Londres, 23 de ago. (Dow Jones) -- Tras años de crisis, los bancos europeos finalmente se están estabilizando.

El mes pasado, varias de las instituciones crediticias más relevantes de Europa reportaron resultados sólidos, sino es que hasta un poco inspiradores, un cambio bien recibido que muestra que la reestructuración del sector está empezando a dar frutos.

No hace mucho tiempo, los inversionistas se preocuparon acerca de si los bancos europeos tenían suficiente capital como para sobrevivir a las recesiones y si serían capaces de reducir sus montañas de préstamos incobrables.

Muchos problemas persisten, pero ahora los inversionistas tienen preocupaciones más mundanas, como la rentabilidad y los márgenes de ganancias. Aun cuando los bancos europeos todavía están muy rezagados en relación a sus competidores estadounidenses en ganancias y dividendos.

UBS Group y Credit Suisse Group registraron ganancias mejores de lo esperadas; ambos han iniciado más esfuerzos en sus negocios de gestión de patrimonios. El banco francés BNP Paribas registró su segundo trimestre con menores ganancias, pero aun así superó las expectativas de los analistas. Barclays registró una pérdida, pero ésta fue resultado de los cargos relacionados con su retiro de África.

“La cuestión del capital ahora está resuelta”, dijo Jes Staley, el presidente ejecutivo de Barclays. “Lo que está pendiente ahora, son las ganancias”.

Las acciones de los bancos europeos se dispararon 50% el año pasado, ya que los inversionistas apostaron a que los prestamistas aprovecharían la recuperación económica europea y la disminución de las regulaciones. Los administradores de fondos europeos siguen atestando el sector y ven a los bancos de la Unión Europea como las acciones más infravaloradas, de acuerdo con una encuesta realizada este mes por Bank of America. El optimismo recién descubierto ha impregnado las salas de consejo de los bancos alguna vez forzadas a tomar ciertas decisiones.

“Creo que los bancos europeos están en un momento decisivo", dijo recientemente Frédéric Oudéa, director ejecutivo del banco francés Société Générale.

Ahora, la prueba será determinar si los bancos europeos pueden estar a la altura. El principal problema: las tasas de interés siguen estando en sus niveles más bajos. “Después de un largo, largo proceso de desendeudamiento estamos entrando a una fase en la que podemos mostrar cierto crecimiento” en el volumen de los préstamos españoles, dijo José Antonio Álvarez, el director ejecutivo de Santander, a analistas.

Pero con las tasas de interés en sus niveles más bajos, es difícil obtener ganancias significativas en esos préstamos. Se espera que la tasa de referencia que sustenta la mayoría de los préstamos hipotecarios españoles aumente, que suelen ser tasas flotantes, “pero a un nivel nada espectacular”, dijo Álvarez. Todavía está disminuyendo en la actualidad.

En otros países, el dolor podría prolongarse porque los clientes han obtenido préstamos a largo plazo y de bajo interés; incluso si las tasas suben, podría tomar tiempo para que los bancos vean los beneficios. En Alemania, por ejemplo, 85% de las hipotecas son a tasa fija, dijo Deutsche Bank.

Para contrarrestar esto, los prestamistas han estado reduciendo costos y cerrando negocios. Sólo en Italia, los bancos planean recortar cuando menos 17 mil 500 empleos este año, dijo un sindicato. Barclays redujo 60 mil personas de su nómina el año pasado. Los bancos también han dejado de otorgar préstamos y ahora están vendiendo productos no vinculados con las tasas de interés, como seguros o asesoramiento de inversión.

El número de grandes bancos europeos con ingresos no financieros que representen más de 40% de sus ingresos de explotación aumentó de 49 a 54 en el último año, de acuerdo con el Banco Central Europeo.

Los bancos españoles CaixaBank y Banco de Sabadell superaron las previsiones de los analistas, debido a que sus comisiones más altas ayudaron a aumentar sus ganancias.

El aumento repentino en sus ingresos por comisiones de los bancos desde el comienzo del año “fue como si alguien hubiese prendido el interruptor”, dijo Kinner Lakhani, analista de Deutsche Bank.

Después de la crisis, los bancos europeos avanzaron a un ritmo glacial en su reestructuración, pero avanzaron más rápido el año pasado. Algunos bancos vacilantes de Italia y España han sido cerrados, fusionados o rescatados.

En junio, el Banco Popular Español inmerso en problemas fue rescatado y vendido a Santander. A principios de este mes, el gobierno italiano tomó el control de Banca Monte dei Paschi di Siena. Mientras tanto, los grandes prestamistas han recurrido a los accionistas para financiar una extensa reestructuración. UniCredit, Deutsche Bank y Credit Suisse recaudaron un total de casi 30 mil millones de dólares de nuevos capitales de los accionistas.

Algunas de las reestructuraciones están empezando a redituar. El mes pasado, Bank of Ireland anunció que pagará su primer dividendo desde que el país se vio afectado por la crisis financiera.

Banco Comercial Português, alguna vez vacilante, anunció que elevará los salarios a los niveles previos a la crisis tras un recorte promedio de 6% desde 2014. Su director ejecutivo, Nuno Amado, dijo que “esto es un signo de normalización para BCP, tanto internamente como para el exterior”.

Esto está retroalimentando a la economía europea. Los volúmenes de los préstamos bancarios concedidos se están recuperando gradualmente desde principios de 2014. Las pequeñas y medianas empresas de la eurozona han dicho que hay un aumento en la disponibilidad de préstamos bancarios en los últimos seis meses, según una encuesta reciente del BCE.

Sin embargo, todavía quedan grandes obstáculos. En primer lugar hay demasiados bancos. Los funcionarios del BCE han declarado repetidamente que el sector necesita consolidarse, pero los ejecutivos de los bancos temen hacer tratos. En segundo lugar, mil millones de euros en préstamos incobrables siguen encumbrando los balances generales.

Mientras que el número préstamos malos está comenzando a disminuir, el tiempo implicado en despejar esa pila podría ser largo. Los préstamos incobrables de Italia podrían llevar un decenio antes de llegar a los niveles europeos más amplios, de acuerdo con un análisis de Morgan Stanley.

También hay otras áreas de dolor persistente, como el accidente de los préstamos navieros que continúa pellizcando a los bancos alemanes. La reestructuración de Deutsche Bank también está lejos de ser completada.

Además, regulaciones más estrictas también podrían estar en el horizonte. El BCE está revisando actualmente cómo los bancos modelan el riesgo. En enero comenzarán a introducirse nuevas normas contables que forzarán a los bancos europeos a cubrir las posibles pérdidas que sufren en los préstamos en tiempo real, lo que se espera que agregue miles de millones de euros a sus reservas para compensar los préstamos malos.

Las normas mundiales de Basilea todavía se están cocinando, lo que podría dar lugar a que los bancos tengan que cambiar la forma en que calculan el riesgo. Los ejecutivos de los bancos europeos aún están en la oscuridad sobre cuán onerosos serán tales cambios.

“La situación podría empeorar antes de que mejore”, dijo Filippo Alloatti, analista de crédito de Hermès Investment Management.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

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Fecha de publicación: 23/08/2017

Etiquetas: Bancos Unión Europea Crisis Recuperación Gradual