26 de abr. (Sentido Común) -- El gobierno de Estados Unidos reveló los primeros detalles de su plan para reformar el sistema fiscal, cuya intención es impulsar un mayor crecimiento económico y al mismo tiempo mejorar las condiciones que actualmente existen en ese país para desarrollar negocios.

     La propuesta del presidente Donald J. Trump fue presentada por Steven Mnuchin y Gary Cohn, el secretario del Tesoro y el director del consejo de asesores económicos de Estados Unidos, respectivamente, en conferencia de prensa.

     “Nuestro objetivo es hacer de los negocios en Estados Unidos los más competitivos en el mundo”, dijo Mnuchin, el exdirectivo del banco Goldman Sachs, en una rueda de prensa.        

      En primer lugar, el plan fiscal propone una reducción en la variedad de tasas que deben pagar las personas, al pasar de siete diferentes categorías de impuestos a sólo tres --10, 25 o 35%--, de acuerdo con los ingresos que obtengan anualmente.

     Además, el nuevo marco fiscal contempla que aquellas familias que obtengan ingresos anuales inferiores a 24 mil dólares estén libres de pagar impuestos.

       Para compensar esa menor cantidad de recursos, el gobierno propuso la eliminación de las deducciones para personas, con excepción de aquellas que se permiten cuando hay de por medio un crédito hipotecario o cuando se realizan donativos con fines de beneficencia.

     En cuanto a las empresas, el gobierno propondrá una reducción en los impuestos corporativos, del 35 al 15%,  así como una disminución de los impuestos que se cobran a las empresas con capitales en otros países, con el fin de ofrecerles estímulos para repatriar sus inversiones a Estados Unidos.

    Finalmente, otras medidas que contempla la esperada reforma fiscal son la reducción de los gravámenes que se cobran a las compañías por concepto de dividendos y la reducción de un impuesto que se pagaba para financiar la operación de Obamacare, como se conoce al sistema de salud creado por el expresidente Barack Obama para permitir el acceso a un mayor número de personas a los sistemas de salud a precios más bajos.

     Aunque los funcionarios estadounidenses dijeron que estas medidas permitirían aumentar la base tributaria, para algunos no está claro en qué medida estos incentivos pueden ser positivos.

     “Con estos nuevos principios [del plan fiscal], la Casa Blanca se está moviendo en la dirección de hacer más por la clase media, aparentemente, pero los detalles no son claros”, escribieron periodistas del diario The Washington Post. “Sin embargo, el plan sigue siendo una bendición para los ricos”.

      De acuerdo con Mnuchin y Cohn, este plan y los ingresos mayores que deriven de él, ayudarán a la creación de trabajos, aumentar la inversión y a que la economía estadounidense crezca a una tasa sostenible de 3% o más.

     Pero algunos no están convencidos de esto y consideran que puede generar problemas en el futuro, incluso para el crecimiento. “Es posible sólo si uno quiere abrir un agujero negro en el presupuesto federal y cortar muchas cosas. . . y luego mentir sobre la tasa de crecimiento de la economía”, dijo Sherrod Brown, senador demócrata de Ohio, citado por la cadena de noticias británica BBC.

     La propuesta será presentada al Congreso para iniciar su proceso legislativo de discusión y votación, por lo que podría ser aprobada más bien hacia finales de año. De momento, los procesos de cabildeo con ambos partidos políticos estadounidenses ya han iniciado.

     “La administración Trump llevará a cabo sesiones de consulta con las partes interesadas para recibir sus aportes y continuará trabajando con la Cámara y el Senado para desarrollar los detalles de un plan que proporcione alivio fiscal masivo, cree empleos y haga que Estados Unidos sea más competitivo”, dijo el documento elaborado por el gobierno para relevar los detalles de los cambios fiscales.

     La aprobación del plan de Trump en el Congreso no será una tarea sencilla, pues aunque los republicanos tienen mayoría en el Senado, con 52 escaños, necesitan 60 votos a favor para aprobarla, lo que significa que deberán convencer a legisladores demócratas. Algo que hasta ahora no han conseguido.

     “Esperamos un complicado periodo de negociaciones”, escribieron Delia Paredes, Katia Goya y Juan Carlos García, economistas del banco mexicano Banorte-Ixe, en un reporte. “Aquellos que prefieren mantener a raya el déficit fiscal, tanto del lado republicano como del demócrata, probablemente no apoyarán la propuesta dados los costos que tiene en el largo plazo”.

     La propuesta finalmente no incluyó el polémico impuesto de ajuste fronterizo, o BAT por sus siglas en inglés, un mecanismo diseñado para premiar a las exportaciones con estímulos fiscales y castigar las importaciones con mayores impuestos.

     Por ahora tampoco se habló de los planes de Trump, de 70 años, de aplicar un ambicioso gasto en infraestructura como herramienta para detonar el crecimiento económico.

    

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Fecha de publicación: 26/04/2017

Etiquetas: EUA fiscal reforma Mnuchin Trump