14 de jul. (Sentido Común) -- En México, existen 5.3 millones de jubilados que mes con mes reciben su pensión. Además, esos pagos representan un desembolso anual de cerca de 600 mil millones de pesos, o de alrededor de 33 mil 700 millones de dólares.

     Estas son algunas de las cifras, que sumadas a las amplias necesidades financieras que tienen los jubilados, llevaron a Elías Rahmane Sacal a crear una institución financiera, hoy conocida como Exitus Credit, especializada en ofrecer préstamos a los jubilados del país.

     “Honestamente no hay hoy un producto de crédito para este. . . sector. Es gente con muchas necesidades de crédito”, dijo Rahmane Sacal, en una entrevista para Infosel TV. Los préstamos los piden principalmente para dos fines: “uno de ellos es para atención de temas de salud, y el otro, muy importante, es para liberar otras deudas”.

     Así, aunque a primera vista podría pensarse que los jubilados podrían ser un segmento de la población riesgoso y poco atractivo por su falta de empleo, el hecho de que cuenten con ingresos mensuales para no sólo cubrir sus necesidades, sino incluso para pagar préstamos, han hecho que Exitus haya encontrado un modelo de negocio rentable y en crecimiento.

     Hoy la empresa, a cinco años de haber iniciado operaciones, suma ya más de 100 mil créditos otorgados, que le permiten hablar de una cartera crediticia con un valor de más de mil 500 millones de pesos (84 millones de dólares).

     Además, Exitus, con sede en la Ciudad de México, cuenta ya con presencia en todo el país, gracias a sus más de 120 sucursales y más de mil 300 empleados.

     Para Rahmane Sacal, la clave del éxito del negocio que él preside está en la agilidad con la que resuelve las solicitudes de crédito que le presentan los jubilados y en el modelo de cobro que la empresa ha creado.

     Ese modelo es muy similar al que emplean las entidades financieras que prestan a quienes tienen un trabajo formal y pueden cobrarle el crédito contra los pagos mensuales de nómina que reciben en sus cuentas bancarias; o bien, es parecido a los cobros que hacen las compañías prestadoras de servicio, como las telefónicas o las compañías de televisión de paga, contra las tarjetas de crédito de sus clientes --una práctica mejor conocida como domiciliada.

      “Nuestra fuente de pago es el ingreso de la pensión y esta es vitalicia, digamos que es una nómina vitalicia, entonces lo que nosotros hacemos es cobrar en sus cuentas de manera domiciliada”, agrego Rahmane Sacal.

     Las tasas de interés que Exitus cobra a los jubilados por los créditos que les otorga, y que van desde tres hasta 100 mil pesos (170 a cinco mil 600 dólares), es de 5% mensual --una tasa que, si bien parece alta al representar un pago anual de 60%, es inferior a la que en ocasiones tienen que pagar los pensionados a quienes les prestan fondos en sus localidades o poblaciones.

     En la economía informal los cobros por préstamos a jubilados pueden ascender hasta 10% semanal, dijo Rahmane Sacal.

     Estas personas “acuden a fuentes de fondeo, si les puedes llamar así, los típicos prestamistas y agiotistas, y la verdad es que este tipo de prácticas en cuanto a costos y métodos, son totalmente fuera de línea”, agregó el director general de Exitus.

     Hasta ahora la prueba quizás más contundente de que el modelo de negocio de esta financiera marcha bien, es la creciente capacidad que ha mostrado para recabar fondos en el mercado de valores mexicano.

     A finales del mes pasado, la compañía logró obtener 400 millones de pesos (22 millones de dólares) con la reapertura de un bono que emitió en septiembre de 2016, a fin de poder financiar más préstamos, extender sus sucursales a 200 para fines de este año y ampliar sus fuentes de fondeo.

     La demanda por los títulos de Exitus fue incluso dos veces superior al monto de los fondos que la empresa quería obtener. Así, los inversionistas mostraron interés por comprar hasta 836 millones de pesos (45 millones de dólares) de los bonos de Exitus, que vencen en marzo de 2020.

     La colocación fue también casi dos veces mayor a la primera que hizo la empresa en la Bolsa a finales del año pasado cuando recabó 244.5 millones de pesos (12.6 millones de dólares al tipo de cambio de aquel momento). En ese entonces, la compañía no pudo incluso obtener todo el financiamiento que buscaba de 300 millones de pesos.

     Ahora, Exitus no sólo recabó el monto originalmente planeado, sino que recibió el doble de ofertas para comprar sus títulos, un hecho que permite a Rahmane Sacal tener confianza de que en abril del próximo año, cuando hayan ya desembolsado --vía créditos-- los recursos que la empresa obtuvo con la reapertura de su bono de largo plazo, podrá volver a tocar las puertas del mercado mexicano para recabar una cantidad entre dos o tres veces mayor a la que obtuvo hace unas semanas.

     “Tenemos que acabarnos estos 400 millones de pesos, por ahí de abril de 2018, para ese entonces ya estaremos buscando hacer una emisión de alrededor de mil o mil 200 millones de pesos”, dijo Rahmane Sacal. “Ya tendremos la masa crítica, en cuanto al número de acreditados, cartera, para emitir un bono de ese tamaño”.

 


Fecha de publicación: 14/07/2017

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