Rajoy abierto a diálogo con Cataluña pero en el marco de la legalidad

11 de oct. (Sentido Común) -- El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, dijo que no rechaza el diálogo ofrecido ayer por las autoridades catalanas pero aclaró que sólo lo hará en el marco de la ley española pues hay puntos de vista que no se pueden negociar respecto a la intención independentista de Cataluña.

     Durante una comparecencia ante el Congreso español, Rajoy dijo que es posible dialogar para lograr una mejoría en la convivencia entre esa región autónoma  y España, pero aclaró que no negociará sobre la base de un proceso que considera ilegal para declarar la independencia catalana.

     “Siempre he sido, y sigo siéndolo, un firme partidario del diálogo como forma de resolución de conflictos, pero debo de advertir que no es posible aceptar bajo la apariencia del diálogo puntos de vista que se saben imposibles de aceptar por una de las partes”, dijo el presidente español, de 62 años, ante el pleno del Congreso. “No hay mediación  posible entre la ley democrática y entre la desobediencia y la ilegalidad”.

     El titular del poder ejecutivo añadió que el movimiento independentista catalán se basó en un proceso antidemocrático desde que se planteó el referendo del 1 de octubre, donde la población fue consultada sobre su deseo de permanencia en España.

     Tras esa votación que fue desconocida e incluso reprimida con violencia por el gobierno de Madrid, el presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, dijo que la población apoyó en una amplia mayoría la separación de España pero ofreció hacer una pausa para iniciar un diálogo con el gobierno de Rajoy.

     “A nadie le puede gustar lo que ocurrió el primero de octubre. Nada de eso debió haber ocurrido, pero los únicos responsables son aquellos que se empeñaron en mantener esa convocatoria”, dijo Rajoy ante legisladores de su país esta mañana. “Responde a una estrategia deliberada para separar a Cataluña de España en contra de la mayoría de los catalanes y del conjunto de los españoles”.

     Rajoy pidió, horas antes de su comparecencia, que el gobierno catalán defina si las palabras de Puigdemont ayer  ante el parlamento catalán son o no una proclama de independencia.

     De ser así, entonces España podría decidir qué acciones tomar e incluso si debe o no aplicar el artículo 155 de su constitución, que permitiría al gobierno central en Madrid retirar la autonomía a una región, mismo que nunca se ha aplicado.

     “El consejo de ministros ha acordado esta mañana requerir formalmente al gobierno de la Generalitat para que confirme si ha declarado la independencia de Cataluña, al margen de la deliberada confusión creada sobre su entrada en vigor”, dijo Rajoy, en un mensaje ofrecido más temprano en el palacio de gobierno de La Moncloa, tras una reunión con su gabinete. “Este requerimiento es previo a cualquiera de las medidas que el Gobierno puede adoptar”.     

     El presidente español repitió ante el Congreso hoy que la respuesta del Estado español ha sido la adecuada, apegada al Estado de derecho y que mantener las tensiones y la postura catalana será en perjuicio de Cataluña.

     “El Estado ha actuado como lo habría hecho cualquier Estado democrático”, dijo a los legisladores. “Nunca en su historia los catalanes han gozado de más libertades, ahora todo eso está en riesgo. El independentismo está a punto de dar al traste con la mejor época de Cataluña en su historia”.

     Por su parte, el líder del partido de izquierda Podamos, Pablo Iglesias, quien además ha sido opositor de la administración de Rajoy, dijo que es importante escuchar al pueblo catalán para salvar la unidad de España y pidió considerar si deben cambiarse las leyes de manera que convenga a todos.

     “¿No sería sensato que seamos capaces de inventar nuevas legalidades que nos permitan colectivamente construir un nuevo acuerdo que supere la crisis de legitimidad que tiene nuestro sistema político?”, dijo Iglesias, durante su réplica al discurso de Rajoy ante el Congreso español. “España no sobrevivirá como proyecto colectivo si la mayoría del pueblo catalán no quiere formar parte de ese pueblo colectivo”.