8 de may. (Dow Jones) -- Linamar es un ejemplo perfecto de la globalización. Fundada por un refugiado que huyó de la agresión soviética en su natal Hungría, el fabricante canadiense de autopartes actualmente tiene 24 mil 500 empleados distribuidos en 12 países. Su cadena de suministro se entreteje dentro y fuera de docenas de naciones --una sola pieza puede cruzar siete fronteras antes de encontrar su reducto final en un vehículo terminado.

Su globalización le ha redituado generosamente. La empresa valuada en dos mil 800 millones de dólares acaba de reportar su vigésimo segundo trimestre de crecimiento con ganancias de dos dígitos y los inversionistas se han visto recompensados: las acciones se han disparado casi 30 veces desde su mínimo posterior a la crisis financiera de 2008.

La elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos es la última de una cadena de eventos populistas que van en contra de la globalización. El mes pasado fue contra al apoyo de Canadá a las industrias domésticas de la madera y los lácteos después de calificar al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC) como “un desastre”.

La renegociación del pacto de libre comercio es inminente y el líder de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, está proponiendo aplicar un impuesto fronterizo a las importaciones de 20%.

Linda Hasenfratz, directora ejecutiva de Linamar, de 50 años, no se deja intimidar.

“Sigo siendo un gran creyente de la globalización y el libre comercio”, dijo en una entrevista en su sede en Guelph, Ontario, ciudad ubicada a una hora en coche al oeste de Toronto, donde su padre Frank comenzó a mecanizar piezas en su garaje en 1966. Hasenfratz lo sustituyó en 2002, haciendo la compañía aún más global con su enfoque en Asia. “Vamos a aprovechar las fortalezas donde las haya y no preocuparnos acerca de dónde están tales fronteras”, dijo Hasenfratz.

Ella se lo dijo a Trump durante su visita a la Casa Blanca en febrero con el primer ministro canadiense Justin Trudeau. Hasenfratz piensa que prevalecerá la razón, y que cualquier cambio real en el comercio de Norteamérica no se acercará al nivel de la retórica proteccionista de Trump.

“La responsabilidad recae en nosotros como industria automotriz y otras industrias, así como para ilustrar las consecuencias de las acciones propuestas”, dijo. “Tenemos que derribar las barreras en la forma en que trabajamos juntos, no crear nuevas. Sentí que se había comprendido eso”.

Ese mismo día, Trump dijo que la relación de Canadá con Estados Unidos en el TLC sólo requería un “ajuste”, en oposición a los cambios más serios con México. Sin embargo atacó a Canadá posteriormente, calificando el comercio de productos lácteos de “vergonzoso” y le impuso aranceles de hasta 24% a la madera blanda canadiense.

Trump necesita enviar al Congreso una notificación de 90 días sobre sus intenciones de iniciar las conversaciones de renegociación del TLC.

El libre comercio en América del Norte ha sido la base de los planes empresariales de desarrollo de las automotrices durante décadas, dijo Tony Faria, director de Office of Automotive Research de Windsor University, en Ontario.

 

Daños comerciales

“Si el valor de las mercancías es arancelado, gravado cada vez que cruza la frontera eso aumentaría significativamente el costo de las autopartes y los automóviles terminados”, dijo Faria. “Sería difícil incluso intentar e identificar con antelación cuánto daño haría”.

Incluso si un nuevo TLC deja indemne la relación entre Canadá y Estados Unidos, los cambios en la forma en que las mercancías cruzan la frontera entre Estados Unidos y México perjudicarían a Linamar, que tiene varias de sus instalaciones ahí y que importa muchos de los componentes que contienen sus productos del país.

A pocos edificios de la sede de Linamar está Comtech Manufacturing, una de las 28 instalaciones de la compañía en Guelph. Los bloques de aluminio en bruto enviados desde México se mecanizan para convertirlos en cilindros brillantes, listos para ser enviados a Estados Unidos y ser colocados en motores de alto rendimiento.

Mantener todo el continente conectado es clave en la competitividad del sector automotriz de Estados Unidos, dijo Hasenfratz. Su oficina está llena de brillantes piezas metálicas que la compañía ha producido en el pasado.

 

Nuevas industrias

“El 80% de la producción y ventas automotrices del mundo está fuera de América del Norte, por lo que para nosotros es crítico mantener el menor costo, calidad y tecnología de los productos aquí”, dijo.

Incluso si las fronteras se espesan con Trump, Linamar seguirá pujando para incursionar en nuevas industrias alrededor del mundo. La empresa también fabrica piezas para turbinas de viento, equipos de perforación petrolera y cosechadoras, así como una línea de ascensores de construcción. Esa lista podría incrementarse mediante adquisiciones, dijo Hasenfratz, quien actualmente está considerando el sector salud y el agua como áreas potenciales para realizar compras.

“El agua para un mundo en crecimiento, el agua potable es una cuestión crítica y creemos que podría haber algunas oportunidades ahí”, dijo.

La tendencia de la fabricación de piezas en tercería se está generalizando, permitiéndole a Linamar crecer más rápido que la industria en general, dijo Hasenfratz.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo      

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Fecha de publicación: 08/05/2017

Etiquetas: Linemar Autopartes TLCAN Importación Exportación Aranceles