29 de mar. (Dow Jones) -- Amoratados y maltratados por la disputa en su propio partido por la ley de servicios médicos, los republicanos se encaminan hacia lo que ven como un terreno político más seguro: una reforma fiscal importante. Pero bien podrían estar dirigiéndose a otro campo minado, prácticamente.

En teoría, reformar el código tributario podría ser más fácil que renovar toda la industria de los servicios médicos. Los republicanos se enorgullecen de la unidad ideológica que tienen a favor de tasas de impuestos más bajas. En esto, las apuestas parecen de menor cuantía para los estadounidenses: el papeleo y el dinero son muy diferentes a los asuntos de vida y muerte.

“La reforma tributaria es menos visceral”, dijo el representante David Schweikert (republicano por Arizona). “Puedo sacar una calculadora y decir ‘es esto o esto’. . . es difícil legislar con anécdotas e historias”.

El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, dijo recientemente que un proyecto de ley de impuestos sería “mucho más sencillo” de aprobar que una reforma de salud. “En esto hay un apoyo muy, pero muy decidido”.

Pero analice esto con mayor profundidad, y la búsqueda del Partido Republicano para lograr una revisión completa del código tributario está plagada de disputas, obstáculos procesales y difíciles concesiones. El fracaso del partido en los servicios médicos --después de tener siete años para prepararse-- demuestra lo difícil que es para los republicanos redactar una legislación compleja que atraiga el apoyo de sus alas moderadas y conservadoras.

“Esto sólo es un recordatorio de lo increíblemente difícil que es reformar la legislación vigente”, dijo John Gimigliano, un ex auxiliar fiscal del Congreso republicano que ahora trabaja en KPMG.

Para tener éxito, los republicanos necesitan superar por lo menos tres grandes brechas.

En primer lugar, es necesario equilibrar los deseos que están en contraposición, reducir drásticamente las tasas de impuestos y frenar el aumento de la deuda nacional.

Los líderes republicanos en el Congreso dijeron que quieren tener un plan neutral de ingresos --uno que reditúe aproximadamente tanto dinero como el actual sistema fiscal. Un crecimiento económico más rápido podría ayudar, pero no completa la brecha.

Para lograr la neutralidad en los ingresos mientras se reducen las tasas de manera marcada, ellos tratarán de cancelar las populares exenciones fiscales, como deducciones empresariales de los intereses de deuda y las deducciones de impuestos estatales y locales individuales. Ellos enfrentarán resistencia de los grupos que quieren proteger esos subsidios.

En segundo lugar, tendrán que reconciliar visiones alternas de lo que se están proponiendo lograr y quién se beneficiará en resumidas cuentas. Trump ha dicho que su prioridad son los recortes de impuestos para las personas de la clase media. “No del 1% más pudiente”, dijo Mnuchin.

Paul Ryan, el vocero de la Cámara de Representantes y republicano por Wisconsin, y Kevin Brady, presidente de los Caminos y Medios, y republicano por Texas, quieren una reforma enfocada principalmente a promover el crecimiento económico, incluso si eso significa recortes de impuestos que favorecen a la percentil superior de la escala de ingresos. Los planes en los que basaron sus  campañas están inclinados a ese percentil superior, de acuerdo con análisis independientes.

Tercero, el partido está en contraposición con el plan Ryan-Brady para el ajuste fiscal fronterizo --de gravar las importaciones y eximir las exportaciones. El gobierno de Trump ha sido ambivalente y a veces crítico de ésta idea. A los republicanos del Senado no les entusiasma la idea. Ryan y Brady han dicho que esto es crucial porque proporcionaría alrededor de un billón de dólares para compensar los recortes en las tasas de impuestos corporativos y también desalentaría a las compañías a mudar sus ganancias en el exterior.

Ninguna de esas divisiones que privan al interior del Partido Republicano se han resuelto todavía, y hay decenas más que están al acecho, incluidos los debates sobre los incentivos fiscales para las energías renovables, los créditos que ayudan a los hogares de bajos ingresos y el tratamiento de los ingresos por intereses prorrateados de los gestores de capitales privados.

“La noción de que la reforma fiscal es más fácil de aprobar que la del sistema de salud no es corroborada por los hechos”, dijo un asesor del Partido Republicano en el Senado. “Habiendo discutido sobre los servicios médicos durante siete años, los republicanos estaban en un 75% de acuerdo con la política. En la cuestión de impuestos, ninguna de las preguntas fundamentales ha sido contestada”.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

                                                                                    

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Fecha de publicación: 29/03/2017

Etiquetas: EUA Reforma Fiscal Política Republicanos Partido Republicano