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27 de abr. (Sentido Común) -- Donald J. Trump, el presidente de los Estados Unidos, consideró seriamente abandonar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, o TLCAN, pero cambió de opinión tras la solicitud de sus socios en el acuerdo --México y Canadá-- de no terminarlo sino renegociarlo.
Ayer por la noche Trump, tras reportes periodísticos del portal Politico.com que su gobierno estaba por presentar una orden ejecutiva para terminar la participación de Estados Unidos en el TLCAN, reiteró al presidente de México, Enrique Peña Nieto, y al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, en llamadas telefónicas separadas, que su país no abandonará en este momento el acuerdo y en lugar de eso lo renegociará en los próximos meses.
“Me pidieron renegociar y lo haré y creo que seremos exitosos en la renegociación, que francamente será buena”, dijo hoy Trump a preguntas de los medios durante una sesión de fotos con el presidente de Argentina, Mauricio Macri, en la Casa Blanca.
Claro que Trump se reservó el derecho de terminar la participación estadunidense en el tratado, como advirtió a lo largo de su campaña electoral, si las negociaciones no llegan a buen puerto, principalmente desde la perspectiva de los trabajadores y las compañías estadounidenses.
“Si no soy capaz de alcanzar un buen acuerdo para Estados Unidos, lo que quiere decir, un buen acuerdo para nuestros trabajadores y nuestras compañías, terminaré” el TLCAN, agregó Trump en la sesión de fotos.
El hecho que Trump diera marcha atrás a la posibilidad de retirarse del TLCAN refleja lo candente que el tema sigue estando al interior de la nueva administración, sobre todo porque para el presidente estadounidense el intercambio comercial sin aranceles no ha dejado un saldo favorable para Estados Unidos.
Incluso, Trump reiteró hoy esa visión, que pocos expertos, economistas, legisladores e incluso empresarios estadounidenses comparten, al decir que el libre comercio ha sido benéfico para México y Canadá, pero “horrible” para Estados Unidos.
Muchos analistas consideran que parte del repentino regreso de la visión negativa de Trump sobre el libre comercio, que se había suavizado en semanas pasadas, se debe a dos factores.
Por un lado, a que el presidente estadounidense tiene poco que presumir frente a sus electores a medida que se acerca la fecha simbólica de sus primeros 100 días en el gobierno. Para algunos expertos, esto lo llevó a reavivar un tema popular de su campaña electoral y para demostrar que su supuesta defensa de los trabajadores estadounidense no ha cedido.
Por otro lado, está también la frustración que tiene el presidente estadounidense con el proceso de ratificación en el Congreso de su país de algunos de sus más altos funcionarios, como el US Trade Representative, o la persona de su administración que se hará cargo de las negociaciones o renegociaciones de los tratados comerciales.
Trump propuso al abogado Robert Lighthizer para ocupar ese cargo, pero a casi 100 días de iniciado el gobierno sólo ha logrado su aprobación en comisiones del Senado y aún falta su ratificación.
“Las amenazas y la retórica de esta naturaleza [contra el TLCAN] no es nueva, la hemos venido escuchando desde la campaña. . . pero el episodio de ayer tiene probablemente más que ver con su propio Congreso que con México y con Canadá”, dijo el secretario de Relaciones Exteriores de México, Luis Videgaray, al comentar, en una entrevista radiofónica con la conductora Denise Maerker de Grupo Fórmula, la táctica agresiva de Trump con relación al libre comercio.
También el hecho de que Trump se muestre ambivalente frente al TLCAN es para unos una muestra de las pugnas internas que existen sobre el tema al interior de la Casa Blanca.
Por un lado, está al parecer una facción a favor de esos acuerdos, que encabeza el principal asesor económico del presidente estadounidense, Gary Cohn, ex banquero de inversión con Goldman Sachs y hoy encargado de National Economic Council, y a la que se han unido Ivanka Trump y Jared Kushner, la hija del presidente y su yerno, que es un influyente consejero de Trump.
[En Washington, D.C., a esta pareja ya se le conoce con la palabra Javanka, por el trabajo en equipo que hacen al interior de la administración Trump]
A este grupo también pertenecen, al menos en materia económica, el secretario de Comercio, Wilbur Ross, y el recién ratificado secretario de agricultura, Sonny Perdeu, quienes entienden la importancia del TLCAN para cientos de empresas y productores agrícolas estadounidenses.
Los dos funcionarios, junto con cientos de legisladores y gobernadores, reconocen que la cancelación del TLCAN podría implicar la pérdida de cientos de miles de empleos e ingresos millonarios para empresas, tanto manufactureras como agrícolas o de servicios, que hoy venden sus bienes en ambos lados de la fronteras sin tener que pagar aranceles --una ventaja que desaparecería si el acuerdo se cancela.
Al parecer, de acuerdo con diversos medios internacionales, estos funcionarios, junto con legisladores y empresarios, cabildearon en el gobierno de Trump cuando se supo que el presidente estaba por revisar un borrador que podría convertirse en una orden ejecutiva para retirar a Estados Unidos del TLCAN en un par de días.
En contraparte, el consejero político de Trump, Steve Bannon, es quien encabeza la facción que ve en el libre flujo de mercancías la mejor explicación de la supuesta pérdida de empleos manufactureros y de la pérdida de bienestar de los trabajadores estadounidenses.
A este grupo también pertenece el consejero comercial de Trump, Peter Navarro, un severo crítico de la forma como opera China en materia de comercio internacional. Navarro encabeza la oficina de reciente creación National Trade Council.
Claro que la decisión de Trump de no abandonar el acuerdo comercial, es una derrota para los opositores al libre comercio, aunque habrá que esperar para ver si el tropiezo es temporal o permanente.
El propio Trump dijo hoy durante su encuentro con Macri, que su cambio de opinión con respecto a la salida inmediata de TLCAN se debió a que entendió que el término del acuerdo representaría un shock para el sistema económico de los tres países.
“Iba a dar por terminado el TLCAN en uno dos o tres días”, agregó Trump. “Ellos [Peña Nieto y Trudeau] me pidieron renegociar, lo voy a hacer, y francamente pienso que va a tener éxito esta negociación porque va a ser simple”.
La noticia de la permanencia de Estados Unidos en el TLCAN, a pesar de la insistencia de Trump de que podría cancelar su participación si las negociaciones no marchan por el rumo que él quiere, resultó favorable para el tipo de cambio, que ganó 1% para cerrar en 19.02 unidades, luego de que ayer registró su mayor caída en tres meses de 1.7%.
La bolsa, sin embargo, reportó de nueva cuenta pérdidas, aunque menores a las de ayer y finalizó la jornada con una caída de 0.25% que la ubicó en 49 mil 440.96 puntos.
Fecha de publicación: 27/04/2017
Etiquetas: EUA México Canadá Trump TLCAN Peña Nieto renegociación comercio