuncios en línea y el contenido promocional en China se han sometido a un escrutinio más riguroso después de las normas más estrictas que fueron impuestas en 2015, incluida la prohibición de contenido “que dañe la dignidad o el interés del estado”. Un Centro Nacional de Monitoreo de Publicidad en Internet ha encontrado por lo menos 230 mil anuncios ilegales desde su apertura el otoño pasado, dijeron reguladores chinos.

La Administración Estatal de China para la Industria y el Comercio no respondió a una solicitud para que compartiera sus comentarios sobre el tema.

 


Fecha de publicación: 23/04/2018

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