7 de may. (Sentido Común) -- Emmanuel Macron, el político independiente y ex banquero de inversión de 39 años de edad, ganó la elección presidencial francesa tras derrotar a su rival Marine Le Pen y así poner un alto a los crecientes movimientos nacionalistas que lograron importantes victorias en el Reino Unido y Estados Unidos el año pasado.

Tras el recuento preliminar de los votos, Macron, quien está a favor de no solo mantener la Unión Europea y su moneda, el euro, sino incluso fortalecerla, obtuvo 64.6% del total de los sufragios, mientras que Le Pen, quien hizo campaña bajo la promesa de que si ganaba sacaría a Francia de la Unión Europea y cerraría las fronteras a la migración, recibió 35.4% de los comicios.

Con esos resultados, los votantes franceses marcaron una clara diferencia frente a las conclusiones de los electores de otras naciones sobre cómo resolver los problemas que enfrenta su país.

A mediados del año pasado, los electores del Reino Unido votaron a favor de separar a su país de la Unión Europea como la mejor medida para detener la supuesta pérdida de soberanía y con ello recuperar la supuesta pérdida de control de sus fronteras.

De manera similar, los votantes estadounidenses eligieron a finales del año pasado al candidato y hoy presidente estadounidense, Donald J. Trump, quien prometió implementar políticas proteccionistas y aislacionistas para logra la recuperación de la grandeza que supuestamente había perdido el país más poderoso del mundo en los últimos años.

En cambio, los franceses eligieron lo opuesto.

Al elegir a Macron, optaron por la convicción de que Francia gana más manteniendo sus vínculos con la Unión Europea, que con cegar esa relación o con cerrar sus fronteras a la migración.

“Sé que hay enojo, preocupación y dudas que muchos de ustedes expresaron”, dijo Macron en un discurso sobrio tras su victoria. Prometo “luchar con toda mi energía contra las profundas divisiones. . . Haré todo en los próximos cinco años para que no existan razones para votar por extremistas”.

Para el ganador de la elección francesa, los problemas económicos que padece Francia radican más en las duras y, en ocasiones, asfixiantes reglas laborales, que en las decisiones de política monetaria y migratoria que toma la Comisión Europea para todos los países miembros.

Para muchos economistas los problemas de la economía francesa, como de otras economías europeas, radican en la inflexibilidad de los sindicatos franceses para tratar de reformar el mercado laboral, a fin de que las empresas que ahí radican puedan competir mejor contra productos elaborados en otras naciones con menores restricciones laborales, como es la semana laboral forzosa en Francia de 35 horas y reglas severas para la contratación y despido de trabajadores.

Alemania, la economía más grande de Europa, atravesó ya por fuertes reformas laborales que le han permitido incrementar la capacidad productiva de sus empresas e incrementar, al mismo tiempo, la productividad laboral.

Macron, al menos en teoría, buscará como presidente llevar a cabo cambios similares que den a empresas y trabajadores una mayor flexibilidad para determinar las mejores condiciones laborales.

Claro que la tarea no será nada fácil ante el moderado crecimiento que ha registrado Francia en los últimos años y su alta tasa de desempleo. Además de que Macron, quien se convertirá en el jefe de Estado electo más joven en la historia de Francia y quien nunca antes ha ocupado un cargo de elección popular, también tendrá que enfrentar el complejo problema del terrorismo que ha sacudido al país al llevar a cabo algunos de los actos más violentos contra su población civil.

Macron además carece de un aparato político que lo respalde ya que el compitió por la presidencia tras lanzar su movimiento político, llamado En Marche! (¡En marcha!), un poco más de hace año y tendrá que esperar a las elecciones parlamentarias en junio para conocer la fuerza verdadera de su movimiento y las posibilidades que éste le va a dar en el Parlamento francés. De lo contrario, Macron tendrá que gobernar en alianza con otras fuerzas políticas que muy probablemente le impidan implementar de lleno sus propuestas políticas, económicas, sociales e internacionales.

La elección de Macron da además gran alivio a la Unión Europea, luego de la decisión del Reino Unido de abandonar ese acuerdo multinacional y ante la amenaza de Le Pen de seguir el mismo camino en caso de convertirse en presidenta.

“Macron es una cara nueva y eso es exactamente lo que Francia y Europa necesita: un nuevo comienzo”, dijo Andre Sapir, un académico senior de Bruegel, un centro de estudios en Bruselas, Bélgica, a la agencia de noticias Bloomberg. “Macron da a Europa una gran esperanza”.

Para Le Pen, si bien la derrota será muy probablemente amarga, ella y su partido, el Frente Nacionalista, lograron importantes avances, ya que nunca antes esa estructura política había obtenido un porcentaje de votación tan amplio como el que ganó.

Es más, Le Pen muy probablemente termine el proceso electoral con 11 millones de votos, más del doble de los que tuvo su padre, Jean-Marie Le Pen en 2002, la única otra ocasión en que el Frente Nacionalista alcanzó la segunda vuelta para buscar la presidencia. En esa ocasión, el vencedor fue Jacques Chirac.

El Frente Nacionalista, además, es ahora considerado una verdadera institución política ya que no está más en el margen, como lo estuvo hace más de década y media. El buen posicionamiento del Frente lo ha logrado a pesar de sus aparentes raíces anti-semíticas y racistas.

Es claro que esas posturas que dictaminó Jean-Marie, y de las que ha buscado distanciarse Marine alejan a muchos electores, quienes más que votar por Macron votaron contra el Frente Nacionalista y sus posturas radicales.

La elección presidencial también dejó en claro cierto hartazgo de los electores franceses con el status quo político, ya que ni Macron ni Le Pen representaron a los partidos franceses tradicionales, como el Partido Socialista del actual presidente francés, François Hollande, y con quien Macron trabajó como ministro de Economía, o el partido conservador, agrupado en la organización conocida como Los Republicanos.

 


Fecha de publicación: 05/05/2017

Etiquetas: Francia economía política elecciones gobierno Unión Europea Le Pen