Caracas, Venezuela, 22 de nov. (Dow Jones) -- Conozca al equipo que está a cargo de la reestructuración de bonos más compleja en la historia reciente: un ex militar, un ex profesor de geografía, dos ingenieros, un ministro sancionado por presunta corrupción y un supuesto capo del narcotráfico.

Mientras el país se queda sin efectivo, el presidente venezolano Nicolás Maduro nombró recientemente una comisión de seis personas para negociar un acuerdo sobre la deuda externa pendiente del país, la cual asciende a 150 mil millones de dólares.

La composición de la comisión --ninguno de ellos tiene una formación importante en economía o finanzas y dos son objetivos de sanciones estadounidenses-- sugiere a algunos observadores que el gobierno no está realmente buscando reestructurar su deuda, sino más bien creando una situación en la que puede achacarle a las sanciones un incumplimiento.

Con poca experiencia en reestructuración de deudas, algunos de los comisionados por lo menos podrían condimentar sus currículos con largos escritos legales en su lugar.

El líder de la comisión, el vicepresidente Tareck El Aissami, figura en la lista de narcotraficantes de Washington. Otro miembro, el ministro de finanzas Simón Zerpa, que tiene un título en ciencias políticas, está bajo sanciones de Estados Unidos por presunta corrupción. Ambos han negado tales acusaciones en el pasado.

La interrupción total de los pagos por parte de Maduro provocaría el mayor incumplimiento en la historia. Arreglar ese lío sería complicado por la falta de cláusulas de convenio colectivo en algunos valores, diferentes entidades emisoras, y los enfrentamientos por la prioridad de pago entre la abigarrada gama de tenedores, incluyendo Goldman Sachs Asset Management y el gobierno chino.

“La invasión de Napoleón de Rusia en 1812 fue una gran empresa. Reestructurar la deuda del sector público venezolano será una muy grande empresa”, escribieron en un documento académico Lee Buchheit y Mitu Gulati, dos de los abogados especializados en incumplimiento soberano más famosos del mundo.

La comisión parece tan inadecuada para la gigantesca tarea en cuestión que genera dudas sobre las verdaderas intenciones de Maduro, incluido si quiere llegar a un acuerdo en lo absoluto, dijo Risa Grais-Targow, analista de la consultora Eurasia Group.

“Esto más bien parece teatro político que otra cosa”, dijo. “No están siendo muy serios acerca de negociar”.

En un discurso televisado, el El Aissami conminó a los inversores a discutir una reestructuración en una reunión en Caracas el 13 de noviembre, que fue la fecha límite para realizar casi 300 millones de dólares en pagos de intereses de los bonos que aún están vigentes.

     Como era de esperarse, la reunión duró menos de 30 minutos, sólo apareciron menos de 100 acreedores y Venezuela fue declarada en default por S&P Global Ratings luego del inclumplimiento del país para pagar los 280 millones de dólares en intereses.

Muchos inversionistas y analistas financieros creen que la desventurada comisión y la reunión mal planificada sólo son accesorios para permitir que Maduro culpe a las sanciones de Estados Unidos por el fracaso de las negociaciones para impedir el incumplimiento.

“Es una pérdida de tiempo”, dijo un inversionista en bonos con sede en Latinoamérica, que posee deuda venezolana y saltea la reunión. “Este es solo un ejercicio para sentar las bases de un incumplimiento y apunta a las sanciones como el culpable”.

El historial de la comisión de negociación de Venezuela genera pocas esperanzas de un acuerdo exitoso con Wall Street, dijo Patrick Esteruelas, jefe de investigación de Emso Asset Management.

Un miembro, el ministro de planeación Ricardo Menéndez, un ex profesor de geografía, ha abogado durante mucho tiempo por convertir el país en un conglomerado de comunas laborales. Otro, el ministro de agricultura Wilmar Soltedo, un militar retirado, supervisó el colapso de la producción de alimentos en el estado de Portuguesa, el antiguo granero de Venezuela, del que fue gobernador.

Los ejecutivos petroleros estatales Nelson Martínez y Eulogio Del Pino han visto caer la producción de petróleo del país en un tercio bajo su supervisión. Si bien ambos han interactuado durante mucho tiempo con los financieros y las empresas petroleras internacionales, no han sido capaces de revertir el declive de la inversión extranjera en la industria.

“Claramente están haciendo esto sin tener preparación alguna”, dijo Esteruelas. “Están tratando de resolver este problema sin tener conocimientos técnicos, sin preparación y sin tener idea de lo que esto implica”.

Los administradores de fondos dijeron que su mayor preocupación en la comisión es su jefe, el El Aissami.

Nacido en el seno de una familia de inmigrantes sirios y libaneses, ascendió en las filas del gobierno socialista para convertirse en el gurú económico de Maduro.

Funcionarios de Estados Unidos y ex colegas dijeron que el El Aissami acumuló poder usando las ganancias del narcotráfico y la venta ilegal de pasaportes para construir una red de inteligencia paralela usada para intimidar y reprimir a los opositores.

A principios de este año, el gobierno de Estados Unidos congeló “cientos de millones de dólares” de cuentas bancarias vinculadas con El Aissami, de acuerdo con funcionarios de la Casa Blanca.

El Aissami ha negado todas las acusaciones y ha dicho que las investigaciones de Estados Unidos son intentos de desestabilizar al gobierno venezolano.

“El gobierno ha confiado esta misión a su miembro más radiactivo”, dijo Esteruelas. “Eso es frustrante”.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

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Fecha de publicación: 22/11/2017

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