Newsletter
Recibe gratis un resumen diario de lo más importante en negocios.
Al suscribirte aceptas los términos y condiciones de nuestra política de privacidad.
Washington, 24 de abr. (Dow Jones) -- La creciente dependencia del presidente Donald Trump en ex ejecutivos que forman o no parte de su equipo en la Casa Blanca están ayudando a conformar los cambios de opinión en varias posiciones de línea dura que mantuvo durante su campaña, de acuerdo con diversos funcionarios gubernamentales.
A diferencia de las primeras semanas de su presidencia, cuando sus altos funcionarios era un grupo muy unido de antiguos ayudantes de campaña que habían ayudado a crear su imagen de insurgente, Trump se ha inclinado ahora por el ala más pragmática de su administración que está a favor de políticas económicas y externas que están mucho más en concordancia con la visión tradicional de sistema de Washington.
Trump parece haber aceptado algunos consejos de los altos empresarios con quienes se ha reunido con frecuencia desde que asumió su cargo, así como en ex ejecutivos que ahora conforman su administración y dos miembros de la familia que tienen funciones oficiales en la Casa Blanca, su hija Ivanka Trump y su yerno Jared Kushner.
Tome por ejemplo lo que sucede con Banco de Exportaciones-Importaciones (también conocido como Ex-Im Bank en inglés) de Estados Unidos. Durante su campaña, Trump expresó dudas con respecto al banco, mismo que financia los acuerdos comerciales estadounidenses, calificándolo de “innecesario”. El banco ha sido blanco de las críticas republicanas, que Trump hizo propias.
Pero ese punto de vista cambió a principios de este año, luego de hablar con Dennis Muilenburg, director de Boeing, quien le explicó el papel que desempeña el banco, dijeron personas familiarizadas con el asunto. En una reciente reunión con legisladores, la senadora Heidi Heitkamp (demócrata por Dakota del Norte) instó a Trump a llenar las vacantes en el directorio del banco, y el presidente dijo a Heitkamp que estaba de acuerdo con ella en que los puestos --que requieren de una nominación presidencial-- deben ser cubiertos.
En una entrevista con el diario The Wall Street Journal, Trump dijo que llenaría las vacantes, explicando que ahora considera al banco como importante para las pequeñas empresas, y que otros países tenían bancos similares.
En la misma entrevista, Trump también cambió de opinión sobre si China estaba manipulando su moneda. Durante la campaña, dijo que así era, pero en dicha entrevista dijo ya había dejado de hacerlo. Además, en una conferencia de prensa posterior, el presidente dijo que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ya no era “obsoleta”, como lo había afirmado en varias ocasiones el año pasado.
Cuando se le preguntó en la entrevista si ahora ya concordaba con el sistema que priva en Washington, Trump dijo: “No lo creo”, señalando su decisión de excluir a Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP por su siglas en inglés).
“Nos estamos preparando para hacer ciertas cosas como por ejemplo en el comercio-- no serán al estilo del sistema actual”, añadió.
El cambio en la dirección y el tono --él ya no ataca a China y México vociferando, y ha moderado sus comunicados en Twitter-- se ha producido así como Trump ha reducido el papel de su estratega en jefe, Steve Bannon, ex presidente ejecutivo de Breitbart.com que personifica el nacionalismo económico en el que se basó el presidente en su campaña. Bannon también ha chocado con los colaboradores más moderados de Trump, incluyendo Kushner.
Al hablar sobre el papel de Bannon, Trump describió a su estratega principal como “una persona que trabaja para mí”. Después describió un “equipo muy bueno” en la Casa Blanca refiriéndose al secretario de estado Rex Tillerson, ex director ejecutivo de Exxon Mobil; a Gary Cohn, quien fue el segundo al mando en Goldman Sachs Group antes de unirse a la Casa Blanca como presidente del Consejo Económico Nacional; y Wilbur Ross, un inversionista multimillonario.
Trump, quien habitualmente está rodeado por ex colaboradores y ex asesores de su campaña que lo siguieron a la Casa Blanca, le concedió una entrevista exclusiva a Hope Hicks, su subdirector de comunicaciones, en la Oficina Oval. Alrededor de la mitad de la entrevista de 70 minutos, Trump convocó al secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, quien permaneció en la sala durante el resto de la reunión.
Varios de esos colaboradores y asesores han trabajado para aliviar las tensiones con México. Los funcionarios mexicanos han tratado intensamente en los últimos tres meses con Kushner y Cohn, y Ross ha sido un personaje activo en tratar de poner la relación de nuevo en buenos términos.
En una conferencia de prensa conjunta realizada en Washington el 10 de marzo con el secretario mexicano de economía Ildefonso Guajardo para discutir el tema más centrado de las negociaciones sobre el mercado del azúcar, Ross hizo hincapié en que esto es “el comienzo de una relación de trabajo para ayudar a nuestras dos naciones”.
Múltiples grupos empresariales estadounidenses también han estado cabildeando activamente entre bastidores con los colaboradores de Trump para hacerles patentes sus opiniones sobre la importancia que tiene el pacto comercial del TLC para México y Estados Unidos.
Otro factor en el cambio con relación a México ha sido la partida de la administración de mediados de febrero de una de las voces más hostiles hacia México: Michael Flynn, el primer asesor de seguridad nacional de Trump.
Flynn había sido considerado como uno de los asistentes de Trump que había presionado por usar una línea más dura con México. Él abogó abiertamente por la construcción del muro fronterizo y dijo durante una entrevista en la radio de 2016 que los “países islámicos radicales” estaban “llegando a acuerdos con los cárteles mexicanos del narcotráfico para lo que algunos de ellos llaman las ‘vías de entrada’ a nuestro país”. Quien dijo haber visto en México letreros en escritura árabe dirigiendo a los terroristas hacia Estados Unidos.
Trump dijo en la entrevista que estaba interesado en comenzar a renegociar el TLC. Pero agregó: “Estamos muy bien con México”.
Al preguntársele si haría algún cambio en su círculo cercano en los próximos meses, Trump dijo: “No pienso hacerlo”. Añadió que podría cambiar de opinión. “De un día para otro, no lo sé”.
Traducido por Luis Felipe Cedillo
Editado por Michelle del Campo
Copyright © 2017 Dow Jones & Company, Inc. All Rights Reserved
Fecha de publicación: 24/04/2017