25 de abr. (Dow Jones) -- El servicio de música Spotify está preparando una oferta pública inicial  (IPO, por sus siglas en inglés) que se espera para finales de año. El problema es que ésta pudiera no ser realmente una IPO, en el sentido estricto de la palabra.

Spotify está considerando seriamente salir a bolsa, decisión con la cual la compañía simplemente registraría sus acciones en una bolsa de valores y permitiría que éstas se negocien libremente, de acuerdo con personas familiarizadas con el asunto. La compañía no recaudaría nuevos recursos, ni utilizaría intermediarios colocadores para vender nuevos bloques de acciones.

Eso representaría un alejamiento de lo que conocemos como una típica IPO, en la cual nuevos inversionistas o sus primeros inversores, o ambos, compran acciones de la empresa la noche antes que estás empiecen a cotizar en bolsa. El precio inicial es fijado por los intermediarios colocadores después de realizar reuniones extensas con los nuevos inversionistas potenciales.

En una salida directa a bolsa, los inversionistas compran acciones en el mercado abierto después de que éstas empiezan a cotizarse. El precio se establece orgánicamente en función de la oferta y la demanda.

Spotify, que ha recaudado más de mil millones de dólares en acciones, fue valorada por última vez en privado en ocho mil 500 millones de dólares en junio de 2015. La empresa sueca está apuntando a una valoración pública de más de 1o mil millones de dólares. La empresa con 10 años de antigüedad podría cotizar sus acciones en una bolsa de valores de Estados Unidos en septiembre.

Si la empresa sale a bolsa de esta manera y tiene éxito, ella bien podría abrirles la puerta a otras empresas de la tecnología altamente valoradas que tienen un acceso fácil a efectivo para moverse rápidamente al dominio público sin utilizar el típico libreto de la IPO.

El año pasado Spotify, emitió un bono convertible de mil millones de dólares a partes incluyendo TPG y Dragoneer Investment Group. La tasa de interés de 5% aumenta un punto porcentual cada seis meses hasta que la empresa salga a bolsa, lo que le da un incentivo potencial para tratar de salir a bolsa lo ante posible, ha reportado la agencia de noticias Dow Jones. Tener acciones que cotizan en bolsa también les daría a los inversionistas y empleados de Spotify la oportunidad de vender sus acciones y así beneficiarse.

Al buscar hacer una salida directa a bolsa, la compañía podría ahorrar en las fuertes comisiones de colocación y evitar la dilución que implicaría la emisión de nuevas acciones, de acuerdo con algunas de las personas familiarizadas con el asunto.

Sus primeros inversionistas estarían sujetos a restricciones menos rigurosas que rigen la prohibición de venta de acciones para las personas involucradas con la empresa, dijeron esas personas. Además, la empresa podría evitar el primer día de la cotización explosiva que caracteriza a muchas IPOs manejadas por los intermediarios colocadores. Estos son buenos para algunos inversionistas, pero también indican que una empresa dejó de recaudar cierto dinero.

Dicha estrategia implica ciertos riesgos, cuya consideración por parte de Spotify fue reportada anteriormente por Mergermarket. Teniendo a las fuerzas del mercado determinando el precio de las acciones desde el principio, el debut público de la empresa podría ser más volátil e impredecible. También faltarían los grandes bloques de acciones que los intermediarios colocadores normalmente asignan a los inversionistas que creen que mantendrán las acciones a largo plazo y que promueven la estabilidad del corretaje.

Spotify, que recientemente contrató bancos para que la asesoran sobre el proceso, todavía podría optar por seguir adelante con una oferta pública más tradicional, dijo una persona.

Varios observadores de IPOs dijeron que podrían pensar en pocos ejemplos de grandes compañías que salen a bolsa de esta manera en Estados Unidos. Los listados directos han sido utilizados en su mayoría por pequeñas empresas que no anticipan muchas operaciones con sus acciones, incluyendo aquellas que acaban de salir de la bancarrota. Pero algunas compañías considerables las han utilizado con el paso de los años. Freddie Mac, por ejemplo, en 1989 se convirtió en empresa pública al enlistar sus acciones en una bolsa de una manera similar.

El caso de Spotify es el último signo de la creciente antipatía hacia la propiedad pública en Silicon Valley y en las corporaciones de Estados Unidos de manera más general.

El número de empresas públicas en Estados Unidos ha disminuido drásticamente a medida que las fuentes de financiamiento privado se multiplican y que los funcionarios sopesan el costo de un mayor escrutinio por parte de los inversionistas y los reguladores.

Cuando las empresas salen a bolsa, cada vez más lo hacen de manera que las aíslen de tales fuerzas, como concederles a sus fundadores un voto de control desmesurado, como en la reciente venta de acciones de Snap.

En el caso de Spotify, esa sería una táctica que podría significar malas noticias para un negocio clave de Wall Street que ya está en problemas.

El año pasado, los bancos de inversión generaron la menor cantidad de ingresos por ventas de acciones en más de 20 años, de acuerdo con Dealogic. La actividad relacionada con las IPOs y las ventas tradicionales de acciones por parte de empresas que ya cotizan en bolsa ha sido anémica.

Los asesores de Spotify obtendrían comisiones mucho más pequeñas que las que reciben normalmente los intermediarios colocadores de IPOs, dijeron las personas. En el caso del debút en bolsa de cuatro mil millones de dólares de Snap, los intermediarios colocadores se repartieron cerca de 100 millones de dólares --una de las comisiones más pequeñas registradas en base porcentual.

Spotify no sería la primera empresa en intentar evitar que Wall Street funja como intermediario. Google, ahora parte de Alphabet, empleó una llamada subasta holandesa en su IPO de 2004 en un esfuerzo por poner más acciones en manos de pequeños inversionistas y evitar así el primer día de drásticas oscilaciones en su cotización.

Pero en lo que representa un signo de la dificultad que supone alejarse de la táctica tradicional, la IPO de Google fue valuada en 85 dólares por acción, por debajo del rango objetivo de 108 a 135 dólares de la empresa, mientras los inversionistas luchaban por determinar su valor. Sus acciones pronto comenzaron a subir y ahora cambian de manos en alrededor de 850 dólares cada una, después de una partición de aproximadamente dos por una en 2014.

Si sale a bolsa directamente, Spotify probablemente necesitaría renegociar los términos de la emisión de deuda convertible que realizó el año pasado, dijo una de las personas.

Spotify había acordado que los inversionistas podrían convertir la deuda en acciones con un descuento de 20% con relación al precio de la acción si tenía lugar una IPO un año después, de acuerdo con un reporte previo de Dow Jones. Si tiene lugar más tarde, ese descuento aumenta. Pero debido a que esto no sería una oferta pública típica, no puede dar pie a una conversión. Así que Spotify puede tener que negociar con los inversionistas el precio al que recibirían las acciones.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

                                                                                    

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Fecha de publicación: 25/04/2017

Etiquetas: Spotify Salida Bolsa Acciones IPO