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7 de jul. (Bloomberg) -- Si Donald Trump logra reformar la regulación bancaria vigente, eso liberaría miles de millones de dólares de capital que los bancos se vieron obligados a acumular después de la crisis financiera. Pero algo que es menos evidente, es lo que harán ellos con todo ese dinero.
Después de que el gobierno estadounidense publicó el mes pasado un informe de 150 páginas que había sido muy esperado, los analistas de Wall Street se pasaron dos días tomando notas digiriendo todas sus propuestas.
Investigadores de Goldman Sachs Group calcularon que los cinco bancos más grandes, excluyendo a su empresa, tienen 96 mil millones de dólares en exceso de capital.
Bank of America dijo que el plan podría liberar hasta dos billones de dólares en préstamos adicionales.
¿Pero así es como se usaría el dinero? El presidente Trump quisiera que los bancos invirtieran esa ganancia inesperada de nuevo en la economía concediendo más préstamos a los compradores de viviendas, a las pequeñas empresas o a las compañías que desean ampliar sus instalaciones u operaciones.
Algunos en Wall Street prevén que gran parte de ese dinero fluirán directamente a los bolsillos de los accionistas. Una medida que podría relajar las pruebas anuales de estrés, dándoles a las empresas libertad de acción para aumentar los dividendos, escribieron los analistas de Credit Suisse Group en una nota del 24 de mayo anticipando las propuestas.
“Estas son entidades impulsadas por los accionistas, en primer lugar”, dijo David Hendler, fundador de la firma investigadora Risk Advisors, con sede en Nueva York Viola. “Ellos producirán un poco más de dividendos o comprarán acciones, principalmente”.
Un problema es que los prestatarios calificados tienen un amplio acceso al financiamiento y ahora no están requiriendo más --una caída que los ejecutivos de los bancos han lamentado. Y las morosidades registradas en las tarjetas de crédito y los préstamos automotrices ya están aumentando.
Por ejemplo, la tasa de pérdidas en los préstamos automotrices de las personas con un buen crédito y que son empacados en bonos, fue la más alta en el primer trimestre desde 2008, según un informe reciente de S&P Global Ratings.
En las últimas semanas, algunos grandes bancos de Estados Unidos han planteado preocupaciones de que los consumidores incluso tengan demasiado acceso al crédito, aumentando así el riesgo de que los prestamistas sufran pérdidas.
Es más probable que el prestamista de tarjetas de crédito Discover Financial Services endurezca y no que relaje sus estándares crediticios en los próximos meses para evitar problemas, como cuando los prestatarios acumulan rápidamente sus deudas de múltiples fuentes, dijo recientemente a los inversionistas Roger Hochschild, su director de operaciones.
JPMorgan Chase ha limitado los préstamos automotrices, de acuerdo con Gordon Smith, el jefe de banca de consumo.
“En mi opinión, este no es el momento para relajar los estándares”, dijo Smith, de 58 años, a los inversionistas en una conferencia reciente. “La industria está en un punto en el que debe administrar rigurosamente el crédito”.
Eso no impidió que Steven Mnuchin, el secretario del Tesoro, siguiera adelante con su plan. Trump firmó un decreto presidencial en febrero que pedía el informe, que sugiere escalonar las pruebas de estrés anuales de los bancos más grandes a una vez cada dos años.
Éste también eliminaría parte de ese examen basado en medidas cualitativas. Y cambiaría las reglas que afectan al mercado hipotecario, los pequeños prestamistas y los préstamos apalancados --el arriesgado financiamiento que los bancos conciertan para ayudar a las empresas compradoras a adquirir compañías dando relativamente poco dinero por adelantado.
Ejecutivos bancarios han aplaudido las propuestas. John Gerspach, jefe de finanzas de Citigroup, dijo a los inversionistas que “eso tiene mucho sentido común”.
James Gorman, director ejecutivo de Morgan Stanley, escribió en el diario Financial Times que los “cambios específicos” pueden preservar la fortaleza del sistema bancario y promover el crecimiento económico y la creación de empleos.
Combinar tales propuestas con otras prescripciones políticas de Trump, como el gasto en infraestructura o la reforma del financiamiento de las viviendas, podría agudizar la demanda de los prestatarios, según Anton Schutz, inversionista bancario y presidente de Mendon Capital Advisors, con sede en Rochester, Nueva York. Y si lo hace, él quiere que los bancos tengan la capacidad para prestar, dijo.
“Si ellos llegaran a implantar un plan de infraestructura, si lograran formalizar los recortes de impuestos, se podría pensar que habría una demanda para obtener dinero prestado”, dijo Schutz. Sería contraproducente “tener un programa de infraestructura y que la gente no puede pedir dinero prestado”.
Incluso si los bancos destinan gran parte de su dinero desbloqueado a los inversionistas, no todo estará perdido para la economía, dijo.
Los inversionistas tomarán ese dinero y lo invertirán en otras empresas o industrias que tengan mejores perspectivas de crecimiento, dijo. Pagos que también evitarán que los bancos desperdicien capital concediendo préstamos incobrables o realizando adquisiciones mal consideradas, dijo Schutz.
“Ese capital busca un mejor lugar”, dijo. “Le estarás recomprando esas acciones a alguien que puede invertir ese capital en otra cosa que genere mayores rendimientos”.
Traducido por Luis Felipe Cedillo
Editado por Michelle del Campo
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Fecha de publicación: 07/07/2017
Etiquetas: Trump Política Regulación Bancaria Reservas Capital Bancos Reforma