Ancud, Chile, 23 de jun. (Dow Jones) -- Un día reciente en esta ciudad remota de la isla, el Dr. Jhomar Yansen se apresuraba a operar en un hombre que había sido pateado en el intestino por una oveja y estaba sufriendo sangrado interno severo.

El cirujano trabajaba en su natal Venezuela salvando a pacientes de heridas de bala y cuchillo hasta el año pasado, cuando huyó del caótico y empobrecido país como miles de otros profesionales. Ahora se encuentra como parte de un grupo de médicos venezolanos cuidando a pescadores y pastores en este archipiélago verde del frígido Pacífico Sur.

“Aquí no es exactamente donde pensé que iba a trabajar”, dijo el Dr. Yansen, quien vive con su esposa, también doctora, y su hija menor. “Pero gracias a Dios que estoy aquí, no quería que mi hija creciera en un ambiente tan hostil”.

Casi dos millones de venezolanos han huido de su país desde que Hugo Chávez asumió el poder en 1999 y que puso a su país en el camino de la revolución socialista, dijo Tomás Páez, sociólogo de la Universidad Central de Venezuela, quien escribió un libro sobre la diáspora.

Los números han aumentado desde que el presidente Nicolás Maduro asumió el poder en 2013, dijo Páez, teniendo a empresarios, profesores universitarios, agricultores y trabajadores petroleros abandonando un país dividido por un gobierno autoritario y las protestas consuetudinarias.

Los venezolanos están inundando particularmente las vecinas Colombia y Brasil. Han abordado embarcaciones con destino a las islas del Caribe. En Estados Unidos, sus solicitudes de asilo han aumentado, mientras que imágenes de ellos vendiendo pastelillos de harina de maíz conocidos como arepas se ha convertido en un lugar común en Lima, la capital peruana.

El éxodo de médicos está exacerbando el ya de por sí serio problema que enfrenta el sistema venezolano de salud pública, que ha sido afectado por los hospitales en ruinas y la escasez de medicamentos, suministros y equipos. Las recientes cifras publicadas por el Ministerio de Salud del país mostraron que la mortalidad materna aumentó 66% el año pasado; la mortalidad infantil, que aumentó 30% el año pasado, es ahora más alta en Venezuela que en la devastada Siria.

Las tasas de malaria y difteria están aumentando debido a la escasez de repelentes de insectos, vacunaciones y financiamiento de la salud pública.

La Federación Venezolana de Médicos estima que unos 16 mil médicos han salido del país en 12 años, llegando a viajar hasta España y Australia.

“Si continúa esta ola de migración de médicos a otros países, llegará un momento. . . en el que no van a tener suficiente capacidad para administrar hospitales”, dijo Juan Correa, vicepresidente de la federación. Las llamadas a las autoridades sanitarias venezolanas en busca de comentarios no recibieron respuesta.

La pérdida de Venezuela está ayudando a lugares como Ancud en Chiloé, una tranquila isla de colinas verdes, pingüinos de Humboldt e iglesias de madera ubicada a mil 216 kilómetros al sur de Santiago --y todo un mundo alejado del conflicto de Venezuela.

“Hemos recibido, diría yo, una bendición con estos médicos de tan buena calidad técnica”, dijo Luis Hernán Vallejos, un médico chileno que administra la unidad de emergencia del hospital Ancud.

Los venezolanos han llegado a Chile en masa, atraídos por la estabilidad política de la nación más desarrollada de Latinoamérica. El año pasado, cerca de 23 mil venezolanos recibieron visas, frente a 439 en 2006, y los recién llegados incluyen a muchos profesionales jóvenes y bien educados, de acuerdo con Rodrigo Sandoval, jefe de la oficina chilena de inmigración.

“Chile es una especie de California en el sur”, dijo Cristián Doña, un experto en inmigración de la Universidad Diego Portales de Santiago, refiriéndose al atractivo que tiene el país para los migrantes sudamericanos.

El año pasado, mil 313 médicos con educación venezolana, más que cualquier otro grupo extranjero, presentaron la prueba para trabajar en el sistema de salud pública de Chile, frente a sólo 16 en 2011, de acuerdo con los administradores del examen. La mayoría aceptó trabajos en áreas que tienen una escasez aguda de médicos, dijo Juan Carlos Riera, un urólogo que creó una asociación de médicos venezolanos en Chile.

Muchos más podrían llegar. En 2016, 88% de los estudiantes de medicina que estaban en su último año de cuatro universidades venezolanas dijeron que esperaban emigrar después de su graduación, según una investigación realizada por Iván de la Vega, sociólogo venezolano.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

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Fecha de publicación: 23/06/2017

Etiquetas: Venezuela Médicos Profesionistas Caos Política Migración