6 de abr. (Dow Jones) -- El escándalo de sobornos alrededor del gigante brasileño de la construcción Odebrecht ha llevado a cargos penales contra ex presidentes en Brasil y Perú. Pero en México ha tenido un resultado diferente: el despido del fiscal que investigó si algún dinero de Odebrecht financió la campaña de 2012 del presidente Enrique Peña Nieto.

Ahora, el fiscal que fuera depuesto de su cargo se está abriendo de capa, diciendo que fue despedido con el fin de bloquear varias investigaciones que precisamente él había iniciado no solo referentes a los supuestos sobornos de Odebrecht, sino también relacionadas con supuestos casos de financiamiento ilegal de elecciones estatales por parte del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el partido gobernante de México.

“Era un fiscal molesto para el gobierno y me querían fuera”, dijo Santiago Nieto, en su primera entrevista extensa desde su despido en octubre. Él y el presidente no tienen vínculos familiares.

Los comentarios de Nieto se producen ante el creciente alboroto en México por la rampante corrupción ahora que el país se prepara para realizar elecciones presidenciales en julio. El favorito, el nacionalista izquierdista Andrés Manuel López Obrador del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), ha convertido la lucha contra los sobornos en su tema principal de campaña. José Antonio Meade, el candidato del PRI, está ubicado en un lejano tercer puesto en las encuestas, que predicen el peor resultado electoral del partido en sus 90 años de historia.

Ricardo Anaya, el candidato del Partido de Acción Nacional (PAN) de centro-derecha que actualmente está segundo lugar de los sondeos de opinión, se comprometió recientemente a buscar asistencia internacional de Naciones Unidas para investigar el asunto de Odebrecht y otros supuestos incidentes de corrupción de alto perfil durante el gobierno de Peña Nieto, si gana.

Peña Nieto ha negado haber cometido cualquier fechoría.

Bajo juramento, varios ex funcionarios de Odebrecht han dicho a los fiscales brasileños que para asegurarle a su empresa contratos del gobierno mexicano, le pagaron 10 millones de dólares en sobornos a Emilio Lozoya cuando él era un alto colaborador de Peña Nieto. Dijeron en su testimonio, cuyas transcripciones ha visto el diario The Wall Street Journal, y que aproximadamente cuatro millones de dólares de esa suma se entregaron en 2012, el año en que Peña Nieto fue elegido presidente.

El resto fluyó a Lozoya después de que se convirtió en director general de la petrolera estatal Petróleos Mexicanos, o Pemex, en diciembre de 2012, dijeron los ex funcionarios de Odebrecht. Odebrecht obtuvó contratos con Pemex por un valor de al menos mil 500 millones de dólares durante el periodo en funciones de Lozoya, que finalizó en 2016. Anteriormente, la compañía había ganado un solo contrato de construcción de 317 millones de dólares de Pemex en 2005, de acuerdo con documentos públicos.

Lozoya, que ha negado todos los señalamientos al respecto, testificó voluntariamente en octubre ante la Procuraduría General de la República. El ex director de Pemex no ha sido acusado hasta la fecha de haber cometido algún crimen.

Poco antes de su despido, Santiago Nieto dijo que había solicitado información bancaria de las Islas Caimán, además de las declaraciones juradas y otra documentación a las autoridades brasileñas, como parte de su esfuerzo para decidir si existían motivos para presentar cargos contra Lozoya.

La oficina del procurador general de justicia de México dijo que Santiago Nieto fue despedido por divulgar ilegalmente detalles de una investigación en proceso. El ex fiscal le concedió una entrevista a un periódico días antes de que fuera despedido en octubre, sugiriendo erróneamente que Lozoya lo había presionado en una carta para que abandonara el asunto. Lozoya publicó después dicha carta, en la que simplemente le había pedido que lo llamaran para testificar.

Nieto reconoció su error, pero dijo que la controversia sobre la carta fue parte de un esfuerzo más amplio para echarlo de la oficina y silenciarlo.

Poco después de ser despedido, Nieto fue convocado a un hotel por un alto funcionario de la Secretaría de Gobernación, dijo. El funcionario le dijo que el gobierno quería mantener una buena relación con él, dijo Nieto, y que como gesto de buena fe, le ofreció dinero para ayudarlo durante su periodo de desempleo.

“Intentaron comprarme para que guardara silencio”, dijo Nieto. “Sólo les contesté: ‘Lo siento, pero no puedo recibir dinero de Peña Nieto’”.

El funcionario de la Secretaría de Gobernación, Jorge Márquez, quien ya no trabaja en el gobierno, confirmó que se reunió con Nieto pero negó haberle ofrecido dinero. Eduardo Sánchez, el portavoz presidencial mexicano, se negó a comentar sobre los alegatos de Santiago Nieto.

Nieto añadió que los esfuerzos por silenciarlo no terminaron ahí. Su esposa le dijo que le enviaron fotos anónimas de él con otra mujer, así como textos coquetos entre él y otras mujeres, dijo el ex fiscal. El matrimonio pronto terminó. Luego vino una serie de mensajes amenazantes a través de cuentas anónimas, incluida una con el alias “La muerte te persigue”.

“Un consejo: manténgase alejado de los problemas”, leía uno de los mensajes, que fueron revisados por el diario The Wall Street Journal.

Nieto dijo que ahora está haciendo público eso porque teme por su vida y la de sus dos hijas adolescentes. También dijo que ha informado de las amenazas a la procuraduría general de justicia de México, que no quiso hacer ningún comentario al respecto.

“El caso de Nieto ilustra la falta de independencia de los fiscales mexicanos”, dijo Eduardo Bohórquez, director de Transparencia Mexicana, una asociación anticorrupción en Ciudad de México.

En octubre, el procurador general justicia del país renunció luego de que se descubriera que había evadido pagar la tenencia al registrar su Ferrari con una dirección falsa en un estado que no grava los automóviles. Tras su partida, el máximo procurador de justicia del país prometió que la investigación de Odebrecht estaba avanzando y señaló que los cargos se presentarían “en unas cuantas semanas”.

Desde entonces, no se han presentado cargos relacionados con las actividades de Odebrecht en México.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

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Fecha de publicación: 06/04/2018

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