11 de abr. (Sentido Común) -- El sector industrial del país logró mantener un buen paso, a pesar que muchos pensaban  que no iba a lograr sobreponerse a los vientos en contra, locales y externos que enfrentaba. Sin embargo, aunque ciertamente ha resistido, poco a poco parece estar empezando a perder gas.

     La producción industrial en México creció 0.1% en febrero con respecto a enero, su cuarto avance en los últimos cinco meses, medido en cifras ajustadas por estacionalidad del Instituto Nacional de Estadística y Geografía. La última ocasión que la actividad industrial bajó fue en diciembre de 2016, cuando ésta retrocedió 0.1% frente al mes anterior.

     El resultado fue ligeramente mejor que lo esperado por analistas encuestados por Infosel, quienes pronosticaban un avance de 0.07% en cifras ajustadas por temporalidad.

     El desempeño de la actividad industrial sorprende a la luz de los temores de quienes pensaban que el menor gasto gubernamental y la incertidumbre con respecto al futuro de la relación comercial con Estados Unidos, el principal mercado exportador del país, reducirían su desempeño.

     “Las cifras de producción industrial de México en febrero no fueron tan sólidas, pero aún no se ven las señales de colapso, como se pensaba”, escribió Adam Collins, el economista para Latinoamérica de la consultoría Capital Economics, en un reporte. El resultado “refuerza nuestra idea de que, aunque la economía perdió un poco su impulso durante el primer trimestre, está aguantando mejor de lo que muchos esperaban luego de las elecciones en Estados Unidos”.

     El componente de construcción fue uno de los más favorecidos en febrero en el índice de producción industrial aumentando 0.9%, sin embargo podría verse afectado con los recortes al gasto público.

     México ha realizado recortes a su gasto gubernamental en los últimos dos años en busca de sanear las finanzas públicas y evitar un mayor endeudamiento, algo que podría tener repercusiones en el desempeño de algunos sectores con mayor dependencia de ese gasto, como la construcción o la generación de energía.

     “La construcción se apoyó en un crecimiento sólido de la construcción especializada”, escribió Miguel Iturribarría, un analista económico para el área de Global Markets Research con el banco BBVA Bancomer, en un reporte. “A pesar de la lectura positiva, vemos una limitante en la reducción de la intervención pública de gasto en infraestructura” para ese sector.

     El buen desempeño de la construcción no pudo ser imitado por la actividad manufacturera, la que mayor peso tiene en este indicador, que se mantuvo sin variación durante el segundo mes del año con respecto al primero, de acuerdo con cifras ajustadas de Inegi, como también se le conoce al órgano de gobierno encargado de la recolección de datos sociales y económicos en México.

     La industria manufacturera, sumó su tercera desaceleración consecutiva desde que creció a un ritmo de 0.8% mensual en noviembre y sólo tiene una caída en los últimos 10 meses.

     Pero la mayoría de los analistas coincide en que este sector depende del rumbo que tome la relación comercial de México y Estados Unidos después de la llegada a la presidencia de Donald J. Trump, por el tono antagónico del político de 70 años respecto al comercio entre ambas naciones.

     El país vecino del norte es destino de más de 80% de las exportaciones totales de México, muchas de las cuales son manufactureras, de ahí que la evolución de este sector depende de que las reglas de comercio bilateral no cambien de forma dramática.

     Finalmente, la actividad industrial se deterioró nuevamente con respecto al comportamiento que tenía hace un año. La actividad industrial bajó 0.1% en febrero con respecto al segundo mes de 2016, también en cifras desestacionalizadas, y sumó su séptima caída en los últimos ocho meses.

     Para muchos, la debilidad se explica por la disminución del gasto público, pero sobre todo con el bajo rendimiento de la actividad petrolera, que sigue afectado por los bajos precios internacionales del crudo y por una reducción en la plataforma de producción del país.

     “La caída de la actividad industrial [anual] se explicó por la reducción en la producción minera, dada la caída en la plataforma de producción petrolera y la menor inversión pública en exploración y perforación de pozos petroleros”, escribió Francisco Flores, economista del banco Banorte Ixe, en un reporte.

      Así, la evolución favorable de la producción industrial refleja la capacidad que ha mostrado recientemente la economía mexicana para resistir los choques externos e internos a los que se ha enfrentado.  

     “Esperamos que la apreciación que ha experimentado la divisa mexicana en relación a los niveles observados en el mismo periodo del año anterior continúe beneficiando a las exportaciones mexicanas de bienes finales”, dijo Flores, de Banorte Ixe, en su reporte. “Sin embargo, es probable que la industria de la construcción continué siendo limitada por la caída en la inversión en proyectos públicos. . . la recesión de la industria minera continuará al menos durante el primer semestre”.

       Otros, menos optimistas, piensan que el desempeño industrial del país no es tan halagador para vaticinar que la economía va a acelerarse de manera considerable.

      “El resultado continúa mostrando debilidad en el sector industrial y podría anticipar un crecimiento del IGAE inferior al 1%”, escribió Luis Muñiz, analista económico de Vector Casa de Bolsa, en un reporte. “La producción industrial continúa presentando riesgos  a la baja como la reducción en la producción local de petróleo, el recorte en el gasto público y la debilidad de la manufactura. El 2017 será un año tan débil como el 2016”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Fecha de publicación: 11/04/2017

Etiquetas: México economía producción industrial indicadores Inegi