29 de mar. (Sentido Común) -- La Secretaría de Hacienda recibió ayer un nuevo tanque de oxígeno en sus aspiraciones de disminuir la presión de sus adeudos sobre las finanzas públicas y recobrar la confianza en el manejo que hace el gobierno de sus obligaciones financieras.

     El gobierno federal obtuvo de Banco de México 321 mil 653.3 millones de pesos (17 mil 127.5 millones de dólares) por el remante de operación que registró ese Instituto Central en el ejercicio del año pasado.

     Los recursos extraordinarios que, como en años pasados, entregaron las autoridades monetarias a las autoridades financieras fueron en esta ocasión superiores a los que el banco central mexicano entregó un año antes.

     Los recursos que recibió el gobierno superaron en 34% lo que reportó el año pasado, cuando entregó 239 mil 93.8 millones pesos (12 mil 731 millones de dólares) a las arcas del gobierno, en buena medida gracias al deterioro que sufrió el tipo de cambio a lo largo del año pasado y que se acentuó tras la victoria de Donald J. Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos de noviembre.

     Aunque, al mismo tiempo, esos fondos se quedaron cortos frente al monto que calculaban hace algunas semanas diversos analistas, quienes pensaban que la fuerte debilidad del peso frente al dólar podría incrementar el valor en pesos de algunos activos con que cuenta el banco central y generar con ello un mayor remanente.

     Banco de México, al no ser una entidad con fines de lucro, está obligado por ley a entregar las ganancias operativas que obtenga en cada ejercicio fiscal, o los también llamados remanentes, al gobierno para que éste a su vez los use, en su mayoría, para fortalecer sus finanzas.

     La moneda nacional perdió cerca de 17% de su valor el año pasado y, tan solo en la noche del 8 de noviembre y la madrugada siguiente, bajó cerca de 8% y así cerró 2016 en alrededor de 20.7 pesos por dólar.

     De ahí que los activos denominados en moneda estadounidense que Banco de México tiene, incluidos los propios dólares, presentaron una cotización mayor a la esperada y otorgaron al Instituto Central un resultado operativo más favorable.

     La debilidad del tipo de cambio incluso llevó a algunos, como a los expertos de BBVA Bancomer, a estimar que el remanente sería mayor y rondaría niveles cercanos a los 500 mil millones de pesos.

     Banxico obtuvo el remanente tras reportar un resultado neto de 535 mil 311.2 millones de pesos (28 mil 504.3 millones de dólares), de los cuales destinó 207 mil 81.2 millones (11 mil 26.7 millones de dólares) a su reserva de revaluación de activos que usaría ante una posible apreciación del peso contra el dólar.

     Además, destinó seis mil 576.7 millones (350.2 millones de dólares) para aumentar su reserva de capital.

     “La determinación del remanente de operación se hizo en estricto apego a la Ley del Banco de México y por lo tanto en cumplimiento del mandato constitucional del Instituto Central de mantener una inflación baja y estable”, dijo el organismo, en un comunicado. “Cualquier impacto monetario que genere el uso del remanente de operación por parte del Gobierno Federal, será esterilizado por este Banco Central mediante operaciones de mercado abierto”.

     En apego a la Ley de Responsabilidad Hacendaria, 70% de los recursos obtenidos por el gobierno, o 225 mil 157.31 millones de pesos (11 mil 989.2 millones de dólares), deberán destinarse para el pago de adeudos gubernamentales.

     De hecho, así lo confirmó la Secretaría de Hacienda y Crédito Público al reconocer que consignará ese porcentaje de recursos a la amortización de deuda adquirida en el pasado, o a reducir el financiamiento para cubrir el déficit presupuestario, una acción que implicará un menor endeudamiento gubernamental.

     Además, el monto restante será destinado al Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios, o al incremento de activos que fortalezcan la posición financiera del gobierno, agregó Hacienda.

     Esos recursos ofrecen un respiro al gobierno federal para frenar en cierta medida el crecimiento de la deuda pública, que se aceleró desde el inicio de la administración del presidente Enrique Peña Nieto y que ya se ubica alrededor de 50% del producto interno bruto (PIB).

     El crecimiento del endeudamiento ya ha llevado a las principales agencias calificadoras a cambiar las perspectivas de la economía mexicana y a considerar reducir por ahora las perspectivas que tienen sobre el desempeño futuro de la capacidad de pago de adeudos del gobierno federal.

     De ahí que la noticia de hoy, sea un respiro para el gobierno en busca de mejorar su situación financiera y lograr la meta de llegar a reportar un superávit primario de sus finanzas este año.

     “La recepción y uso del remanente de operación se verá reflejada en una mejora adicional en los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP) y en el Saldo Histórico” de los mismos, dijo Hacienda en un comunicado. “El gobierno federal considerará todas las herramientas a su disposición para elegir aquellas que le permitan utilizar el remanente de operación para continuar incrementando la eficiencia del portafolio de deuda”.

     Ahora, ante el crecimiento del remanente que reportó Banxico, Hacienda deberá convertir esos recursos frescos en una mejoría de la situación de la deuda del país y así mitigar las dudas sobre el manejo de las finanzas públicas.

     “Al cierre de 2017, los RFSP deberían ascender a no más de 1.25% del PIB, considerablemente inferior al observado al cierre de 2016 (2.9%)”, escribió Luis Adrián Muñiz, un analista económico de Vector Casa de Bolsa, en un reporte. “De no cumplirse esto, se podría concluir que el sector público incurrió en un mayor déficit que el autorizado por el Congreso, comprometiendo nuevamente la credibilidad de la SHCP en cuanto al cumplimiento de las medidas de austeridad fiscal y la calificación crediticia del país”.

 

 


Fecha de publicación: 29/03/2017

Etiquetas: Banxico remanente SHCP economía México