22 de may. (Dow Jones) -- A cualquier parte hacia donde se vuelven los inversionistas, las matemáticas y las máquinas parecen estar haciendo obsoleto el juicio del ser humano.

BlackRock, el gigante gestor de activos, anunció recientemente que dependerá más de las computadoras para seleccionar acciones. Rob Arnott, uno de los principales promotores de las estrategias de inversión mecánica, dijo recientemente que es “relativamente fácil superar al mercado” si haces correctamente las matemáticas.

No tan rápido, dijo Richard Bookstaber, autor de un libro nuevo, importante y elegantemente escrito, “The End of Theory” (El fin de la teoría).

Cuando se miden los mercados, uno los cambia, dijo Bookstaber. Cuando los individuos se convierten en parte de grupos, su comportamiento cambia --de maneras que son difíciles de predecir. Los inversionistas que olviden estos hechos y que concluyan que todos los problemas han sido resueltos están, tarde o temprano, a punto de llevarse una gran sorpresa.

Las computadoras y los modelos matemáticos sobresalen en ambientes “donde pueden absorber la historia y aprender que las variables se comportarán en el futuro tal y como lo hicieron en el pasado”, dijo Bookstaber en una entrevista.

Pero un mercado financiero no sólo consiste de flujos de información digitalizada. Un mercado está formado por seres humanos. Algunos son pacientes y prudentes; otros operan como si el mundo fuera a terminar en la próxima media hora.

Bookstaber, que tiene un doctorado en economía de Massachusetts Institute of Technology, critica al mundo de las matemáticas financieras desde su interior. Anteriormente administrador de riesgo de Salomon Brothers, Morgan Stanley y Bridgewater Associates, el mayor fondo de cobertura del mundo, también ha sido funcionario del Departamento del Tesoro de Estados Unidos y de Securities and Exchange Commission.

Ahora, como jefe de riesgos de la oficina de inversiones de la Universidad de California, administra 106 mil millones de dólares, Bookstaber puede ser el único gestor de inversiones que ha publicado un trabajo de investigación en la revista Journal of Theoretical Biology y que tiene dos patentes estadounidenses, un gatillo de pistola y un mecanismo de disparo.

Bookstaber dijo que varios factores se combinan para convertir los modelos cuantitativos, y los fondos y las técnicas de gestión de riesgos basados en ellos, en algo fatalmente defectuoso.

Fíjese, el juicio humano sin ayuda es dolorosamente falible. Piense en los gestores de fondos que sobrecargaron Valeant Pharmaceuticals International antes de que se derrumbaran sus acciones.

El juicio humano aunado al rigor matemático del modelaje por computadora puede tomar mejores decisiones que los dos de manera independiente. Pero, dijo Bookstaber, cuando los seres humanos ponen su fe ciega en modelos cuantitativos, eso es algo peligroso.

Una multitud no sólo es la simple suma de sus partes. Los individuos, actuando como un grupo, se comportan de manera diferente que en aislamiento. A medida que la multitud se vuelve cada vez más grande o más pequeña, su comportamiento puede cambiar de una manera grande e impredecible.

Piense en cómo una muchedumbre que se mueve hacia una puerta puede comenzar repentinamente --o dejar—de empujar para entrar o salir. Los mercados financieros también lo hacen.

La probabilidad de los eventos varía con el tiempo. Los precios de las viviendas habían pasado décadas sin registrar una caída severa a nivel nacional hasta que se derrumbaron en 2006-2007, ayudando así a desencadenar la crisis financiera mundial.

A continuación es lo que Bookstaber llama “incertidumbre radical". El mundo es una caja de Pandora llena de sorpresas. Piense en el llamado desplome repentino de 2010, cuando las acciones de 40 dólares se negociaron momentáneamente a precios tan bajos de hasta un centavo de dólar y que luego se recuperaron inmediatamente.

Sobre todo, “las personas actúan sobre lo que sucede en relación con sus expectativas, lo cual cambia al mundo de maneras que modifican tales expectativas”, dijo Bookstaber en una entrevista. “Eso, a su vez, cambia el mundo de nuevo y así sucesivamente”.

Digamos que usted descubre que las compañías que tienen tres Ys en sus nombres corporativos se han desempeñado mejor que otras, y usted comparte esa información hasta que los inversionistas ponen mil millones de dólares en esas acciones. Las acciones con triple Y se dispararán hasta que llegan a ser tan caras que nadie más querrá comprarlas, momento en el que están condenadas a tener un rendimiento inferior.

El mismo acto de identificar una fuente de rendimiento extra en los mercados financieros a menudo puede terminar reduciéndola o borrándola. Cuando el poder de la computación masiva y la promesa de precisión atraen miles de millones de dólares, o cientos de miles de millones de dólares a una estrategia de inversión matemática, esa paradoja puede desplegarse más rápido e ir más lejos de lo que lo haría la acción humana. El éxito conlleva las semillas de su propio fracaso. No es de extrañar que Bookstaber escribiera: “Si puedes modelarlo, estás equivocado".

Su mensaje no es totalmente pesimista.

Las nuevas técnicas de “modelaje basadas en agentes” que aprenden cómo interactúan los individuos y los grupos en tiempo real son prometedoras, sostiene -- aunque dice que el desarrollo está más o menos en una fase en la que estaban los pronósticos meteorológicos en la década de los cincuenta.

Puede aplicar las advertencias de Bookstaber de un par de maneras.

En primer lugar, tenga cuidado de invertir en las estrategias matemáticas que se combinan con las olas de dinero nuevo que buscan desempeños recientes. Tarde o temprano, la afluencia de capital elevará los precios a niveles insostenibles, momento en el cual puede producirse un pánico en su venta. La reciente popularidad de los llamados fondos de volatilidad mínima podría resultar ser uno de esos casos.

También puede reconocer que, durante las crisis del mercado, los inversionistas que estaban ingenuamente ansiosos por comprar se volvieron desesperadamente ansiosos por vender.

Tener el dinero y el valor para comprar a precios de ganga en estas crisis es una buena manera de aumentar sus rendimientos futuros. No unirse a ellos como compradores de fe ciega en primer lugar es una excelente manera de reducir su riesgo, ahora y en el futuro.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

                                                                                    

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Fecha de publicación: 22/05/2017

Etiquetas: Inversiones Cuantitativas Mercados Comportamiento Modelos Matemáticos Computadoras