15 de ene. (Dow Jones) -- La llamada telefónica se produjo poco después de que Claudio X. González dijo en un discurso que el presidente de México pertenecía a un “salón de la infamia” de la corrupción porque su indiferencia de luchar contra ella le había permitido prosperar.

En la línea, un iracundo alto funcionario del gobierno le hizo saber al señor González que tan “ofendido” se sintió el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto por sus comentarios.

“Su tono fue acusador y amenazante”, dijo González, de 54 años, un abogado de cabello cano que lidera a Mexicanos Contra la Corrupción e Impunidad, uno del creciente número de organizaciones sin fines de lucro que lideran la lucha contra la corrupción aquí, irritando al gobierno en el proceso.

Un mes después de recibir esa llamada a principios de este año, la jornada laboral de González se vio interrumpida por una serie de llamadas. Empleados de otros cuatro grupos no lucrativos a los que anteriormente había dirigido, así como una persona que trabajaba en su casa, todos le llamaron para decirle que fiscales del gobierno y auditores laborales estaban a sus puertas. Habían llegado para notificarle que las cuatro organizaciones y el propio González enfrentarían un total de nueve inspecciones del gobierno; Mexicanos Contra la Corrupción fue objeto de escrutinio dos meses después.

“Lo leímos como un mensaje muy claro de intimidación”, dijo María Amparo Casar, copresidenta de la organización.

La agencia tributaria de México se negó a comentar sobre auditorías específicas. Un representante del Instituto Mexicano del Seguro Social, que lleva a cabo auditorías laborales, no respondió a las llamadas que buscaban sus comentarios. Portavoces de la agencia tributaria y de la presidencia dijeron anteriormente que el gobierno había comenzado una campaña para auditar grupos sin fines de lucro para asegurarse de que no se usaran para blanquear fondos ilícitos.

Una persona cercana al presidente dijo que no sabía de las llamadas telefónicas de algún alto funcionario a González expresando el descontento presidencial y que Peña Nieto no tenía problema alguno con González. La persona agregó, sin embargo, que pensó que las observaciones de González sobre el presidente habían sido groseras.

Si González provocó resquemor con sus comentarios, es probable que sea porque su grupo ha ayudado a exponer más de dos docenas de supuestos casos de corrupción de alto perfil en los últimos dos años. La mayoría involucra a altos funcionarios del gobierno, pero algunos implican a destacados hombres de negocios y líderes de la oposición. “No tenemos nada personal contra el gobierno”, dijo González.

A principios del año pasado, después de que el grupo publicó material que implicaba al exgobernador de Quintana Roo en corrupción, el gobierno emitió una orden para arrestarlo. El gobernador, que niega haber cometido cualquier crimen, fue detenido en Panamá y ya fue extraditado.

Otra de las investigaciones del grupo descubrió que varias agencias federales contrataron universidades para realizar servicios que fueron subcontratados a compañías fachada inexistentes y que nunca se brindaron, un proceso que de acuerdo con una dependencia de la auditoría gubernamental dejó unos 210 millones de dólares con un paradero desconocido.

La agencia tributaria de México ha abierto una investigación sobre el asunto; un portavoz de la dependencia se negó a comentar más. Aun no se han presentado cargos.

Mexicanos Contra la Corrupción ha llegado a simbolizar la lucha contra la corrupción, que Casar estima que le cuesta a la economía del país unos 47 mil millones de dólares anuales, o aproximadamente 5% de su producto interno bruto.

“Se han convertido en la voz de la sociedad mexicana en un país donde los gobiernos no dan resultados”, dijo Agustín Basave, un respetado politólogo.

Peña Nieto ha dicho en repetidas ocasiones que la lucha contra la corrupción es una prioridad. Apoyó un paquete de leyes anticorrupción que el Congreso aprobó hace dos años. Pero el nombramiento de un nuevo fiscal anticorrupción ha estado pendiente durante mucho tiempo en el Senado, donde el PRI al que pertenece Peña Nieto es por mucho la fuerza política más grande, provocando suspicacias.

La indignación pública por la corrupción ya está agitando la campaña para las elecciones a realizarse en julio de éste año, con un mensaje anti sobornos que ha ayudado a catapultar al precandidato presidencial nacionalista de la izquierda Andrés Manuel López Obrador a la cima de las encuestas. El ex jefe de gobierno de la Ciudad de México dice que el país está dirigido por una mafia política que solo él puede abordar.

No solo los mexicanos comunes están molestos. La creciente influencia de los mexicanos contra la corrupción y otros grupos similares, todos ellos financiados por donantes privados, es una señal de que algunos miembros de la élite económica de México están asumiendo un papel público más importante en la lucha contra la corrupción.

“Ya es hora de que los privilegiados asumamos nuestra responsabilidad”, dijo González, hijo de uno de los hombres de negocios más prominentes de México.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

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Fecha de publicación: 15/01/2018

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