6 de mar. (Sentido Común) -- Donald J. Trump, el presidente de Estados Unidos, perdió un importante asesor económico en medio de la polémica que desató la propuesta de gravar todas las importaciones de acero y aluminio que realiza ese país. 

     Ahora fue Gary Cohn, el asesor económico del presidente, quien renunció a su cargo por aparentemente estar en contra de aplicar esas medidas proteccionistas y por considerar que éstas acabarían por lastimar a la propia economía estadounidense. 

     “Ha sido un honor servir a mi país y promulgar políticas a favor del crecimiento económico que beneficien a los ciudadanos estadounidenses, en particular la aprobación de la histórica reforma fiscal”, dijo Cohn, de acuerdo con un comunicado. “Estoy agradecido con el presidente por darme esta oportunidad y le deseo a él y a la administración un gran éxito en el futuro”. 

     Cohn, quien tiene 57 años de edad y antes de incorporarse al gabinete de Trump era ejecutivo del banco Goldman Sachs, era además uno de los integrantes del gabinete que estaba más a favor de políticas que propiciaran un comercio más libre y una economía abierta. 

     Además, el asesor económico se une a una lista de salidas de casi dos decenas de de funcionarios que dejan su cargo en el gabinete de Trump, como el exjefe de gabinete Reince Prebius; el estratega en jefe de la Casa Blanda Steven Bannon, el secretario de Prensa Sean Spicer o el antiguo director del Federal Bureau of Investigation (FBI) James Comey.    

     De hecho, hace menos de una semana Hope Hicks anunció su renuncia al puesto de jefa de comunicaciones de la Casa Blanca. 

     En esta ocasión, de acuerdo con reportes de medios estadounidenses, Cohn estaba luchando intensamente por cambiar la opinión del presidente y convencerlo de no aplicar los aranceles de 25% a la importación de acero y de 10% a la de aluminio. 

     Incluso, el exbanquero aparentemente estaba luchando por organizar una reunión entre el presidente y algunos representantes de la industria del acero y del aluminio, con la intención de convencer a Trump que la imposición de aranceles sería contraproducente para sus propios intereses, reportó el portal de noticias estadounidense Politico.com. 

     “Colaboradores en la Casa Blanca, liderados por Gary Cohn, planean una reunión este martes con ejecutivos de industrias que seguramente serán afectadas por grandes aranceles en el acero y el aluminio”, reportó Politico, con base en dos fuentes familiarizadas con el tema. “El asesor económico y otros promotores del libre comercio buscan un último intento para amortiguar el impacto de la dura decisión de Trump, incluso cuando el presidente insistió el lunes que no iban a convencerlo de no hacerlo”. 

     El propio presidente aparentemente ya veía venir que Cohn abandonaría su posición en caso que la Casa Blanca decidiera seguir adelante con sus planes de tasar la importación de acero y aluminio, algo que muy probablemente acabará ocurriendo. 

     “El presidente Donald Trump ha dicho a sus consejeros que cree que el asesor económico, Gary Cohn, dejará la Casa Blanca si decide continuar con los aranceles en importaciones de acero y aluminio”, reportó Bloomberg, con base en personas familiarizadas con el tema. 

     Otros creen que la partida del exbanquero de Goldman Sachs no sólo responde a la imposición de aranceles sino a varios temas que no están del todo claros. 

     De hecho, Cohn estuvo a punto de dejar su cargo en agosto del año pasado, por considerar que la respuesta que dio Trump a una serie de enfrentamientos con tintes raciales en la ciudad de Charlottesville, Virginia. 

     Sin embargo, el entonces funcionario decidió quedarse y ser uno de los líderes negociadores de la reforma fiscal aprobada el año pasado que, entre otras cosas, propuso un importante recorte de impuestos a las empresas y la simplificación de la forma en que los estadounidenses pagan al fisco, con la intención de ganar competitividad como destino de inversión. 

     Lo que sí es evidente es que el grupo de los economistas más moderados y pro libre comercio pierde una pieza clave, lo que abre la puerta a una mayor esfera de influencia de otros integrantes del gabinete, como el secretario de Comercio Wilbur Ross o el asesor comercial Peter Navarro, que son más proclives a políticas proteccionistas. 

     “Cohn resistió las ideas políticas más anti-comercio del presidente y se marcha en un momento en que los aranceles y la guerra comercial están ganando terreno en la agenda de Trump”, escribió el equipo de análisis económico con la consultoría de origen estadounidense Continuum Economics, en un reporte. 

     Los mercados reaccionaron con nerviosismo a la salida de Cohn de la Casa Blanca, con caídas en los futuros de las bolsas de valores de Estados Unidos y debilidad en el tipo de cambio en operaciones after hours. 

     “Después del cierre de mercados, el peso mexicano se presiona hacia $18.90 (depreciación de 15 centavos) por la noticia” de la renuncia de Cohn, escribió el equipo de análisis económico y bursátil de la institución financiera CI Banco, en un comentario. “Cohn es considerado como el principal contrapeso para las decisiones en materia económica del presidente de Estados Unidos y alguien respetado por analistas y los mercados financieros”. 

     Muchos especialistas han advertido que la aplicación de aranceles podría abrir la puerta a que otras naciones tomen medidas similares y acaben por restringir el flujo comercial. 

     De hecho, hay quienes incluso al interior de Estados Unidos piensan que la determinación de aranceles no es una medida ideal y acabará por impactar a muchas industrias que dependen de esos insumos. 

     “No estamos pidiendo ningún trato especial, queremos que la administración nivele la cancha”, dijo Leo Gerard, el presidente internacional de la Unión de Trabajadores del Acero en Estados Unidos, en entrevista con la cadena de televisión Bloomberg TV. “Lo que decimos es que tenemos compañías y países que están continuamente violando las leyes comerciales y queremos que sean sancionados. Pero Canadá no es uno de ellos, ni Gran Bretaña, ni Australia”. 

     Claro que esa no es la única industria que podría resultar afectada pues otras naciones podrían tomar represalias en contra de otras industrias, que dependen en buena medida del comercio con el exterior. 

     “Tememos que este anuncio sea una invitación a represalias que lastimen profundamente a agricultores de Estados Unidos. Estas tarifas muy seguramente acelerarán una actitud comercial de toma y daca que pondrá a las exportaciones agrícolas” del país, dijo Brian Kuehl, director ejecutivo de Agricultores en Favor del Libre Comercio, a través de un comunicado. “Estamos de acuerdo en la necesidad de que nuestros socios comerciales se comporten con responsabilidad pero tomar acciones unilaterales para elevar tarifas conlleva consecuencias dañinas no intencionales”. 

     Por su parte, el secretario del Tesoro norteamericano, Steven Mnuchin, descartó que la administración Trump busque desatar una guerra comercial y mostró su apoyo a la aplicación de impuestos al acero y aluminio. 

     “No estamos buscando entrar en una guerra comercial”, dijo Mnuchin, en una comparecencia en un comité de la Cámara de Representantes. “Estamos intentando balancear diferentes asuntos, el presidente se ha involucrado personalmente en ello”. 

     Mnuchin reiteró que Canadá y México podrían quedar exentos de esos aranceles, siempre y cuando logren un acuerdo del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que Estados Unidos considere justo.


*Karen Alcalá contribuyó en la elaboración de esta historia



 


Fecha de publicación: 06/03/2018

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