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21 de jun. (Dow Jones) -- Marc Kasowitz, el abogado selecto por el presidente Donald Trump para representarlo en la investigación sobre la posible injerencia de Rusia en las elecciones, ha sido su jurista durante varios años en los cuales se encargó de solventar agravios de periodistas, de un participante de un programa en vivo y de un antiguo socio empresarial.
Pero cuando el presidente recurre al litigante de Nueva York de 64 años, este leal defensor enfrentará una tarea muy diferente a los conflictos legales que ha librado por Trump en el pasado, en una ciudad política que para él será prácticamente una ‘dimensión desconocida’.
Esta vez, hay algo más en juego que recuperar el dinero de Trump o preservar su reputación.
Los comités de inteligencia de la Cámara de Representantes y del Senado, así como el asesor especial Robert Mueller, están investigando si Rusia interfirió en las elecciones presidenciales de 2016 y si alguno de los colaboradores o asociados de Trump se coludieron con agentes extranjeros.
James Comey, a quien Trump despidió abruptamente como jefe de Federal Bureau of Investigation (FBI), testificó ante un panel del Senado sobre sus interacciones con Trump con respecto a la investigación de Rusia.
El gobierno de Trump ha negado cualquier colusión con Rusia, país que niega haberse entrometido en las elecciones.
Algunos veteranos de las crisis de Washington dijeron que la asesoría que Trump necesita en la investigación de Rusia necesita de una estrategia más matizada, que requiere la capacidad para tratar simultáneamente con investigadores criminalistas, el Congreso y los medios de comunicación.
Desde principios de mes, Sean Spicer, el portavoz de la Casa Blanca, comenzó a referir a Kasowitz las preguntas sobre el despido de Comey y la investigación de Rusia.
“Se tiene que navegar en medio de todas estas contracorrientes que chocan entre sí”, dijo Bob Bennett, un abogado de Washington que defendió al ex presidente Bill Clinton contra las acusaciones de acoso sexual, entre muchos otros clientes de alto perfil.
Un portavoz de Kasowitz dijo que no estaba disponible para hacer comentarios sobre el tema.
En lugar de limitarse a superar a la oposición en una sala de la corte o en una mesa de negociaciones, el nuevo papel de Kasowitz le obligará a sopesar las consecuencias en los ámbitos político y de opinión pública.
Eso puede implicar determinar cómo manejar mejor la cobertura de los medios, a veces divulgando información en lugar de retenerla o manteniéndose en silencio, tácticas que son diametralmente opuestas al estilo de Trump, dijeron personas familiarizadas con el proceso.
Algunos clientes y asociados de Kasowitz dijeron que su trabajo como litigante se traducirá en ese papel --y si necesita conocimientos adicionales, convocará a abogados con mayor experiencia en Washington para ayudarlo.
“Sus fortalezas y experiencia legal superan cualquier falta de experiencia en la arena de Washington”, dijo Norm Brownstein, un abogado y cabildero que conoce a Kasowitz desde la década de los noventa.
Sin embargo, muchos expertos coinciden en que el trabajo de Kasowitz será difícil.
Al igual que Trump, Kasowitz tiene la reputación de hacer comentarios que captan la atención de los medios de comunicación y de recurrir a tácticas audaces.
Al defender a Bill O'Reilly, el ex estrella de Fox News, en contra de las acusaciones de acoso sexual, dijo que las demandas eran una campaña de difamación contra su cliente “que no tiene precedentes en los Estados Unidos posteriores a la era McCarthy”.
21st Century Fox, la empresa matriz de Fox News que comparte la propiedad común con el diario The Wall Street Journal, cortó los lazos con O'Reilly en abril pasado después de revelar que él y la empresa habían resuelto varias demandas de acoso en su contra.
Evan Davis, un abogado destacado de Cleary Gottlieb Steen & Hamilton, dijo que probablemente requeriría de “un esfuerzo especial” para que Trump acate sus consejos legales, pero esa capacidad podría ser la clave del éxito de Kasowitz.
Davis dijo que cuando era abogado de Mario Cuomo, el entonces gobernador de Nueva York, a finales de la década de los ochenta, Trump lo llamó de improviso a las 9:30 de la noche para argumentar en contra de las apuestas en los casinos de Nueva York. La llamada, que típicamente habría provenido de un abogado en su trato con la oficina de un gobernador, reflejó la “creencia que tiene Trump de que él es su propio y mejor defensor”, agregó Davis.
Un representante de la Casa Blanca no quiso hacer comentarios al respecto.
Traducido por Luis Felipe Cedillo
Editado por Michelle del Campo
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Fecha de publicación: 21/06/2017
Etiquetas: EUA FBI Investigación Rusia Elecciones 2016 Trump Colaboradores Campaña