19 de jun. (Sentido Común) -- El próximo jueves, cuando se reúna la junta de gobierno de Banco de México para determinar su política monetaria, los analistas de bancos y casas de bolsa no tienen duda de lo que va a ocurrir: un nuevo aumento a la tasa de interés de referencia.

     Ante una inflación anual que ya supera el nivel de 6% y frente a la decisión que tomó la Reserva Federal (Fed) estadounidense de elevar sus tasas en un cuarto de punto porcentual la semana pasada, todos los especialistas consultados por la agencia de noticias Infosel coinciden en señalar que el jueves el banco central volverá a subir su tasa de referencia en 0.25 puntos porcentuales para dejarla en 7%, o su nivel más alto en ocho años.

     “Esperamos un aumento de 25 puntos base, para alcanzar un nivel de 7%”, dijo por ejemplo, Adam Collins, economista para Latinoamérica con la consultora británica, Capital Economics, en una entrevista telefónica. “La razón principal es que la inflación se mantiene a la alza y no vemos que las expectativas inflacionaria se estén reduciendo de la manera que [la junta de gobierno de Banco de México] quisiera”.

     Ante este ambiente inflacionario adverso y frente a la necesidad de las autoridades monetarias de asegurarse que esas expectativas no se deterioren más, los especialistas considera que el banco central mexicano preferirá pecar de precavido que arriesgarse a no subir sus tipos de interés y con ello reducir el diferencial de tasas que existe hoy entre México y Estados Unidos.

     Si Banco de México no sube la tasa de referencia entonces el atractivo actual de los instrumentos denominados en pesos caerá por el aumento a las tasas que decretaron las autoridades monetarias estadounidenses la semana pasada.

     De ahí que, si ese diferencial se reduce, México corre el riesgo de ver una salida de capitales que podría volver a generar presiones sobre la moneda mexicana, lo que a su vez podría generar presiones inflacionarias adicionales en el futuro.

     “Creemos que [los funcionarios de Banco de México] mantendrán la vista en lo que haga la Fed”, agregó Collins, de Capital Economics, en la entrevista.

     Claro que frente a la ganancia de 15% que registra el peso este año frente al dólar, las autoridades monetarias mexicanas podría quizás tener cierto margen de maniobra. Algunas de ellas podrían considerar que la fortaleza reciente de la moneda mexicana podría reducir las presiones inflacionarias que han elevado el ritmo de incremento de los precios.

    Aunque pocos ven poco probable ese escenario.

     “Creemos que el tono del comunicado será duro” o hawkish --como se conoce en la jerga económica a la postura de preocupación sobre el nivel de la inflación de los responsables de la política monetaria, lo que se traduce en una predilección por tasas de interés más altas--, escribió Luis Adrián Muñiz, economista con la institución financiera Vector Casa de Bolsa, en un reporte publicado sobre su expectativa de lo que harán los miembros de la junta de gobierno de Banco de México el jueves.

     El mismo Banco de México, en su más reciente minuta, dijo que los miembros de la junta destacaron la importancia de haber actuado oportunamente para evitar que las condiciones macroeconómicas se deterioraran y ocasionaran lo que se conoce como efectos de segundo orden sobre los precios.

     Los participantes de la junta “comentaron que de no haber actuado como se ha hecho, el repunte de la inflación pudo haber sido mucho mayor, complicando el escenario inflacionario aún más”, dijo el documento que resume los puntos principales de la reunión de política monetaria de mayo, donde el banco central acordó un incremento de un cuarto de punto porcentual. “Todos enfatizaron que la junta de gobierno decidió ajustar su postura monetaria en esta reunión con el objeto de evitar contagios al proceso de formación de precios en la economía, anclar las expectativas de inflación y reforzar la contribución de la política monetaria al proceso de convergencia de la inflación a su meta”.

     Esta postura es lo que hace pensar a todos los analistas, que las autoridades monetarias preferirán subir la tasa que tomar un respiro para ver si la apreciación reciente del peso puede o no ayudar a la evolución de la inflación en los próximos meses.

     Así, ningún economista consultado cree que por ahora Banco de México opte por tomar un riesgo que incida en el desempeño de los precios, sobre todo porque la tasa de inflación anual del mes pasado de 6.16% es ya más del doble del nivel deseado por las autoridades monetaria de 3%.

     Los riesgos de que los precios sigan subiendo muy probablemente pesarán más en la decisión de Banco de México este jueves que las ventajas que hoy aporta la reciente apreciación del peso contra el dólar.

     Si las tasas suben de nuevo, como pronostican todos los especialistas entrevistados, entonces habrán alcanzado un nivel no visto desde marzo de 2009, cuando la tasa de referencia bajó de 7.5 a 6.75% como parte de los esfuerzos del banco central por combatir la crisis financiera que se originó en 2008 en Estados Unidos y que generó una recesión económica en el país al año siguiente por los amplios vínculos económicos entre ambos países.

 


Fecha de publicación: 19/06/2017

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