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18 de ene. (Sentido Común) -- La posibilidad de que en México pudiera verse pronto una reducción de tasas de interés parece desvanecerse.
Por el contrario, los altos niveles que registra la inflación y el nerviosismo que muchos tienen por el desenlace del proceso de negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) o la elección presidencial de julio, hace que algunos analistas ya den por hecho que la política restrictiva que Banco de México aplica desde finales de 2015 alcance niveles aún más altos.
Hasta hace unos días, los analistas esperaban que Banco de México elevara su tasa de interés objetivo en un cuarto de punto porcentual el próximo mes, de 7.25 a 7.5%, pero al mismo tiempo estimaban que más adelante en el año la bajaría para cerrar 2018 en niveles similares a los que se encuentra actualmente.
De acuerdo con la más reciente encuesta recabada por el banco Citibanamex, la filial en el país del grupo estadounidense Citigroup, la mayoría de los especialistas en economía del sector privado veía la tasa de referencia terminaría el año en 7.25%. Este resultado es muy similar a los pronósticos de los economistas consultados en el sondeo que realiza el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas, o Imef.
Incluso, pocos meses antes, algunos analistas estimaban que Banco de México empezaría a recortar su tasa de referencia en algún momento del año pasado.
Sin embargo, ante la escasa definición que muchos ven en el proceso de reescritura del TLCAN y las consecuencias que esa indefinición tiene para el desempeño del tipo de cambio, algunos ya empiezan a desmarcarse de esas expectativas.
El banco Monex ahora estima que la llamada tasa de interés objetivo podría llegar a 8% este año, a través de tres aumentos de un cuarto porcentual a la tasa que dicta el Banco de México, en sintonía con los movimientos que se espera lleve a cabo la Reservad Federal (Fed) de Estados Unidos.
“Anticipamos que la tasa en México se moverá en el mismo sentido y magnitud que la de Estados Unidos, por lo que concluiría el año en 8%”, escribieron Janneth Quiroz y Alessandra Ortiz, economistas de Monex, en un reporte.
Otros analistas ven la tasa en niveles menores, pero también cambiaron su propia estimación respecto a lo que esperaban anteriormente.
El banco Santander, por ejemplo, estima que a lo largo de del primer semestre del año Banco de México subirá en dos ocasiones la tasa de referencia hasta 7.75%, aunque considera que si el tipo de cambio muestra menor volatilidad en la segunda mitad del año entonces el Instituto Central podría bajarla a 7.5% para el cierre de 2018.
“Antes sólo anticipábamos la subida de febrero”, escribieron Salvador Orozco y Rafael Camarena, economistas con el banco de origen español, en un reporte. Sin embargo, “para la segunda mitad del 2018 tenemos una visión positiva para el desempeño del tipo de cambio finalizando en 18.2” pesos por dólar.
Al igual que Santander, el banco británico Barclays prevé que la tasa cerrará este año en 7.75% con dos alzas en el primer semestre --una en febrero y otra en abril, luego que la Fed suba muy probablemente su tasa de referencia en 0.25 puntos porcentuales en marzo.
Sin embargo, Marco Oviedo, economista en jefe para Latinoamérica de Barclays, no descarta que si la inflación comienza a mostrar una menor aceleración en los próximos meses, entonces el banco central mexicano podría verse menos presionado para ejecutar una segunda alza de tasas.
“Creemos que está sobre la mesa un alza [de tasas] en abril” si la Fed la sube en marzo, dijo Oviedo, en un encuentro con medios donde esa institución financiera ofreció sus pronósticos sobre las variables macroeconómicas del país en este año. Sin embargo, “yo pondría en duda esta última alza” si la inflación cede terreno.
Las mayores expectativas de tasas están basadas en la inflación y en la preocupación que ha mostrado la junta de gobierno de Banco de México, en sus reuniones de política monetaria, acerca de la volatilidad del tipo de cambio y la persistencia de la inflación alta.
Incluso, hace unos días, el subgobernador Javier Guzmán Calafell dijo en un discurso en Inglaterra que el banco central mexicano podría apoyar alzas adicionales de tasas “en el muy corto plazo” ante el crecimiento de precios de productos energéticos y agrícolas.
De ahí que muchos ahora ven prácticamente seguro que el Instituto Central volverá a subir las tasas de interés el próximo mes.
Por ahora, los miembros de la junta de gobierno de Banco de México “prefieren verse más agresivos”, agregó Oviedo, de Barclays.
Además, si la inflación anual no desciende tanto como lo espera el mercado para la primera quincena de este mes, Banco de México entonces tendría un motivo adicional para incrementar su tasa de referencia.
De ahí que algunos no descarten sorpresas adicionales en caso que la inflación dé una sorpresa negativa, ya que los precios al consumidor siguen bajo presiones por incrementos de productos como la tortilla, que suben en el inicio de cada año.
“Si en enero la inflación sorprende, quizá el incremento de febrero sea de 50 puntos base”, dijo Mario Correa, economista en jefe para México del banco canadiense Scotiabank, en una conferencia de prensa.
Scotiabank estima que la tasa de referencia terminara este año en 7.75%, aunque no descarta que llegue a 8% si la inflación se acelera más de lo esperado.
Incluso los agentes financieros del mercado de deuda denominada en pesos ya descuentan, como se dice en la jerga financiera, un escenario de tasas de interés más altas. De acuerdo con datos de la última subasta de valores gubernamentales que realizó Banco de México, la tasa de interés del bono a 30 años alcanzó un nivel no visto en al menos un año, lo que sugiere que la expectativa de mayor inflación se fortaleció recientemente.
El entorno de mayores tasas de interés, si bien parece necesario para contener el avance de los precios, al mismo tiempo podría acabar por frenar el desempeño de la economía, un riesgo que el Banco de México tomará en cuenta en febrero, cuando la junta de gobierno del Instituto Central se reúna nuevamente.
Al subir la tasa de referencia, la gran mayoría de los créditos que otorgan las empresas del sector financiero se vuelven más caros para los consumidores. Además, el mayor rendimiento que ofrecen los bancos crea a su vez incentivos para que la gente y las empresas ahorren, lo que podría impulsar una desaceleración del gasto y la inversión.
“La tasa real en México ha alcanzado niveles elevados”, dijo hace una semana Alejandro Díaz de León, en un foro de perspectivas económicas organizado por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). “Hemos adoptado una política monetaria restrictiva, en aras de que la economía tenga el mejor ajuste posible ante los choques que hemos estado enfrentando y que la inflación retome su tendencia a la baja”.
*Con información de Karen Alcalá
Fecha de publicación: 18/01/2018
Etiquetas: Banxico tasas interés México economía inflación política monetaria precios