23 de ago. (Sentido Común) -- La noche de ayer, en un evento organizado en Arizona que pareció más que nada un rally de campaña, el presidente de los Estados Unidos, Donald J. Trump, retomó muchas de sus críticas en contra del libre comercio y la migración, mismas que no sólo lo volvieron un candidato popular sino que en buena medida explican su llegada a la Casa Blanca.

     Para muchos no fue sorpresivo el regreso del Trump “duro”, no sólo porque conecta bien con sus votantes sino porque de alguna forma aparentemente lo fortalecen, desde un punto de vista político, en un momento muy crítico de su joven administración y ante las múltiples críticas que ha recibido su desempeño.

     El presidente, miembro del Partido Republicano, ha tenido, por ejemplo, dificultad para lograr la aprobación en el Congreso de muchas de sus promesas de campaña y, por si no fuera suficiente, enfrenta severas críticas por la respuesta que tuvo ante los recientes enfrentamientos raciales en el país al no condenar a las asociaciones radicales neo-nazis y supremacistas blancas que participaron en esos disturbios.

     Así, Trump en Arizona volvió a vapulear al Tratado de Libre Comercio de América del Norte al repetir su postura de que ese acuerdo, con los gobiernos de México y Canadá, ha resultado un desastre para la economía estadounidense y que por lo tanto ve difícil alcanzar un buena negociación para evitar la salida de su gobierno del también llamado TLCAN, por sus siglas en español.

     “Personalmente creo que no podremos llegar a ningún acuerdo con México y Canadá, y creo que acabaremos anulando el TLCAN”, dijo Trump, para satisfacción de sus seguidores.

     En esta ocasión, sin embargo, las duras y amenazadoras palabras del presidente estadounidense no tuvieron ni remotamente las repercusiones que esos mismos comentarios generaron en el pasado, cuando críticas al acuerdo comercial como esa hubieran provocado caídas abruptas en el valor del peso y en el mercado de valores mexicano.

     Hoy, tras los comentarios de Trump, el peso perdió sólo 0.2% y la bolsa bajó 0.1%, es decir, cambios bastantes inocuos para la renovada amenaza del presidente de Estados Unidos de dejar al TLCAN.

     Trump incluso reiteró durante su discurso la otra gran amenaza contra México: que levantará un muro en la frontera sur de su país para desalentar la migración ilegal de personas y armas. Incluso dijo que estaba dispuesto a “cerrar el gobierno” con tal de presionar al Congreso de su país para que le den los recursos para la polémica "pared".

     (Un dato curioso fue que el presidente ya no dijo que su vecino de sur será quien pagará por el muro como repitió a lo largo de su campaña electoral).

     “Créanme, aunque tengamos que parar nuestro gobierno, construiremos ese muro” dijo Trump para recibir aplausos de sus seguidores. “Nos ayudará con el problema de las drogas y las masivas cantidades que cruzan la frontera”.

     Claro que la poca reacción de los mercados financieros a las palabras de Trump, reflejaron para muchos la debilidad y el aislamiento político en la que se encuentra hoy el presidente estadounidense, que con discursos como el de Arizona ya no asusta a nadie y son una especie de patada de ahogado para intentar mantener cerca a los electores que lo llevaron a la Casa Blanca. 

     “Ya es rutina, cuando está en problemas, Trump reanima a su base atacando a México y al TLCAN”, escribió en redes sociales Lorenzo Meyer, analista político y profesor de historia en el Colegio de México, una de las instituciones académicas más prestigiadas de México. “Esto explica su discurso en Arizona ayer”.

     Incluso la tranquilidad de los mercados financieros la compartió el gobierno mexicano, que está sentado a la mesa con el gobierno canadiense y el estadounidense para intentar modernizar el TLCAN.

     Las autoridades en México, al igual que los inversionistas, consideraron el ataque como una de las ya muy conocidas tácticas negociadoras de Trump de intentar amedrentar a sus adversarios para obtener concesiones.

     Algo en lo que en esta ocasión pareció haber fracasado el presidente estadounidense.

     “Está negociando con su particular estilo”, dijo Luis Videgaray Caso, el secretario de Relaciones Exteriores de México, en una entrevista de televisión con el periodista Carlos Loret de Mola en las frecuencias de Televisa. . “México va a sorprender con cabeza fría y serenidad. . . no es algo que nos debería sorprender”.

     Videgaray, quien antes de ser canciller fue secretario de Hacienda y Crédito Público, es además una de las personas a quien el presidente Enrique Peña Nieto designó para coordinar las negociaciones tripartitas de TLCAN.

     La tranquilidad que mostró el funcionario mexicano ratifica además que hoy en México la administración que encabeza el presidente Enrique Peña Nieto está menos temerosa de las palabras de Trump, aún cuando reconocen que esa nación es el principal socio comercial de México y destino de casi ocho de cada 10 pesos que exporta el país.

     México, por su parte, es el segundo mercado más importante para los exportadores estadounidenses, mientras que Canadá es el número uno.

     Así, una salida de Trump del acuerdo tendría también costos para Estados Unidos, que lo único que puede presumir de su joven administración es el buen desempeño de su economía, lo que podría no continuar si toma la decisión abrupta de salirse del TLCAN, ya que su país perdería competitividad frente a otros bloques regionales, principalmente el asiático.

     “En este momento, Trump parece espantar más a los mercados estadounidenses que a los mexicanos”, escribió David Frum, editor del periódico estadounidense The Atlantic, en su cuenta personal de Twitter.

     Claro que si bien pocos se espantaron de las palabras de Trump, eso no significa que el presidente estadounidense no pueda optar por irse del acuerdo, debido a que tiene facultades para hacerlo sin consultar con el Congreso.

     Sin embargo, ante el escenario más catastrófico para la economía mexicana que podría representar la salida de Estados Unidos del TLCAN, comienzan también a surgir planteamientos de que un evento como ese tampoco sería necesariamente catastrófico para el país, aún cuando si generaría dolores de cabezas para algunas industrias nacionales.

     Si Estados Unidos decide concluir su participación en el acuerdo, entonces México pasaría a recibir un trato preferencial en términos de aranceles como lo establece la Organización Mundial del Comercio, dijo Larry H. Summers, el prestigiado economista y exsecretario del Tesoro de Estados Unidos, en una evento organizado por el Grupo Financiero Banorte en la capital mexicana.

     “Aún si Trump da por terminado el TLCAN, entonces ambos países [México y Canadá] seguirán comerciando bajo las reglas de la OMC”, dijo el economista, que también fue presidente de Harvard University. Pero dudo que eso ocurra porque “Trump está más débil de lo que se esperaba al inicio de su administración”

  

* Editado por César E. Pérez

 


Fecha de publicación: 23/08/2017

Etiquetas: México EUA Canadá TLCAN economía comercio Trump