9 de mar. (Sentido Común) -- Andrés Manuel López Obrador, el candidato puntero para ganar la próxima elección presidencial, confirmó lo que habían dicho sus asesores económicos antes: que respetará los contratos petroleros que ha entregado el gobierno actual a empresas petroleras nacionales y extranjeras para explorar y explotar diversos yacimientos petroleros en el país.

     También, si bien mantuvo su oposición a la construcción del nuevo aeropuerto internacional de la Ciudad de México en terrenos sobre lo que era el Lago de Texcoco por ser un proyecto muy costos, dijo que de convertirse en el próximo presidente de México no infringirá los contratos que se han otorgado para la construcción de esa obra.

     Sin embargo, el candidato presidencial de la coalición Juntos haremos historia sí dijo que espera poder convencer a las empresas constructoras y a los acreedores que están participando en ese proyecto aeroportuario, de cambiar el proyecto actual por el suyo, que contempla edificar otra terminal aérea más pequeña en Santa Lucía, a las afueras de la Ciudad de México y que operaría en armonía con el actual aeropuerto de la capital del país.  

     En materia petrolera y energética los “contratos que estén bien hechos y sean benéficos para la nación, adelante”, dijo el candidato de los partidos Movimiento Regeneración Nacional (Morena), del Trabajo (PT) y Encuentro Social (PES), durante su presentación en la convención bancaria, que tiene lugar en Acapulco. Sobre el aeropuerto, “esa obra nos cuesta mucho. . . [vamos] a buscar los acuerdos sin violar el marco legal, sin cancelar contratos. . . Estamos trabajando para hacer un planteamiento. . . [pero] no vamos a infringir ningún acuerdo”.

     Los comentarios de López Obrador dejan entrever que el candidato con mayores posibilidades de ganar la próxima elección está, al menos a cuatro meses de los comicios, moderando su oposición a algunos de los cambios legales más relevantes que se han realizado en las últimas décadas para modernizar la economía mexicana, como es la reforma energética que abrió ese sector a los capitales privados.

     Cuando el Congreso mexicano aprobó esos cambios legales en 2013 y 2014, que requirieron incluso una reforma constitucional y que pusieron fin al control que tenía el Estado mexicano, a través de su empresa petrolera Petróleos Mexicanos, del sector petrolero y energético en general, López Obrador se opuso a los cambios.

     Hoy, sin embargo, por las respuestas que dio a los cuestionamientos de los banqueros, parecería ser que el político, oriundo del estado de Tabasco, es mucho menos adverso a esa apertura que antes.

     “Todo lo que sea bueno para la nación, se va a palomear, lo que no sea bueno para la nación, va para atrás”, agregó el candidato que está compitiendo por tercera vez por el cargo de presidente de México luego de hacerlo en 2006 y 2012.

     Incluso, el ex jefe de gobierno de la Ciudad de México, dijo que no espera realizar reformas legales en la primera mitad de su gobierno, ya que desde su perspectiva el marco legal actual es adecuado para poder materializar su propuesta de hacer crecer más rápido al país, e incluso para combatir la corrupción.

     Con ello, López Obrador, de 64 años de edad, parecería estar así descartando la posibilidad de hacer una reforma constitucional para revertir o cambiar el rumbo de algunos de los cambios legales que ha adoptado México para modernizar su economía.

“No vamos a iniciar el gobierno con reformas legales. No hace falta, con el actual marco jurídico vamos a desarrollar al país y a lograr que haya bienestar”, dijo el candidato. Las “reformas, si acaso se harán a mediados de sexenio. Van a ser muy pocas”.

El único cambio legal que mencionó el candidato que encabeza las encuestas con un margen promedio de nueve puntos sobre su más cercano perseguidor, es la reforma al artículo 108 constitucional para poder juzgar al presidente en funciones por delitos de corrupción.

Los actos indebidos de la actual administración que la prensa ha reportado en repetidas ocasiones a lo largo de los últimos seis años, que incluso involucraron al presidente Peña Nieto por la adquisición que hizo él, su exsecretario de Hacienda, Luis Videgaray, y su esposa de propiedades, o derechos de compra sobre bienes raíces, que habían edificado empresas contratistas del gobierno han, en buena medida, catapultado la popularidad de López Obrador.

El candidato de Morena, PT y PES tiene la imagen de ser un político honesto. Si bien muchos cuestionan su falta de transparencia en la forma como paga su estilo de vida, en general, o la forma como realizó obras cuando dirigió el gobierno de la capital del país, los medios y sus rivales políticos, no han encontrado transacciones indebidas, lo que hace que muchos electores confíen en que es honesto y que ayudará con ello a corregir la corrupción y la impunidad que aquejan a México.

Claro que si bien López Obrador parece estar ajeno a operaciones indebidas, no así algunos de sus colaboradores que han estado involucrados en diversos escándalos como el exgobernador de Zacatecas, Ricardo Monreal, y el exjefe de gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard.

Ambos ayudan a López Obrador como coordinadores regionales y ambos han sido cuestionado por la forma como manejaron las finanzas de sus entidades.

Finalmente, a pregunta de los banqueros sobre si López Obrador estaba de acuerdo con el régimen de propiedad privada que existe en México, el candidato presidencial dijo que estaba totalmente de acuerdo con ese régimen.

“No vamos a confiscar bienes, no se van a llevar a cabo expropiaciones, nacionalizaciones, vamos a sacar adelante el país enfrentando el principal problema: la corrupción, el cáncer de la corrupción, esa es la propuesta”, concluyó López Obrador. “Acabar con la corrupción eso es el plan”.

 



Fecha de publicación: 09/03/2018

Etiquetas: México economía petroleo industria crudo energía legal gobierno política López Obrador